El cielo se ha recubierto esta tarde del mismo color plomizo del que pinta su alma cuando me mira. Periplos alrededor de sus caderas, haciendo escala con las rodillas peladas y la cruz in crescendo en la boca.
Te miro anestesiada, he desvirtuado la verdad clavándotela a los ojos y ya no me creerías ni aunque te lo jurase por todas las deidades que desde arriba arrojan prefacios advirtiendo de mi caída inminente.

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Menos Pena, Morena.
PoesiaSé que empecé a soportar los verbos copulativos que siempre detesté, que éramos sin ser, estar o parecer, que me volví intransitiva y jamás le puse un complemento a nuestro verbo favorito. Y mucho menos de régimen.