Que si ansías el paladar del demonio,
me tocas, me corro en sangre
y dibujo líneas imperfectas en mis muñecas,
sabiendo que me amas tal y como soy, así de demoníaca,
así tan amiga de tus pesadillas.
Ayer visité el Infierno,
dijeron que te destinarían al Cielo,
me quedé con la boca hecha sangre,
sintiendo cómo mis miedos me atacaban,
acabé llorando en los brazos de Satán. Me dio un beso
y me dormí pensando en ti.
Algún día mataré a los ángeles
que te protegen,
te llevaré a mi Infierno,
gritarás de dolor por ser un capullo.
Quiero saber cuándo terminará este capítulo de mierda que escribo en este puto diario,
un par de gotas de sangre para decorar y listo,
día 665 acabado.
No tan acabado, llegas tú con rosas negras, las favoritas de mis labios.
Pétalo a pétalo voy matando rosas y las espinas sirven para marcar tu inicial en mi lengua,
me besas y te vas porque te tienes que ir, porque a veces me odias y me temes, temes a esta alma impura, hija de Satán, salida de las entrañas de la Virgen María.
Mi madre que era una zorra también te hizo a ti, muérete en sus brazos,
quiero que derrames sangre,
quiero beber tu alma,
quiero jugar contigo en el Edén,
las manzanas son tentadoras.