[1] La extraña proposición

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La extraña proposición

En algún recóndito lugar de las mazmorras del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, tras un gran muro de piedra, se encontraba ni más ni menos que la sala común de la casa de las serpientes, aquella que fue fundada por el célebre mago Salazar Slytherin. Estaba siempre iluminada por unas pequeñas lámparas de luz verde las cuales otorgaban a la estancia ese tono esmeralda que los caracterizaba. La sala resguardaba a esos alumnos cuya determinación, astucia y sangre lo suficientemente limpia era probada, y pocos eran los sangre limpia que no pertenecían a Slytherin. Entre ese selecto grupo de magos elegidos, destacaba el joven Draco Malfoy, un alumno de quinto curso, de liso pelo rubio platino y ojos claros el cual se encontraba sentado en un cómodo sillón al lado del fuego, visiblemente apartado de sus amigos.

Él, por supuesto, se enorgullecía más que ninguno de sus compañeros de pertenecer a esta casa, y más aún de su sangre enteramente limpia. Había crecido aprendiendo que solo la gente como él mismo era la merecedora de su respeto y nada ni nadie podía intentar convencerlo de lo contrario. Se encontraba en estos precisos instantes cavilando intensamente sobre ello, como desde hacía algún tiempo repetía todas las noches desde el año pasado, pues por primera vez en su vida, sentimientos contradictorios parecían inundar su confusa mente.

—¿Draco? —La voz de Pansy Parkinson resonó en su cabeza, y poco después, reparó en que la tenía justo enfrente.

La joven de media melena oscura no podía evitar romper la separación que había entre ella y Draco Malfoy. Llevaba demasiados años enamorada, y no iba a ser capaz ahora, cuando por fin tenía probabilidades de convertirse en algo más, de estropearlo por su reciente comportamiento distante. Si él se apartaba, ella se acercaría.

—¿Qué? —Respondió toscamente, intentando que la joven Slytherin se apartase de él cuanto antes—. No estoy de humor para tonterías.

Ella lo miró dubitativa, preguntándose si Draco se encontraba bien, pues eso era para ella lo más importante. Intentó tocar su hombro, en señal de afecto, pero él apartó su mano.

—Pensé que tal vez desearías compañía...

—Pues ya ves que no —La interrumpió a media frase—. Por si no lo has notado, me apetece estar solo, vuelve con los demás.

Un poco ofendida, pero ya acostumbrada, Pansy se retiró al otro extremo de la sala, donde Crabbe, Goyle, Zabini y unos cuantos más de su curso charlaban entre risas bastante ajenos a sus sentimientos contradictorios. Pero a Draco ya no le apetecía tanto como antes unirse a ellos a pesar de que siempre había adorado ser el centro de atención, pues desde este último verano, muchas cosas habían cambiado para él. Su padre le había informado de primera mano sobre la ascensión al poder del Señor Tenebroso, y por consiguiente, de su nueva y aterradora situación. Lord Voldemort quería que se uniese a sus mortífagos al finalizar quinto curso. No había posible vuelta atrás.

Por supuesto, en ningún momento podía negar delante de su padre o su madre que él no estaba más que orgulloso de servir al que consideraban el mago más grande de todos los tiempos, se había obligado a si mismo a sonreír y aceptar de buen grado lo que su nuevo destino como mortífago le deparase, pero, en el fondo de su corazón, no podía negar cuanto lo aterraba.

Si algo tenía claro, era que él, Draco Malfoy, no era ningún asesino, y por lo tanto, no estaba dispuesto a mancharse las manos de sangre, ¿No podían acaso desterrar a esos sangre sucia sin recurrir a la muerte? Podían torturarlos hasta la saciedad si lo deseaban, pero... ¿Matarlos? Al fin y al cabo, ningún sangre sucia tenía la culpa de haber nacido así.

Cerró los ojos fuertemente y presionó los puños contra el cómodo sillón. Odiaba sentirse como un cobarde, pero no podía negar que su vida era más importante que cualquier otra, y si tenía que matar a otros para sobrevivir ¿No debía acaso hacerlo sin preguntarse toda esta sarta de tonterías? Se estaba volviendo loco, y su rendimiento escolar estaba bajando a puntos insospechados, eso estaba empezando a causarle problemas.

Entre Clases [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora