Se nos murió el amor de tanto usarlo, sobre el capó de tu coche. Con la única protección de unas promesas que apestaban a orina. Se nos murió, víctima de tu catalepsia emocional y de mis instintos asesinos.
Se nos murió, y mientras nos maldecía henchido en un último suspiro, le sonreímos desde arriba, con los dientes manchados de sangre.
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Menos Pena, Morena.
PoetrySé que empecé a soportar los verbos copulativos que siempre detesté, que éramos sin ser, estar o parecer, que me volví intransitiva y jamás le puse un complemento a nuestro verbo favorito. Y mucho menos de régimen.