Si pudiera convertirme en cisne y desolarte con mi último canto, lo haría.
Tan solo para que el plañir jondo llegase al fondo de tus pulmones y me respirases como antaño.
Si pudiera arrancarme los ojos de cuajo para que te asomases al despeñadero de mis cuencas vacías, te mostraría la oscuridad que encierra tu ausencia.
Y sentirías el vacío que me pesa esta noche en los bolsillos.
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Menos Pena, Morena.
PoetrySé que empecé a soportar los verbos copulativos que siempre detesté, que éramos sin ser, estar o parecer, que me volví intransitiva y jamás le puse un complemento a nuestro verbo favorito. Y mucho menos de régimen.