Capítulo 1

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El de la foto es Ethan
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Ethan Miller

Siempre con ropa oscura, tratando de evadirse, de desaparecer de esta sociedad, intentando no llamar la atención, cuando lo único que llamaba atención de mi maldito mundo era ella.

Me encantaba, su forma de caminar era insegura pero a la vez gloriosa, su sonrisa, que pocas veces pronunciaba pero cuando lo hacía enloquecía a cualquiera que pasara por su lado, sus pequeños lunares que destacaban sobre la piel fría y blanca como la nieve, aquella profunda mirada de ojos verdes que iluminaba aquel caos en el que estaba adentrado, su pelo moreno entrelazado que resaltaba todos sus rasgos y su perfume que hacía que me volviera cada día más adicto a ella. Ella era Alice, aunque yo siempre me acostumbraba a llamarla Al, un simple nombre para los demás pero no para mí.

-Perdón- pronuncié mirando al suelo, recogiendo mis libros caídos. Menuda manera de empezar el primer día en este instituto.

-No no, es mi culpa, ha sido sin querer.- Levanté la mirada, cruzándome con unos ojos de un color difícil de definir, un verde de diversas tonalidades juntas, el caos perfecto.-Vaya, así que bachillerato científico, ya decía yo que tenías pinta de listillo...- rió.

Alice Black

Menudo torpe, primer día del curso y ya empezamos mal, un chico choca conmigo y se le caen todos los libros encima de mí. Llevo 1 año aquí y nunca me había cruzado con él, tiene unos rasgos muy peculiares, moreno con el pelo un poco despeinado, pero no mucho, destaca con una combinación de azules que forman su iris, una sonrisa espectacular y con un cuerpo bien esculpido, el chico con el que todas las tías soñarían.

-Pues claro, no todos los tíos nos dedicamos a tener sexo como vosotras.- bufó.

Vale, puede ser muy guapo pero de odioso tiene mucho, cuando se agachó a coger los libros pude entrever una cicatriz que surgía de su cuello pero que rápidamente tapó con el polo negro que llevaba, seguro que de pequeño se clavó algo, se quedó sin oxígeno y por eso le faltan neuronas para ser educado.

Ethan Miller

Puedo ser el nuevo, pero no permitiré que se rían de mí, y menos una chica.

-No hace falta que te pongas así, pero da la casualidad de que yo también.- dijo en tono sarcástico.- ¿Eres nuevo?

-¿No lo has notado? - Pregunté irónicamente.- Voy más perdido que Dora Exploradora.

- No sabía que veías Dora Exploradora, pensaba que un chico de 17 sería un poco más maduro.

-18 querrás decir.- corregí.

-Pues con más razón aun...- no llevábamos ni 10 minutos y ya me empezaba a poner de los nervios.- ¿Entonces eres repetidor?

-Bingo a la morena.- reí sarcásticamente.

-Retiro lo de listillo- De verdad, me estaba sacando de mis casillas.- ¿Y eso? ¿Biología era muy difícil para el pequeño?

-¿A caso te interesa? - Estaba claro que no le iba a contar la verdad, después de eso sonó la alarma y me fui a buscar la clase de química intentando evitarla, pero olvidé que íbamos a la misma clase.

Se sentó a mi lado, aunque nos mirábamos de reojo

-Por cierto, me llamo Alice.- Cuchicheó.

-Yo Ethan.- respondí seco.

No dirigimos palabra en toda la hora, menos mal, no había estado tranquilo desde que había llegado.

Cuando acabaron las clases me fui al bar del instituto, caminando por los pasillos las chicas no paraban de mirarme de reojo y cuchichear palabras que no entendía pero daba por hecho, todas son iguales.

Alice Black

Al acabar la clase de química, vi a Ethan salir a paso rápido por la puerta, intente seguirle pero iba demasiado rápido, es un poco extraño este chico.

Ethan Miller

Vi una mesa libre y me senté a desayunar, todo iba bien hasta que llegó la morena, ella se llamaba Alice pero me apetecía llamarla así.

Se acercó a mí y se sentó enfrente, iba con una coleta alta, una camiseta de Nirvana, unos pantalones ajustados negros y unas Vans, nada mal.

-Que solo estás, chico nuevo- recalcó lo de 'nuevo' marcando bien todas y cada una de las letras que formaban la palabra, era odiosa.

-Bueno, tu no es que estés con tus amigos.- Se la devolví sin importarme mucho su mirada asesina que acababa de mandarme, demasiado expresiva.

-La verdad es que no los necesito, ¿mejor sola que mal acompañada no?- y tenía toda la razón.

Carta 623Donde viven las historias. Descúbrelo ahora