Los días a bordo del barco seguían transcurriendo y, por fin, definitivamente, todo había vuelto a su lugar, o al menos aparentemente.
El sol brillaba en lo alto del cielo, la brisa marina refrescaba el ambiente y las discusiones habían vuelto a aparecer en La Dama de las Dagas. Volvía a respirarse violencia por doquier. No pasaba ni una sola hora desde que una terminaba hasta que una nueva se formaba y aquello, esa mezcla de olor a salitre y calor abrasador junto con continuas disputas, era para los hombres de Jacques Brown lo más parecido a sentirse como en casa.
Puesto que estaban en verano y aquel día hacía mucho calor, la mayor parte de la tripulación iba con el pecho descubierto mientras trabajaban sin descanso.
Se escuchaban gritos como: "¡Imbécil, no me eches la mierda encima!" o "¡Mueve el culo de una puta vez, holgazán!". Pero, sin duda, el sonido más destacado era esa conocida melodía creada por el entrechocar de metales, producto de las peleas con espada.
Los piratas de La Dama de las Dagas tenían como obligación practicar todos los días al menos una hora con aquellas armas. Nunca se sabe cuando vas a entrar en batalla o ser abordado por un enemigo y el capitán Brown quería que sus hombres no solo estuvieran preparados, si no que además fueran de los mejores espadachines de entre los Siete Mares.
Para ello, tenía a un veterano de guerra, experto en espadas y encargado de enseñar a los más jóvenes o nuevos: Bob El Viejo. Así el anciano podía descansar de su puesto a cargo del timón durante un instante y despejarse un poco.
Dado que hacía ya tiempo que no tenían ningún nuevo tripulante se encargaba de perfeccionar la técnica de los más jóvenes e inexpertos.
Aquellos jóvenes eran fuertes y con constituciones idóneas para la pelea pero absolutamente ninguno de ellos tenía el cerebro suficiente como para ser un brillante espadachín, o al menos por el momento. No eran más que niños inmaduros. Eran Nic, Pietro, Mike y los hermanos Ferrars.
Dado que eran impares Bob tenía que ponerse con alguno a practicar y, normalmente, aquel afortunado solía llevarse muchos golpes pues, a pesar de la edad avanzada de Bob, tenía una técnica brillante y pulida. Por no hablar de que los años de experiencia y la agilidad que aún conservaba hacían de él todavía un magnífico espadachín.
-¡Tocado!- exclamó Pietro mientras le asestaba un golpe con su estoque a Mike en el estómago.
Rápidamente, el escocés intentó devolverle el ataque pero Pietro, que era más rápido a pesar de tener una técnica menos trabajada, lo esquivó saltando y subiéndose a una de las escaleras que llevaban al puente de mando.
-¡Muy lento!-se burló.
Mike hizo una finta sin hacer caso de las mofas de su amigo e hizo que este perdiera el equilibrio, cayendo de culo en las escaleras. Aprovechando su desconcierto le asestó un golpe en el mismo lugar donde él lo había recibido.
-Tocado.-dijo sonriéndole.
Le tendió la mano y le ayudó a levantarse. Escucharon un grito y ambos miraron en la dirección de donde provenía en alarido.
-¡Joder, Bob! Dame un poco de cuartel.-se quejaba Nic frotándose el brazo dolorido.
-¿Cuartel? ¡Idiota! ¿A caso crees que cuando tengas que pelear contra un enemigo este te va a dejar descansar o se va a contener?-golpeó el suelo con la vara que tenía en la mano.- ¡Una vez más!
Bob El Viejo llevaba usando aquella vara como utensilio básico de enseñanza desde hacía siglos. Exigía al chico con el que trabajaba que practicara con él la técnica y si se equivocaba o daba un paso en falso recibía un severo golpe de aquella temida vara. El leñazo solía venir acompañado de un picor y de futuros moratones. Sin embargo, a pesar de que se trataba de una técnica violenta para aquellos que piensen que la enseñanza debe hacerse con amor y cariño, aquella táctica siempre había dado buenos resultados y gracias a ella La Dama de las Dagas contaba con dos magníficos espadachines. Lástima que en aquellos momentos no sirvieran para nada.
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Más allá de los Siete Mares (CANCELADA)
Adventure¿Sinopsis? ¡Quién necesita eso! Estoy demasiado ocupado surcando los Siete Mares, como para ponerme a escribir una sinopsis... Como el capitán tiene ahora un mapa del tesoro pues nos toca irnos a tomar por culo a por él. Y no te creas que es tan div...