Prueba 5

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Caemos en tierra húmeda. El cielo está oscuro y se ven las estrellas. Brillan alegres a lo lejos, mientras yo estoy tirado en el suelo boca arriba. Una lágrima de culpa me cae por la mejilla y cae al suelo.

Una pequeña planta surge de la tierra. Es lo que pasa cuando los de mi villa lloran.

Busco a James que está junto a mi. Llora de dolor.

Me levanto corriendo y voy en busca de él. Le examino la pierna. Se la ha quemado desde unos centímetros más bajos de la rodilla hasta abajo del todo.

No se que hacer, me estoy poniendo muy nervioso, no puedo respirar bien.

Lo cojo la parte del pantalón dañada que le a quedado y se la arranco para que no gotee el agua extraña.

A lo lejos veo un árbol enorme. Tenemos que ir allí.

Cojo a James de la cintura y paso su brazo por mi hombro y lo pongo alrededor de mi cuello.

- Te vas a poner bien.

Todo es por mi culpa, si hubiese tenido más fuerza no habría pasado nada de esto. Ojalá fuese yo el que se hubiese quemado la pierna con el agua.

Llegamos debajo del árbol y hago una esfera para romper el tronco y ponerlo dentro. Una vez hecho, lo meto y lo apoyo contra la pared.

Cojo el agua que teníamos y se la hecho por encima junto a unas hojas que cogí y las uso en forma de esponja.

El grita porque le duele. Su sangre cae en la tierra de debajo y en mi pantalón.

Me desespero y sorprendentemente de mis manos, surgen como una especie de luz amarilla que al tocar su pierna, esta que está en carne viva, va cicatrizando. Se cura poco a poco.

Lo único que he conseguido al cabo de quince minutos es reconstruirle la piel y quitarle las ampollas, pero todavía le duele.

Por último cojo y me arranco medio pantalón y se lo pongo en forma de venda.

Por fin la cosa se tranquila.

- Lo siento James, de verdad.

- Se que no pudiste, lo comprendo no pasa nada.

- ¡Si pasa, te he hecho daño!

- Pero me has curado...

Me merezco lo peor y solo me intenta tranquilizar, pero no me es suficiente, necesito pagárselo.

- Si hay una situación que solo podamos sobrevivir uno, seras tu.

- No digas eso.

- ¡Si!

- No te lo pienso volver a repetir, no pasa nada, mañana podre caminar, has hecho todo lo posible.

Me da un abrazo y le vuelvo a decir lo siento pero me corta.

- Descansa -le digo-. Al menos me quedaré despierto vigilando.

Le ayudo a tumbarse y se duerme al cabo de un rato. Se me cierran los ojos pero me tengo que quedar despierto.

***

Llega la mañana y al final me quedé dormido y al despertarme, veo que James está bien. Puede que pueda andar, la pierna la tiene mejor pero lo debemos de hacer poco a poco.

Le ayudo a levantarse. Al principio le cuesta un poco, pero al final consigue mantenerse en pie.

- ¿Te duele mucho?

- Ya no tanto la verdad.

No se si lo dice para calmarme o de verdad, pero voy a creer que lo dice enserio, es mejor para los dos.

Pruebas de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora