Capítulo 6: Un beso inesperado

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Por fin nos dirigimos a la zona escalada. Está al fondo de la habitación y junto a ella, un hombre de ojos grises y pelo rubio.

- Ya podéis subir.

- ¿Sin protección ni nada que nos sujete?

- Claro.

Pongo mi mano en una roca y empiezo a escalar. Voy más rápido que James.

Estoy a unos diez metros de altura y James está petrificado en unos cinco metros.

- ¿Estás bien James?

- Creo que no -me dice agarrado como si la vida le fuese en ello-. Creo que necesito tu ayuda.

Voy bajando hacia James y al minuto llego a él. No sé como bajarle. Creo que puedo hacer algo. Transformo mi brazo en una larga liana, me agarro bien a una roca y bajo con él. Tocamos suelo y la liana se me convierte en brazo.

- Creo que sería mejor que nos vayamos, ya es bastante por hoy.

- De acuerdo.

Andamos hacia el ascensor y ascendemos hasta nuestro piso. Entramos por la puerta. Veo a Blake hablando por teléfono.

- Chicos esta noche hay cena a lo grande.

- ¿A qué te refieres?

- Pues os tendréis que poner guapos porque hay cena con los aspirantes.

No entiendo porque hay que estar tanto tiempo con los aspirantes si al final los tendré que matar.

- Ah y Josh, bien hecho -me dice mientras me guiña un ojo-. Has sido muy valiente.

Al principio no sé de que me habla, pero más tarde caigo.

Sonrío, me mira y se va con el móvil.

***

Llega la hora de comer, y me siento en la silla junto a James. Hoy tenemos comida tropical. Veinte tipos de fruta sobre una mesa.

- Que aproveche -digo sonriendo- ¡A comer!

Disfruto de este maravilloso almuerzo. Posteriormente me dirijo a mi habitación y me tiro en la cama a dormir.

Me pongo a pensar en bosques. No hay nada más que me guste que estar en un bosque de pinos en un día nublado después de llover. Es mágico, las hojas y flores brillan y espolvorean por el aire todo su aroma. Unos pocos minutos más tarde me quedo dormido.

Abro los ojos y miro al reloj. Son las siete. La cena la tenemos a las nueve. Veo encima de la cómoda ropa. ¿Cómo lo harán? Nunca me doy cuenta. Algún día lo descubriré.

Me quito el uniforme y lo guardo dentro del cajón, me meto en la ducha y me relajo sintiendo las gotas en mi piel.

Salgo de la ducha y me seco con una toalla.

Me visto y me pongo una camisa blanca con pantalones gris verdoso.

Salgo de mi habitación y veo a Blake con un traje.

- ¿Tú también vas a cenar?

- Sí, me reuniré con todos los monitores.

James tarda un poco más y nos reunimos en el salón para bajar al piso 8 que es donde nos reuniremos todos.

- Intenta sentarte con Cass -me susurra al oído-. Creo que le gustas.

- Tonterías, y... ¿cómo sabes como se llama?

- Me lo dijo mientras íbamos a la enfermería, es muy maja y guapa -me lo dice dándome codazos en el brazo-. Bésala.

- Claro, lo primero que haré al verle...

Nos reímos por mi ironía y llegamos al piso 8. Dos camareros nos acompañan a nuestros asientos. Me siento junto a James y Jenna. En frente, está la chica de Veneno. Me lanza miradas desafiantes. Yo no le hago caso porque sé que es lo mejor y con Jenna me río mucho así que será más fácil.

***

La cena tarda en llegar, mientras tanto observo a lo lejos la entrada de otro aspirante. Es Cass, viene con un vestido blanco y largo con pétalos de flores en él. Está preciosa.

Me levanto para saludarla. Nos damos dos besos en la cara y los guardias la acompañan a su asiento.

- Está guapa - comento a James mientras esperamos a la cena-. Nunca la he visto así.

- Será por que la has conocido hoy.

- Es verdad.

Empiezan a llegar los camareros con nuestros platos. Gambas con naranja. Nunca he probado las gambas.

Empiezo a comer pero algo me detiene, un discurso.

- Bueno aspirantes, hoy nos reunimos aquí para degustar un caro y satisfactorio manjar, espero que lo disfrutéis.

Y seguimos comiendo. Las gambas no están malas, pero no es mi comida favorita. Nos echan un poco de vino. El vino esta mas bueno que el que yo tomo en mi villa.

De postre nos traen una enorme tarta. Es de chocolate, fresas, moras,... Está deliciosa.

Finalmente terminamos y nos despedimos de nuestros "amigos".

Me meto en el ascensor y al cabo de un rato me doy cuenta que James no está conmigo. ¿Dónde se habrá metido? De repente una persona entra conmigo y las puertas se cierran.

La ciudad con grandes luces atrás de mí y el mareo del vino hace que este feliz. En un segundo ella se acerca y me mira a los ojos y ocurre. Nos besamos. Sus cálidos labios junto a los míos. No me desagrada.

Nos separamos y nos volvemos a mirar a los ojos.

Se abren las puertas y cada uno se va para su piso y yo me dejo caer en la puerta. ¿Qué he hecho? Le he seguido el rollo, no debí de haberlo hecho.

Espero a que no venga James.

Estoy confuso la verdad, no me esperaba que hiciese esto. ¿Por qué lo habrá hecho?¿le gustaré? Ó lo habrá hecho porque dentro de poco están las pruebas y querría besar a alguien. No lo sé. Al cabo de unos cinco minutos llega James.

- ¿Qué tienes en los labios?

- Pues...- tardo un poco en pensar una escusa convincente-. Vendían en la salida un zumo de moras de color rojo y lo he probado...

- Yo no he visto ningún puesto ni nada por el estilo.

De repente sus ojos se abren mucho.

- ¡Te has besado con alguien!

- Dices unas cosas que...

- ¿Bueno y que tal?¿Te ha gustado?

Finalmente le cuento todo.

- No tendría que haberlo hecho, ha sido un error.

Me mira con una cara que hace que me saque una sonrisa pero sigo pensando que ha sido un error, que lo ha hecho por desesperación. Entramos al piso.

Blake está sentado en la chimenea por que hace mucho frío. En el exterior está nevando.

- ¿Cómo os ha ido campeones?-nos pregunta riéndose-. No se a James, pero a ti Josh te ha ido fenomenal.

Me empiezo a poner rojo como las moras rojas del puesto ficticio.

- Bueno con vuestro permiso me iré a mis aposentos -lo digo para que se rían un poco y cambiar un poco de tema, aún así siguen sacándomelo-. Ahora toca descansar.

Me cambio de ropa y me tiro en la cama, me tapo y pienso sobre lo ocurrido no hace más que diez minutos. Sigo notando sus labios en los míos, unos labios suaves y cálidos. Posteriormente entre las sábanas me quedo dormido.

Me levanto sobre las seis de la mañana. El sol ya ha salido y entra un poco de claridad por mi ventana. Para no tener que levantarme en este momento saco unas hojas de mi mano y juego con ellas, las lanzo contra la pared haciendo que se rompan en cenizas. Es entretenido.


Pruebas de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora