El fantasma de la sociedad.

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Las pequeñas gotas suicidas de la ventana 

no estaban preparadas para enamorarse del arco iris, 

menos del sol.

Un rayo ciego

y un viento mudo

que atraviesan su mirada;

ella existe se dice,

ella no es fantasma.

Camina por los pasillos

cabizbaja,

muerta de miedo 

porque, 

a pesar de todo,

le importa 

lo que opinen de ella.

Levanta un poco

su inofensivo rostro,

nadie la ve,

es como invisible,

deja telarañas abandonadas

porque ya nadie

cae en sus trampas.


Sin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora