*Alma*
-Ni que hubieseis visto un fantasma - le digo- Aun no lo soy -repongo- Aunque el día que lo sea, no dejare de daros por culo - entonces Paula sonríe- Bueno al fin estamos todas juntas.
-¿Que pasa? -Pregunta Mery.
-Como sino supieras del asunto.
-No sabemos -interviene Vane.
Miro hacia la pared y seguidamente al techo -De acuerdo.
-¿Que cojones OS pasa conmigo? -pregunto, y entonces, todas se miran con asombro- No, no OS miréis contestadme.
Me dirijo hacia la puerta de la habitación de Noa y me echo en ella, taponando así el paso.
-De aquí no se va nadie, hasta que no me lo contéis.
-No sabia que fueras tan mala -dice Vane, mientras cierro la puerta con llave y me la echo al bolsillo.
Yo le guiño el ojo.
-¿Bueno quien de todas me lo va a decir?
-Es que no se de que estas hablando exactamente -dice Mery.
Yo la miro levantando una ceja. Claro. Y yo me lo creo.
-Noa -digo y esta niega con la cabeza- Vane- y esta hace unas muecas con la cara de no saber nada-Vale... Paula - esta suspira, sabia que ella si que lo diría.
-Esta bien -dice Paula cogiendo aire- Estamos cansadas Alma. Cansadas de que últimamente solo estés con chicos y a nosotras nos estés dando de lado. Somos tus amigas, y nos importa. No queremos alejarte de nosotras. Y no lo estamos haciendo, tu misma te estas alejando. Supongo que ahora en vez de cinco, seremos cuatro, y tu te pasaras los fines de semana por hay con sabe dios que tíos- eso he de decir que me ha dolido.
-No nos ha dado tiempo a ser cinco -la corrijo- que me quieres decir ,¿que me vais a remplazar por Noa? -Esta intenta hablar pero Paula vuelve a intervenir.
-No, no la vamos a reemplazar por ti Alma, porque tu eres irreemplazable. Sólo que en vez de ser Vanessa, Paula, Mery y Alma. Seremos Vanessa, Paula, Mery y Noa.
Sus palabras me han dolido profundamente y las lágrimas que ruedan por mis mejillas, son prueba de ello. En ese momento miro las caras de mis amigas. Aquellas que tanto me conocen. Las que me han ayudado a levantarme cuando me he caído y que tanto hemos echo las unas por las otras. Miro a Noa, que aunque la conozco de bien poco me ha demostrado ser muy buena persona, y por su expresión parece que todo este asunto le esta dando pena. Seguidamente miro a Mery ella tiene un rostro donde no se puede distinguir si siente una especie de cabreo o de tristeza, pero no dice nada, solo se limita a mirar al suelo. Vanessa y Paula se miran. Estas muestran una cara seria pero no sabría decir si tristeza o enfado.
Miro hacia la ventana y le dirijo a ella salgo y una vez fuera, escucho mi nombre.
-Alma- me vuelvo- ¿Donde vas?
-Necesito aire -respondo con la poca voz que me queda.
Bajo por las escaleras de emergencias, y camino hasta llegar al parquesito en el que tanto he reído y también llorado. Me siento en una banco y en mi cabeza no paran de sonar las palabras que Paula ha pronunciado. Que aunque ella ha sido quien lo ha dicho, era lo que todas pensaban.
No me puedo creer que tengan tal concepto de mi. Me siento muy mal. Vacía y sola. No se que hacer para aliviar esto que siento. Vuelven a rodar lágrimas por mi cara, pero esta vez no impido que no salgan. Sino que dejo que salgan libremente.Ha pasado una hora y decido volver a casa. Me quedo dormida entre mis lágrimas y canciones tristes. Es raro, pero por una vez no estoy sufriendo por desamor.
Son las diez de la mañana del sábado, y no tengo planes. Pero conozco también a mis amigas que se que estarán haciendo, así que decido idear otro plan, y empiezo a llevarlo a cabo. Me visto y me pongo unos vaqueros cortos junto con unas medias y un top blanco de flores. Cojo una chaqueta negra y un bolso marrón. Salgo y me dirijo al centro comercial. Necesito comprar ropa. Aunque ahora mismo mis circunstancias no son las mejores.
Entro en un par de tiendas. En la primera compró unas gafas de sol y en la segunda un vestido negro con la espalda al aire, y una raja al lado que deja ver mis piernas esbeltas.
Me extraña no haberme encontrado ni a Noa, ni a Paula ni a mery y Vane.
Siempre suelen ir de compras los sábados por la mañana, y después a burger king. Así que ahora me dirijo para allá. Llego a la puerta y me asomo. Es la hora punta la una y media del medio día. Esto esta llenisimo. Miro en la planta de abajo, pero no las localizo, así que, decido entrar y subo a la segunda planta. Las vi. Me acerco hasta su mesa y hasta que no llego no se percatan de mi presencia.
-¿Puedo? -digo con voz firme mientras señalo al sitio que queda vacío, y me quito las gafas de sol.
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Deseo Prohibido
RandomLa vida de Alma se podría decir que era normal, hasta que Abel apareció en ella. Desamor, romances, engaños, y sobre todo deseo.