Narra Alex
Christopher se quedó helado en la puerta, su cuerpo obstruía mi vista. Era como si estuviera viendo el fantasma de Canterville. Escuché una voz chillona e irritante, pero conocía esa voz tan estresante que me recordaba a una pelirroja castaña que había conocido hace ya un largo tiempo atrás, no recuerdo bien su nombre, creo que era...
-¿Charlotte?¿Qué haces aquí?- Preguntó Christopher, yo aún estando fuera del departamento.
Entonces me asomé a la puerta y yo tenía razón; era la misma Charlotte que recordaba. Al verla me llené de enojo y me puede dar cuenta de como había cambiado desde el último momento en el que la vi, ahora ella era alta, delgada (no se veía natural), su pelo se veía muy sedoso, sus labios grandes, carnosos y rosas, pero seguía teniendo la misma cara de niña mimada.
-Te estaba esperando mi amor- Dijo Charlotte. Este idiota tiene novia y todavía me invitó a su casa. Que "respeto".
-¿Esperarme?¿Para qué?¿Qué es todo esto?- dijo Christopher empezando irritarse, me pasé el tiempo observando o más bien tratando de comprender que hacía ella aquí, cuando me di cuenta de que todo el departamento estaba repleto de flores y velas aromáticas y una cena muy extravagante.
-Pues te hice una cena, bueno... Yo no la hice pero le pagué a alguien para que lo hiciera, o sea ¿Yo?¿Cocinando?¡Ja! Mi manicura es demasiado cara para hacer cosas de sirvientes.- Por lo visto, no se percataba de mi presencia. Volteó a verme de reojo con cara de disgusto o asco y se quedó paralizada.
-¿Qu...qué hace ella aquí?- preguntó lo pelirroja y de pronto su cara cambio por completo ahora se veía mas bien enojada pero no se comparaba con mi cara de furia.
-Eso no sería de tu interés, así que por favor vete de aquí.- Christopher empezó a perder la calma.
-No me iré, si no me dices qué hace esta zorra aquí.-
-Mira, mal nacida- Me fui acercando más y más a ella.
-Después de todo lo que hiciste no tienes el derecho de de llamarme Zorra, porque la única zorra aquí eres tu.- Me sentía muy bien conmigo misma, hasta que...Sentí su mano fría en mi cachete. No puede contenerme y me abalancé sobre ella y la tire.
-No debiste de haber hecho eso.- le dije mientras golpeaba su rostro con mi puño tan cerrado que podía sentir mis uñas encarnadas en la palma de mi mano. Ella intentaba dar algunos golpes pero eran demasiado débiles.
"Suéltame" era lo único que decía o por lo menos que se alcanzaba a escuchar. Los brazos fuertes de Christopher me sostenían la cadera al momento de separarnos.
-¡NO ME TOQUES!- Gritaba yo a todo pulmón. -Déjame terminar de reventarle toda su...-
-¡Ya basta! ¡Charlotte vete de aquí!- la pelirroja mimada se paro se limpió sangre que tenía derramada en la boca, pero lo único que hizo fue embarrársela más.Narra Christopher.
Era como ver a dos gatas peliándose, era divertido, no podía ocultar mi sonrisa hasta que me di cuenta que Charlotte estaba sangrando y pensé que podrían mancharse mis muebles.
Así que intenté separarlas y lo logré. Tomé a... ¿Cuál era su nombré? A si, Alexandra. Bueno a ella la tomé por la cintura y la cargue separándola de Charlotte. No tuve que utilizar toda mi fuerza obvio porque si no la hubiera sacado volando, claro.
Le dije a Charlotte que se fuera, no quería ver su asqueroso rostro arruinado y pensar que con ella me acosté varias veces. Aparte ella se lo ganó, sigo sin entender porque demonios estaba aquí, por que me llamaba mi amor, digo eso es algo común mientras lo hacemos pero... Afuera de la habitación es otro contexto muy diferente. Creo que se enamoró de mi; aunque es algo común porque nadie se resiste a esta hermosa cara que tengo. Alexandra dijo algo e interrumpió mis pensamientos.
-No, evítate que la zorra se rompa otra uña.- dijo, dirigiéndose a mi.
-Así es, vete y déjanos a mi y a mi novio en paz.- dijo victoriosa. ¿Novio? Pues sí nada más me acosté con ella como 3 veces. Ellas seguían peleándose con palabras pero no les prestaba atención. Creo que necesitaba poner en orden las cosas.
-¡ALEXANDRA! Vete.- le dije para yo poder hablar con Charlotte.
-Así es, corre a tu casa de madera, perra.-
Alexandra salió con la cabeza en alto, pero yo le alcance a ver sus lágrimas caer por sus mejillas y sentí enojado conmigo por haberle gritado.
Corrí atrás de Alexandra. Pero al salir de mi departamento vi el elevador cerrarse al final del pasillo, con la cara de Alexandra en medio de las dos puertas. Corrí para alcanzar al elevador pero cuando ella me vio, lo que hizo fue aplanarle al botón de cerrar, como si quisiera descomponer el botón.
Cuando llegué al ascensor era demasiado tarde y sin Pensarlo corrí a las escaleras, no se que me estaba pasando o porque estaba corriendo detrás de una chica que para mi es como otra cualquiera con la que sólo tenía planeado tener relaciones, me salía como instinto el correr. Al llegar a la recepción la vi como salía por la puerta principal.
-¡Alexandra! Espera.- le grité trotando para alcanzarla y le toqué el hombro para que volteara, ella tenia una cara de odio combinado con asco.
-¿Cómo conoces a Charlotte?- Creo que no fue la pregunta indicada ya que se volteo de nuevo. Normalmente soy bueno con la chicas pero no se que me pasa.
-¿Por qué estas tan enojada?- Volví a preguntar.
-No es de la incumbencia de un idiota como tu-
Me respondió casi queriéndome matar con las palabras.
-¿Qué puedo hacer?- le seguí cuestionando.
-NADA, no lo entenderías.-
-Pues explícame- le dije con un tono gentil que usualmente utilizo para las citas.
Ella se volteó y siguió caminando.
Hasta que tomo un taxi, y se fue.
Regresé a mi departamento y entre y vi a Charlotte acostada en la cama desnuda.
-Bueno como mi cena se ha arruinado que te parece si mejor te complazco de otra forma.- dijo con cara de seducción, pero no se veía bien dado a que su cara estaba hinchada. Yo no dejaba de pensar en Alexandra y de cómo conocía a Charlotte, me preguntaba cuál era su historia. Así necesitaba algo para distraerme. Corrí hacia ella la besé desesperadamente sin nada de romanticismo y me aventé sobre ella mientras me arrancaba la ropa sin piedad alguna. Esto me hacía bien ya que tenía mi mente en otra cosa.
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Quien....¿Yo?
MizahAlex White no cree en el amor, piensa que es ridiculo.... Entra a la preparatoria y chico Le quiere hacer la vida imposible pero ella no se dejara y le seguirá el juego con un plan vengativo.