—Esperaba encontrarte con ese precioso encaje.
Damon entra por la puerta de su habitación; sus pasos son sigilosos para que nadie despierte en la casa.
—Lástima, porque a las bragas las hiciste trizas —respondo, cubierta por el edredón en la cama de mi novio. Sonrío.
—Podías no ponértela y quedarte con lo otro.
—Nah, si no es todo, no es nada.
Por arriba del libro que tengo en mis manos, lo veo sacarse la remera que lo cubre con tanta delicia. Lo hace de forma lenta y tortuosa solo para su deleite y para mi castigo. Aun así, mi mirada no se despega de él. Es tan hermoso, fuerte y tierno cuando se lo propone. Es un hombre de familia: protector, cuidadoso y bastante atento. Me pregunto, ya como otras veces, ¿cómo es que pude conquistarlo para ser completamente mío? Desde un principio fue rudo conmigo, pero en sus días buenos era muy atento con lo que a mí se refiere. Me cuidaba cuando estaba enferma, ignorando el hecho de que una de esas veces fue su culpa por tirarme al lago, sobaba mi estómago cuando me venía la regla y estaba allí para mí. Incluso alejados, en dos ciudades distintas, seguimos igual de unidos. Por supuesto, con complicaciones; en este tiempo ya estoy harta de ellas, pero eso es lo que pasa con las parejas que se quieren. Pasan por mucho para ser felices.
Eso es lo que espero que pase cuando mi padre despierte y se recupere, y que nos volvamos aquí a Filadelfia.
Aceptaré vivir con él.
Le rogaré a Rick que me devuelva el trabajo en el gimnasio y así poder ayudar con la renta del departamento.
Compraré comida y haré todo lo que sea necesario para que salgamos adelante sin complicaciones.
¿Por qué eso es lo que hacen las parejas, ¿no?
—Así que... ¿Cómo te fue? —cuestiono, posando el libro sobre la mesa de noche para concentrarme totalmente en él. Lo veo sacarse las zapatillas seguidas de sus pantalones y quedar en tan solo bóxer negro.
—Bueno, mañana y los días siguientes tendré mi agenda muy ocupada. Conferencias, entrevistas, firmas... etc. —Se lanza a la cama, justo a mi lado, haciéndome rebotar. Río y me acomodo para verlo mejor, con mi mano debajo de mi cabeza y mi codo clavado en el colchón.
—Oh...
—¿Qué sucede?
—Tenía planeado pasar el día de mañana contigo antes de volver a casa con mi padre.
—¿Tan pronto te vas? —Su semblante cambia y la tristeza abarca todas sus facciones.
—Sí, por lo que dijo el doctor es posible que despierte en unos días y temo no estar allí cuando pase. —Levanto mi mano y froto con mis dedos su mandíbula cuadrada. Sus ojos turquesa, tristes y adoloridos me devuelven la mirada.
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Completamente mio {Saga Damon #2} DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomanceSaga Damon #1 Él es mi boxeador Saga Damon #2 Completamente mio °Segundo libro de Él es mi boxeador° Yo. Triste. Aterrada. Apenada. Insegura. Con miedo. Preocupada. Esperanzada. Todo eso es lo que siento desde que estoy aquí, en mi casa. En la casa...