El capitán Brown caminaba por las calles de su amada, sucia, inmunda y putrefacta ciudad. Andaba con la cabeza bien alta, sonriente, mostrando sus amarillentos dientes.
Se había puesto sus mejores galas para la ocasión: una camisa recién lavada con aroma a lavanda que en una época fue más blanca que amarilla, una chaqueta negra de algodón que tenía las mangas raídas y unos pantalones que, definitivamente, habían conocido días mejores. Y, para rematar la indumentaria, llevaba sus botas negras de tacón a las que había ordenado pulir y sacar brillo. Cubriendo su cabeza rapada, llevaba un enorme sobrero de ala ancha negro con una vistosa pluma de pavo real.
Tarareaba una cancioncilla mientras veía como todo en su hogar seguía tal y cómo lo había dejado: borrachos lanzándose botellas, niños ladrones escapando de los mercaderes, peleas de gatos en las esquinas... Adoraba pasear entre maldiciones e insultos. Era tan gratificante...
Finalmente llegó hasta una casa de gran tamaño que se encontraba en medio de una plaza con una bonita fuente. Tenía una escultura de un tiburón con las fauces abiertas, de donde brotaba el agua.
Subió de un salto los dos escalones que había para llegar a la puerta y, sin llamar, le propino una patada a la tabla de madera, derribándola.
-¡FAMILIA! ¡YA ESTOY AQUÍ!
-¿Qué cojones...?
-¿Quién ha llegado?
-¿Otro imbécil más?
Las personas de la casa se fueron arremolinando en la entrada.
-¡Jacques!-dijo un hombre barbudo de pelo marrón largo- ¡Primo mío, cuánto tiempo! Ya empezaba a desear que te hubieras muerto.
-No hasta que consiga hundir tu sucio barquito a cañonazos, amigo.
El hombre bajó la mirada al suelo y no respondió. Jaques le habría preguntado a que venía esa cara tan larga de repente, cuando su padre apareció.
Kevin Brown era un hombre alto y forzudo como Jaques pero, su rostro estaba poblado de arrugas y tenía el pelo largo y canoso. Llevaba una perilla bien recortada y olía a lavanda, igual que Jacques.
-¡Jacques! ¡Llegas tarde! Desvergonzado, la puntualidad es algo esencial. Nadie va a esperar a tu llegada cuando te alíes con otras tripulaciones para repartiros el botín.
-Tranquilo, papi. Los pasaré por el filo de mi espada o simplemente mi pistola les regalará un balazo entre las cejas.
-¡Ingenuo! No eres más que un niñato mal educado, en buena hora fui yo a criarte a bordo de mi Diosa de Lamentos. Con lo bien que intenté enseñarte...
-Si por criarme te refieres a darme un estoque y dejarme campar a mis anchas por todo el barco sin supervisión alguna, entonces sí.
Su padre avanzó hacia él dando grandes pasos, estaba apunto de estallar. Siempre había sido un cascarrabias.
-¡No te atrevas a hablarme así, desgraciado! ¡Soy tu padre, imbécil! ¡Me debes un mínimo de respeto, desastre con patas!
Las voces de la gente que estaba a su alrededor habían empezado a alzarse y habían acabado gritando todos a pleno pulmón, teniendo como base la discusión entre padre e hijo.
Tíos, primos, sobrinos, hermanos, nietos...Todos estaban discutiendo a punto de lanzarse lo primero que encontraran a la cabeza.
- ¡Tú no eres más que un pirata retirado venido a...
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Más allá de los Siete Mares (CANCELADA)
Avventura¿Sinopsis? ¡Quién necesita eso! Estoy demasiado ocupado surcando los Siete Mares, como para ponerme a escribir una sinopsis... Como el capitán tiene ahora un mapa del tesoro pues nos toca irnos a tomar por culo a por él. Y no te creas que es tan div...