Capítulo 18: ¿Roberta?

55 11 2
                                    

-¿Hay alguien en casa? -gritó Marina.

Nadie respondió, por lo que mi amiga pelirroja nos invitó a entrar.

-Joder, menuda choza - bufó Dana.

-Y tanto - afirmé yo.

-Es lo bueno de que tu madre se case con un millonario. Lo único malo es que tengo que convivir con él y sus insoportables hijos. -respondió Marina.

Nos enseñó la casa (que parecía de un castillo) y finalmente nos llevó a su habitación. Era enorme y estaba compuesta por una cama individual y dos literas.

-¡Me pido arribaaaa! - exclamé subiendo las escaleras hasta la cama superior.

-Oye, muy bonita la casa y todo eso... pero si me meo por la noche, ¿cómo narices quieres que encuentre el baño? Me voy a hacer pis por el camino... - se quejó.

-Eres idiota, hay un baño en la habitación, zopenca. - me río.

Dejamos las mochilas en las habitaciones y bajamos a la cocina a hacer palomitas.

-Tengo que ir al baño, ahora vuelvo. - dije.

Ambas asintieron y yo me fui por el pasillo. Empecé a buscar el baño pero no lo encontraba por ningún lado (si al final Dana iba a tener razón). Un rato después escuché el sonido de una ventana abrirse. Provenía de una habitación que se encontraba al final del pasillo. Cogí lo primero que tenía al alcance (un paraguas negro) y me dirigí con sigilo a la habitación (#ninja). Cuando iba a dar un paraguazo unas manos fuertes me taparon la boca. Intenté gritar y pataleé como una loca.

-Shhh. Te van a oír, no seas escandalosa, idiota - susurró en mi oído una voz que conocía muy bien.

Puse las manos en alto en son de paz y me fue soltando poco a poco.

-Serás idiota, Will.- gruñí.

-Pero te encanto.-contestó guiñándome un ojo.

Me di cuenta de que tenía un ojo morado y estaba sin camiseta. Tenía un corte que no paraba de sangrar en su hombro y otro a la derecha de su ombligo. Me puse colorada al ver su pecho descubierto pero en seguida reaccioné.

-¿Qué coño te ha pasado? -subí la voz.

-Shhh. Habla bajo, por favor. No quiero que mi padre se entere. - murmuró.

-¿Acabas de decir "por favor"? - me reí. -Idiota, tu padre no está en casa. Dame el botiquín, voy a curarte y después me piro, ¿vale?

Asintió con una mueca de dolor. No estaba en situación de discutir.

Me señala el baño y me da instrucciones mientras se sienta en la cama.

-Y bien, ¿con quién te has peleado? No me digas que ha sido tu novia que te ha clavado las uñas postizas. - me empecé a reír.

Frunce el ceño mientras paso el algodón con agua oxigenada por los cortes.

-¿Roberta? Qué va, ha sido un hijo de puta que ha insultado a mi madre.

Empiezo a reírme como una foca retrasada.

- Has...dicho... ¿Roberta?

Estoy intentando respirar. Me doy cuenta de que no está bien e intento parar.

-¿Tu madre? Pues si que son rastreros. La familia no se toca.-cambié de tema.

Acabé de curarlo en silencio mientras tarareaba una de mis canciones favoritas.

-Cántame algo.-sugiere.

-Lo llevas claro. Que te cante Roberta. -respondí con ironía.

-¿No estarás celosa?-sonríe pícaro.

-¿De su naturalidad, dices? Un poco. - me reí.

-Tú... no eres como ella.- contestó.

-Uf, qué alivio.

Sonríe y se me queda mirando.

-¿Qué miras, pervertido? Mejor me voy.

Me giré y me agarró de la muñeca, haciendo que cayera sobre él y que quedáramos a centímetros.

-A ti. - dijo con voz ronca, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

-Como vuelvas a hacer eso te dejo el otro ojo morado.

Estaba realmente enfadada.

-Hazlo.- me reta.

Impacté mi mano en su cara y salí de allí lo más rápido que pude.

----------
Con Kaya, chulerías las justas.
Espero que os guste.
Abrasos calentitos para todos.
#byenotbye♡

¿¡Veo doble!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora