Prueba 2

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En estos segundos de nuestra vida, no sentimos nada, ni recordamos, ni deseamos. Nada. Todo vuelve cuando
caemos al suelo.

Veo mi alrededor. Todo es roca naranja y con muchos caminos. Miro hacia atrás y ve que los portales están desactivados. James está de rodillas, confuso.

- ¿Qué es esto?

- No lo sé -digo rascándome la cabeza-. Puede que sea una cueva.

Veo que me sangran los codos. Es normal he caído con ellos por delante.

James me mira como si dijera que si estoy bien. Yo le respondo:

- No es nada grave, no tiene importancia.

Ahora lo que hacemos es empezar ha andar. Mis poderes aquí funcionan muy bien. James si los quiere usar necesita agua. Si no no. Las paredes están llenas de humedad. Puede que pueda sacarla de allí.

No quiero toparme con aspirantes. No tengo demasiadas fuerzas para luchar. Se que lucharan. No habrá ninguno que no luche. Solo quieren sobrevivir, otros ganar, pero la mayoría sobrevivir.

Caminamos por unos túneles que encontramos a nuestra izquierda. Espero que lleven a algún sitio.

- ¿Quieres algún arándano?

Le digo que sí y seguimos subiendo. Las piedras me levantan la piel de las manos y me produce dolor.

El lugar donde estamos es seco. En poco tiempo se tiene sed. James cada poco tiempo nos paramos para que recopile gotas de humedad de las paredes.

- Paremos un segundo -me dice asfixiado-. No puedo más.

Estamos teniendo la mala suerte de que las pruebas nos debilita a alguno de los dos.

De repente escucho un ruido. Espero que no sea algún aspirante que esté cerca. Me giro rápidamente.

Es James, se ha desmallado y se ha golpeado la cabeza contra las rocas del suelo.

Corro hacia él. Lo siento pegado a la pared. Hago aparecer unas hojas y lo abanico. Sangra.

Busco en la pequeña mochila que tiene. La mochila la fabricó ayer. Primero tengo que lavar la herida.

Cojo el cuenco de la mochila y me hecho un poco de agua por las manos. Poco a poco se la voy extendido en la sien. La sangre cae y se la quito.

Cojo hojas se las pongo en la cabeza apretando para que no salga mucha sangre. No se si lo que hago está bien o no porque nunca he tenido una clase que enseñe estas cosas. Cuando ya deja de sangrar, le hato las hojas alrededor de la cabeza.

Me paso media hora abanicándolo hasta que se despierta. Está confuso, no sabe que le ha pasado. Se lo empiezo a explicar todo.

- Muchas gracias.

- No hace falta que me las des. Tu habrías hecho lo mismo.

Intenta abrazarme amistosamente pero le cuesta moverse. Lo que hago es darle unas palmadas amistosas en la espalda.

- No sabia que tenías tantas cosas en esa mochila casera.

- Las iba recogiendo por el camino.

Parece que esta noche dormiremos aquí por que mi compañero no está en condiciones para moverse en estos momentos, ya mañana seguiremos buscando el lugar donde se encuentra los portales que tanto deseamos.

Me levanto de madrugada. Se qué todavía no es de día porque la cueva está a oscuras.¿Habrá salida?¿o nos quedaremos aquí siempre?Quién sabe.

Pruebas de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora