—¡Otra vez, papi! ¡Otra vez! —Cristal Woodgate grita, una y otra vez cada vez que es lanzada en el aire. Sus chillidos resuenan en toda la casa, perforando mis oídos de una manera espectacular.
Veo los brazos de Damon flexionarse y estirarse al lanzar a nuestra hija de 5 años por el aire. Su risa es tan contagiosa y angelical, que cada persona que la escucha se queda hipnotizada y prendida de su dedo, siempre haciendo todo lo que ella desea. Es la consentida de la casa, mucho más por Damon y mis hermanos, quienes parecen tenerla en un pedestal en lo más alto de la montaña.
Río junto a ella, mientras balanceo mi silla mecedora y le doy la leche a Trevor. El bebé es uno de los pocos que conozco que se mantiene comiendo día y noche, mientras que ríe y juega con todo lo que se le acerca. Rara vez llora, algo que agradezco. Al contrario, Cristal fue una niña llorona cuando era bebé. Pero la entiendo, solo quería la atención de su padre tanto como la quiero yo. Las dos estamos completamente a merced de Damon.
Entonces, este me lanza una mirada, justo antes de agarrar de nuevo a su hija. Ella ríe y aplaude. Su sonrisa gigantesca con pequeños hoyuelos a los costados es lo único que heredó de Damon, mientras que su cabello rubio y ojos azulados son idénticos a los míos. Eso es lo que más le gusta a Damon de ella.
El día del parto, cuando ella nació y él la alzó por primera vez, lo único que salió de su boca, luego de decir que era hermosa, fue: Es idéntica a ti.
Por otro lado, el bebé Trevor es igual a él. Mismos ojos, mismo cabello, mismos hoyuelos preciosos. La única diferencia es que no sacó nada del carácter fuerte de Damon. Es tan tranquilo y pacífico, que no puedo imaginarlo gruñón como en los viejos tiempos de Damon.
Le beso la pequeña cabeza de bebé de seis meses y vuelvo mi mirada hacia Damon.
Recuerdo que estuvo radiante cuando le dije la noticia del primer embarazo. Ya llevábamos cinco años juntos y por fin decidimos cumplir nuestro sueño. Nos casamos y, antes de pensarlo dos veces, estaba embarazada de dos meses.
Ahora, casi a mis 28 años, tengo dos hijos preciosos con el hombre que amo y siempre voy a amar. Mi vida no puede ser mejor, y el sexo con los embarazos se vuelve exquisito y satisfactorio, mucho más de lo que era antes. Mis hormonas estaban el triple de alborotadas y en ese momento creí las palabras de Emma cuando me lo dijo. Su primer hijo nació ocho meses y medio luego de la noticia que nos dio días antes de que mi padre despertase. Sam y ella se arreglaron de inmediato, e inevitablemente se entusiasmaron con la idea. Fue en ese momento que, a los seis meses, ella me comentó sobre las hormonas y el sexo. Por supuesto, pensaba que exageraba.
Pero no era una exageración.
Ahora, ellos van por el cuarto hijo. Tan felices como pueden estar, disfrutan de su segunda luna de miel mientras Tyler y Lili cuidan de sus ya algo crecidos hijos para que disfruten sin distracciones.
ESTÁS LEYENDO
Completamente mio {Saga Damon #2} DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomanceSaga Damon #1 Él es mi boxeador Saga Damon #2 Completamente mio °Segundo libro de Él es mi boxeador° Yo. Triste. Aterrada. Apenada. Insegura. Con miedo. Preocupada. Esperanzada. Todo eso es lo que siento desde que estoy aquí, en mi casa. En la casa...