Capítulo 19

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Con las manos me agarré a sus hombros, mi cabeza chocó contra la puerta al echarla hacía atrás, sus labios acariciaron mi cuello, besándolo lamiéndolo, bajó y bajó, me mordió los senos -suaveménte- por encima de la camiseta, mojándomela, realmente tenía que hacer un gran esfuerzo por no gritar, por no emitir un fuerte sonido...

-Así no... -dijo más para si mismo que para mi-

Me levantó la camiseta y apartó la tela del sujetador, liberando mis senos, y los besó, mi cabeza volvió a chocar contra la puerta, sonando, él levantó la cabeza, pero lo miré para que supiera que no pasaba nada.

Y siguió entrando y saliendo de mi, una y otra vez, mientras nos acariciábamos, nos tocábamos, de repente mi cuerpo comenzó a tener espasmos, las paredes de mi vagina se contraía...

-Que... me corro... -gemí, él gruñó y aceleró, de repente clavé mis uñas en sus hombros, y me corrí.

Él siguió empujando hasta que consiguió su propia liberación. Me abrazó y yo lo abracé a él, sabía que si en ese momento pisaba el suelo, me caería, mi cuerpo temblaba tanto que una gelatina parecía piedra a mi lado.
Abrazándome me llevó al sofá y se sentó conmigo en su regazo, seguí abrazada a él un rato más...

-Eres increíble -me dijo besándome un hombro.

-Pues anda que tu -contesté sin pensar. Con él había experimentado el mejor sexo de toda mi vida, pero no se lo iba a decir, no por ahora... Me levantó la cara que yo tenía apoyada en él y me sonrió antes de darme un suave beso en los labios.

-Creo que es mejor que nos vayamos vistiendo -me dijo. Llevaba la razón.

Me dejó a su lado y me puse de pie, una vez que estuve segura de que mis piernas me sujetarían. Me coloque toda la ropa bien, entré en el cuarto de baño y me miré al espejo, ¡dios estaba horrible! Estaba despeinada, las mejillas las tenía muy rojas, rojas de deseo... eso me hizo sonreír, el maquillaje había desaparecido, el pinta labios no estaba, y el rimel se me había corrido, cuando se me habían saltado las lagrimas, cosa de la que me acababa de dar cuenta.

Dylan entró al cuarto de baño y se lavó la cara, yo me estaba retocando el lápiz de labios.

-Me has dejado echa una salvaje -me quejé- vaya pinta que tenía.

-Estabas preciosa -me contradijo.

Ambos salimos del baño y él se dirigió a la puerta. De repente me acordé de que no llevaba bragas.

-Dylan...

-¿Si? -preguntó girándose hacía mi con una tierna sonrisa.

-Mis bragas -dije con un poco de pena- devuélvemelas.

-No -me contestó.

-¿Cómo que no?

-Ahora son mías, ciao amore -me dijo, y salió de mi despacho, dejándome con la boca abierta y confundida ¿desde cuando se dedicaba a decirme amor en italiano?.

Sexo con mi mejor amigo ( Dylan O'brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora