Ella, tu y yo.

Trato.

Draco camina con animo a la clase de Encantamientos, mientras habla animadamente con Astoria sobre lo que van a hacer cuando salgan de Hogwarts. A la pequeña rubia aún le falta un año para terminar sus estudios, pero está emocionada por tener su propia casa, comenzar un trabajo genial y sentirse más grande. Van abrazados cual pareja, por lo que causaban miradas tanto malas, tiernas o indiferentes.

-¡Pero si te vienes a vivir conmigo, yo te ayudaría en todo! –Exclama la pequeña, girando los ojos.

-En ese caso nos vamos a vivir juntos Theo, Blaise, tu y yo. –Responde Draco, con una sonrisa.

Y la verdad, no suena mal.

Se despide de Astoria en el alfeizar de la puerta con un beso en la frente, y así puedo entrar con normalidad en el salón. Ahí se encuentra con Theo, ya que a esa hora Blaise se encarga de cuidar a Nora. Se sienta en su puesto, sintiendo la normal impaciencia de no estar al lado de su hija, y mira al profesor que pide atención. Como siempre, trata de poner la máxima atención que es capaz, pero lamentablemente Nora llena todo su cerebro. Inconscientemente, a veces, se ponía a garabatear su nombre en las esquinas de sus cuadernos, como si fuera una clase de enamorado cursi...

Suena estúpido ¿Draco Malfoy, siendo estúpidamente romántico, cursi y meloso?

Parece metido en sus propios pensamientos, hasta que un chico alto de piel oscura entra en el aula. Primero se desconcierta, luego se enoja ¿Qué se cree él, dejando a Nora sola, cuando debe cuidarla por lo menos quince minutos más? Le mira con ojos asesinos por unos momentos, a lo que Blaise gira los ojos. Entra al aula con una escusa que fue previamente inventada ("Lo siento. Ayer me quedé hasta muy tarde estudiando y me quedé dormido. Espero que lo entienda", a lo que el profesor le queda mirando de mala manera y finalmente le deja entrar) y se sienta atrás de Draco.

-Psssst, Blondie* -Le llama Blaise, pocos minutos después de que Flitwick siguiera su charla.

El rubio tiene que cerrar los ojos para contener las ganas de gritarle.

-¿Qué quieres? –Le responde de mala forma, siempre mirando de reojo al profesor para que no les reprendieran.

-El hechizo Carpe Retractum es un hechizo algo complicado, y es importante saber que la varita es... -Dice de fondo el profesor.

Le pasa un pedazo de pergamino. "Nora no quiere comer. Sólo quiere que tú le des la comida".

Inconscientemente sonríe. Comenzaron a utilizar Legeremancia en la pequeña –no tan fuerte, no quieren que sienta como si estuvieran manoseando su cabeza- para saber qué quiere o necesita. Por un momento, se arrepiente de no tener aquella capa de invisibilidad que había devuelto hacía unos días, pero eso ya estaba en el pasado. Mira hacia la puerta, ansioso, y tamborilea sus pies.

-Oye, entiendo que estés nervioso, pero disimula. –Murmura Theo, quien realmente presta atención.

Por el otro lado de la habitación, Harry Potter puede mirar a Draco Malfoy inquieto por algo que Blaise le había dicho. Está cien por ciento seguro que la inquietud es por lo de su hija. Hermione mira a su novio como diciendo "Ya le perdimos", y vuelve su atención al profesor. Flitwick poco después les deja haciendo unos hechizos, y se sienta en su escritorio, por lo que todos tienen el derecho de hablar lo que quieran.

-Le pasa algo a Malfoy. –Dice rápidamente el chico.

Ron trata de mantener la compostura ante lo que dijo su amigo. Hermione y Ron, como se ha visto, están a favor de ayudar a Malfoy, pero no la desesperación de Harry. Absolutamente siempre es lo mismo. Desde que el elegido les confesó ser bisexual aquella vez en cuarto año –un día que le descubrieron observando el trasero de Cedric Diggory- supieron que él tenía un ligero encaprichamiento con Draco Malfoy. Eso sí; ese fue el único amor que supo disimular en su vida. Pobre chico hormonado; no pudo disimular con Cho o Cedric...