✿ Capítulo 1 ✿

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-¿Qué? – mi preciada cena se veía interrumpida por la noticia de mi queridísimo hermano mayor.

-Sí, así como lo oyes... Mi equipo necesita un lugar tranquilo para entrenar y la casa de campo es el lugar ideal – repetía mi hermano – Además soy mayor.

-Pero eso es injusto – respondí – yo aparté la casa de campo antes – miré a mi madre – mamá dile algo.

-Daichi, (t/n) tiene razón, pueden compartir la casa de campo – sonrió – hay camas suficientes para todos y no creo que a las amigas de (t/n) les dé problema alguno.

Daichi y yo nos quedamos viendo a nuestra madre en silencio y con la boca medianamente abierta. Es mi madre y la quiero demasiado, pero en el equipo de volley de mi hermano la mayoría son, por no decir todos, unos salvajes. A excepción de Sugawara-san, él es un ángel. Pobre de él que tiene que estar con los raros del equipo.

-(t/n) deja de pensar en Suga de ese modo – se burló Daichi – pusiste una cara de boba, más de lo normal – rió.

-No estaba pensando en Suga-san – saqué mi lengua – con permiso, iré a hacer mis deberes como buena estudiante y presidenta del área cultural que soy – me levanté de la mesa - por cierto Daichi, no compartiré la casa de campo – me dirigí a mi habitación.

Mañana tengo una reunión sumamente importante con todos los representantes de las clases, se acerca el festival escolar y como encargada del área cultural no me puedo quedar atrás y deshonrar a mi gente.

Saqué mi súper agenda y comencé a hacer los cronogramas mientras iba anotando alguna que otra idea. Más tarde decidí colocar algo de música, me carga cuando está todo muy silencioso, aunque... también odio cuando hay mucho ruido. En fin, ese es uno de los grandes misterios de esta vida. Salí de mis pensamientos en cuanto oigo el sonido de mi puerta al abrirse.

-¿Qué quieres? – El que estaba en mi puerta era Daichi – Nada me hará cambiar de opinión.

-Lo sé, lo sé – sonrió – solo vengo a dejarte esto, mamá dijo que te lo comas todo.

Daichi entró con una bandeja llena de galletas y un trozo de torta. Lo quedé mirando por unos segundos. ¿Este es un plan para convencerme sobre compartir la casa de campo?

Como si Daichi me hubiera leído la mente, comenzó a reír.

-Tranquila, que no estoy intentando nada. Mamá me ha dado esto para ti, así que cómelo – dicho esto salió de mi habitación y cerró la puerta.

Me giré sobre la silla del escritorio y continué trabajando en las planificaciones. Cuando estaba a punto de terminar, mi estomago rugió. Miré la bandeja un poco pensativa. ¿Quién entiende a las madres? Primero me dice que estoy un poco rellena y ahora me da una bandeja llena de galletas y cosas dulces. Ella sabe mi debilidad. Sin más comencé a comer mientras hacía uno de mis tantos conciertos sobre la cama.


La mañana siguiente fue como todas las demás. Caminé a la escuela junto a mi hermano y, como era costumbre, con su mejor amigo, Sugawara-san. Yo, por supuesto, tenía muchas cosas en mi cabeza. Sugawara-san andaba revoloteando entre medio. Creo que siento esto desde que tengo memoria, digo, Suga-san es el tipo de chico amable, tierno y sexy a la vez, Dios, quien no lo quiere como esposo. Ok... debería dejar de pensar en eso ahora y seguir organizando los tiempos del festival escolar.

-(t/n) hoy pareces muy feliz – Mi mejor amiga, Hanna, me sacó de mis pensamientos - ¿Qué dijeron tus padres sobre lo de la cabaña?

-Ah... eso – respondí – Dijeron que si, pero... tengo un pequeño problema – suspiré – mi hermano quiere llevar al club de vikingos la misma semana que iremos nosotras.

E t e r n o  [TsukishimaXReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora