[12] Reflexiones Navideñas

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Hola a todos! Lamento la larga espera entre el ultimo capitulo y este, pero he tenido bastantes problemas personales y no he podido dedicarme a escribir en mi tiempo libre. El capitulo me ha quedado un poquito más corto de lo normal, pero intentaré que los próximos vuelvan a ser como de costumbre.

ººº

Reflexiones Navideñas

La vida de Hermione Granger se había convertido en una irrefrenable caja de sorpresas que no parecía acabarse nunca. El extraño beso de Draco Malfoy pronto quedó ahogado por acontecimientos más importantes, Harry había soñado con el señor Weasley siendo atacado por una serpiente, y por desgracia, no fue tan solo un simple sueño. Fueron trasladados casi de inmediato al cuartel general de la Orden del Fénix a la espera de nuevas noticias, y Hermione solo podía pensar y desear en su pronta recuperación.

Pasaron los primeros días de navidad yendo y viniendo del hospital al cuartel para poder visitar al señor Weasley y eso permitía a la castaña evitar pensar en nada relacionado con cierto rubio, pero en las noches la cosa cambiaba. La imagen de Malfoy a escasos centímetros de ella la inundaba constantemente y eso le revolvía el estómago. No quería pensar en ese chico tan desagradable y malvado, no podía permitir que Draco Malfoy le robase el sueño. Pero lo hacía.

Harry y Ron no tardaron en notar el extraño comportamiento de su amiga, sus incipientes ojeras y su inusual mal humor. Al principio lo asociaban con las malas noticias, pero con el paso de los días, y ante la recuperación favorable del padre de Ron, se notaba que la joven tenía sus propios problemas.

—¿Hermione, te sucede algo? —Le preguntó el pelirrojo uno de esos días en los que la castaña se encerraba en sí misma con sus libros, estaba preocupado y necesitaba ayudarla—. Últimamente te veo muy apagada...

La chica levantó la vista del libro que estaba leyendo, el mismo que había logrado sacar de la sala de los menesteres. No es que le agradase mucho, pues el libro le recordaba incluso más lo sucedido con Malfoy, pero no pensaba quedarse atrás respecto a los demás.

—Solo intento ponerme al día en hechizos defensivos —Le dijo intentando quitarle importancia a su actitud—. Y los últimos sucesos no es que ayuden mucho a estar precisamente bien.

—Sé que esos castigos con Umbridge son horribles —Comentó él rápidamente, pensando que el malestar de su amiga provenía de ahí, y sintiéndose culpable por tener tan poco tacto—. Pero tu eres fuerte, y lo sabes, puedes con eso y mucho más Hermione.

La susodicha alzó la vista, sorprendida por lo que le había dicho. Al instante enumeró casi todas las conversaciones que había tenido con Ron a lo largo de los años, pero en ninguna de ellas su amigo se había mostrado tan comprensivo. Estaba asombrada.

—Vaya... Gracias Ron —Masculló forzando una pequeña sonrisa—. Se me pasará, no te preocupes.

El pelirrojo sonrió claramente aliviado, y dejó que Hermione continuase estudiando sin interrupciones, pero la mente de la muchacha estaba otra vez muy lejos de allí, en cierta sala del séptimo piso de Hogwarts, donde la última persona del mundo que esperaba que la besara, lo hizo. Y no le gustaba, le parecía repulsivo, se sentía sucia, se había lavado los dientes miles de veces desde aquel encuentro, pero el recuerdo no desaparecía, continuaba filtrándose cuando ella bajaba levemente la guardia.

Después, por desgracia, también estaba la preocupación porque él la había descubierto en la sala del ED. Hermione ni siquiera quería imaginarse lo que pensaría Harry si supiese lo descuidada que había sido, pero odiaba guardarle secretos. Se sentía en un callejón sin salida imposible de burlar.

Entre Clases [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora