Loca
Hacía varios días que Hermione se sentía lejos de la realidad que la envolvía. No sabía muy bien como retomar el camino correcto en su vida a pesar de que siempre se había caracterizado por ser una persona de decisiones rápidas y concisas. Por un lado, estaban esas pesadillas que se repetían sin parar, en todas ellas el idiota de Draco Malfoy amenazaba con asesinarla de mil formas posibles, y no se sentía muy capaz de aguantar ni una sola más. La castaña estaba harta de tener que soportar esos sueños tan fugaces y sumamente vívidos que la dejaban sin aliento al despertar, quería acabar con aquello, pero ya había probado todo lo que había encontrado en la biblioteca, ya no le quedaba nada por leer. Por otro lado, estaba esa absurda petición del rubio acerca de aprender defensa en la sala de los menesteres, le resultaba sencillamente estúpido pensar que podrían tener una especie de tregua, pero ella no caería en su trampa, ni ahora ni nunca.
Precisamente por eso se encontraba en la sala de los menesteres con el corazón en un puño, entre asustada y molesta, pero ante todo, segura de lo que hacía ¿Acaso Draco Malfoy se creía capaz de engañarla a ella? Aun recordaba como le había enviado aquella nota mediante una lechuza del colegio para citarla allí, y la sorpresa y odio que la inundaron, parecía que Malfoy no había lanzado ningún farol aquella noche, él tenía algún interés oculto en esa sala y pensaba averiguarlo. Últimamente sus nervios no paraban de traicionarla, pero esta vez estaba segura de lo que hacía, así que acepto esa especie de reunión con Malfoy para demostrarle que estaba equivocado, que era mejor que él en todos los aspectos.
Canalizaba los nervios como buenamente podía, caminando en círculos por todo el recinto y enumerando una y otra vez todos los libros que había leído y todos los hechizos que había aprendido en los últimos meses gracias al ejército de Dumbledore. No podía negar que añoraba demasiado aquellos días en los que podían desafiar a esa bruja en su propia cara y la fuerza que inundaba sus corazones por el simple hecho de poder hacer lo correcto, pero ya no quedaba nada de eso, todo se había esfumado poco a poco desde la desaparición del director. Harry estaba dolido con Cho, por más que lo negase una y otra vez, no podía evitar notar lo distante que se encontraba su amigo, y Ronald, bueno, era Ronald, el chico parecía no darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor hasta que la realidad le diese en sus narices. Ella estaba cansada de tener que ser el cerebro del grupo, de intentar subir los ánimos a ambos sin resultado, pero no dejaría de hacerlo nunca, porque ellos dos eran su familia, y estaría siempre a su lado.
—Granger, como sigas mirando el libro de esa forma lo vas a calcinar —El desagradable tono de Draco Malfoy inundó sus pensamientos y la obligó a dejar sus recuerdos en un segundo plano.
Y allí estaba él, apoyado contra la pared de la gran sala del ED sonriéndole, con la mirada penetrante sobre ella. A Hermione no le intimidaban esas poses tan aristócratas que al rubio le gustaba lucir, es más, podría llegar a considerarlas atractivas si no se tratase del chico más detestable de Hogwarts.
—Conmigo ni lo intentes Granger, soy ignífugo —Continuó hablando al ver los ojos color miel de la castaña clavados en él. Caminó despacio cruzando el espacio que había entre ellos y tomó el libro que Hermione tenía en sus manos—. Ni se te ocurra ponerme a copiar estúpidos hechizos en un pergamino otra vez.
—No veo cual es el problema de sentarse y estudiar Malfoy, a veces es necesario para ganar una buena técnica a la hora de realizar hechizos, y además... —Su discurso se vio cortado por la mano del chico sobre su boca, Draco no parecía dispuesto a seguir escuchandola.
—Una palabra más Granger, y te juro que te enseño lo que es un hechizo de verdad —Protestó, mientras apartaba la mano de su boca y fingía limpiarla en su túnica—. Pero no me sorprende para nada que solo aprendas magia así, demasiada sangre muggle corre por tus venas ¿Eh, Granger?

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Entre Clases [Dramione]
FanfictionDraco Malfoy nunca se ha caracterizado por jugar limpio, siempre ha sido uno de los mayores dolores de cabeza del famoso trío Gryffindor, pero ahora que el Señor Tenebroso vuelve a alzarse con el poder y le ofrece al joven Slytherin unirse a sus mor...