Capítulo 11: Mi peor pesadilla.

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La verdad es que la cosa salió mejor de lo que pensaba. Le quité el balón a un par de chavales y metí un gol. Era lo bueno de tener un hermano futbolista, que el miedo al balón iba desaparecido.
Todos los tíos (excepto los gemelos) me cogieron en brazos y me empezaron a lanzar y yo no podía parar de reír.

-Ojalá algunos del equipo hicieran la mitad que tú - se río el entrenador.

Unos cuantos chavales se dieron por aludidos y empezaron a protestar mientras el resto se reía.

-Enhorabuena - gruñó Will -Pensaba que no te atreverías.

Asentí y no dije nada.

-Pero... de todos modos has tenido mucha suerte - puntualizó, con expresión chula.

-Al saber le llaman suerte - respondí y, al ver que no tenía respuesta me di la vuelta y me fui.

Los chicos me felicitaron una última vez y se despidieron. Zack no se atrevió a decirme nada y Enzo ni siquiera me miró.

Desde las gradas, mis amigas me aplaudían y gritaban.

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-Los gemelos son tan raros. No los entiendo - comentó Dana mientras nos dirigíamos a la salida.

-Dímelo a mí. ¡Uno no me deja en paz y el otro me odia! - exclamé.

-Ya...pero vosotras no los tenéis que soportar todos los días... - murmuró Marina.

-¿Qué quieres decir con "todos los días"? ¿Sois vecinos? - interrogó Dana.

-Espera, ¿no lo sabéis? - se sorprendió la pelirroja.- Son mis hermanastros.

-¿¡QUE QUÉ!? - gritamos.

__________

Dana y yo nos marchamos a casa sin saber nada más. Marina nos prometió contárnoslo todo al día siguiente.

Primer día de clase (y menudo día) : superado.

Saludé a mi madre con un beso, a mi hermano con un "¿qué pasa idiota?" y jugué un rato con mi perrita Zara.

Mi padre estaba en un importante viaje de trabajo, así que lo llamé y estuve hablando un rato con él. Lo echaba de menos.

-Kaya, tienes que bajar a sacar la basura antes de que se haga de noche - ordenó mi madre.

Estaba empezando a oscurecer, así que me puse una sudadera, ya que hacía frío y solo llevaba el pijama.

Cogí la bolsa de basura y salí de casa.

El aire me golpeó la cara y me hizo tiritar (menos mal que estábamos en septiembre)

Me metí en el callejón de los cubos de basura y tiré la bolsa.

Me giré y me quedé sin respiración. No podía ser él. No podía haberme encontrado.

Me escondí tras los cubos de basura, rezando porque no me hubiera visto.

Empecé a tiritar con fuerza pero estaba inmóvil. Respiraba con dificultad y una niebla espesa me cubrió la cara.

Noté agua en mi cara. No sabía si estaba lloviendo o eran lágrimas.

Mi peor pesadilla se acababa de cumplir.

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Como amo el suspense...
Espero que os haya gustado.
#byenotbye

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