No se como, pero ahora estaba tumbada sobre la cama, bueno si se como, él me había traído, pero yo no me había dado cuenta... estaba demasiado pendiente de mi cubito de hielo, y su boca... su lengua... su sabor...
¡Dios, me estaba volviendo loca!
-Es hora de beber... -musitó. ¿De beber? ¿Qué...? Sentí las manos de Dylan tirando de mis bragas, al cabo de unos segundos volaron, cayeron en algún lugar de la habitación...
-Dylan ...
-Shh -siseó él besándome.
-¡Deja de ser tan mandón! -me quejé.
-Shh -volvió a sisear él, ¡de verdad a veces me sacaba de mi lugar! Pero no se iba a quedar a...
-¡¡Oh dios!! -sentí la lengua de Dylan contra mi sexo- Dios -esa lengua debería ser un pecado... desde luego sabía hacer que me distrajera.
-Eso es, tesoro, deja de quejarte y disfruta.
Me besó, después colocó un cubito de hielo en mis labios, abrí la boca para atraparlo, pero el no me dejo. Lo bajó por mi cuello, acarició mis pechos con el cubito, y siguió bajando y bajando de repente lo sentí contra mi coñó, el frío hizo que me sobresaltara, pero enseguida noté su lengua seguir el rastro del hielo.
-Aaah... Dylan ... dios...
Puedo jurar que su lengua es maravillosa, se movía de arriba hacía abajo, presionando sobre mi entrada, haciendo círculos alrededor de mi clítoris, haciendo que me costara respirar, y pensar, sin se consciente arqueaba mis caderas para él, entregándome a él...
Sus manos estaban agarrándome por mis nalgas, y él me controlaba.
-Quieta mi vida -me susurró- tranquila...
¿Pero como me pedía eso, como quiere que me esté quieta o tranquila, cuando su dulce lengua me tortura, me lleva a un lleva de viaje a un mundo de placer? Mis jadeos era cada vez más audibles, y tenía que concentrarme de vez en cuando en respirar, por que se me olvidaba, solo sentir, eso quería, sentir...
Y eso hacía... sentir.
Dylan me levantó más con sus manos, y me presionó contra su boca, ¿se puede morir de placer?
Mi cuerpo comenzó a sacudirse en espasmos, mi sexo se contraía, anunciando la llegada de mi orgasmo, arqueé más mi cintura, deseosa, buscando mi liberación... quería llegar ya, quería correrme de una vez por todas.
Me aferré a las sábanas, y apoyando los pies en el colchón me volví a arquear, más, todo lo que podía, hacía él, estaba a punto... a punto...
Pero de repente él paró.
Y yo me quedé bloqueada.
Lo miré confundida, ¿Por qué había tenido que parar justo cuando yo iba a llegar? Abrí la boca para quejarme, pero él me silenció besándome, se colocó entre mis piernas y entró en mí, de una sola embestida. Haciendo que alcanzara el orgasmo.
Grité y me aferré a sus hombros.
Él me besó, hambrientamente, y de igual modo le correspondí, entonces, comenzó a moverse dentro de mi, penetrándome, lenta y profundamente al principio, para ir más rápido después...
Solté el aire que había aguantado sin querer.
-Dios Dylan ... -gemí, o más bien susurré.
-Eso es nena, correte para mi... -me pidió entrecortadamente.
Y lo hice. Justamente un poco antes de él se tensara dentro de mi, y se corriera conmigo...
Se dejó caer sobre mi, y yo lo abrazó, le di un beso en el hombro y respiré hondo. Al cabo de unos segundos él se colocó a mi lado, liberándome de su peso.
-Eres increíble, tesoro.
-Puedo decir lo mismo -le repliqué.
-No tenía yo pensado el jugar con hielo -me confesó él, bueno siempre es bueno improvisar ¿no?- de hecho, traía yo una cosa... para comer...
-¿Comida? Tengo hambre -dije repentinamente. Él se rió.
-No es exactamente comida -dijo, y lo miré- es algo que te pienso poner...
que, me dieron ganas de decir, pero me contuve...
-¿Me vas a decir que es? -pegunté, estaba impaciente.
-Es... -de repente el sonido del móvil lo interrumpió, salió de la cama, completamente desnudo y fue a contestar.
Me quedé en la cama, tumbada boca arriba, pensando en que sería eso que me "iba a poner" miedo me daba, pero lo descubriría...
Como no llegaba, me metí en la ducha, y al salir me lo encontré sentado en la cama, vestido con tan solo unos calzoncillos. Le sonreí pero el no pareció verme.
-¿Quién era? -pregunté, y a decir verdad, curiosa.
-Mañana me voy de viaje.
Sentí como si un cubo de agua fría me hubiera caído encima, ¿Qué se iba de viaje? No podía irse. Para que me voy a engañar, si que puede, no me pertenece, tan solo es mi amigo, un amigo con el que comparto un sexo fantástico, pero nada más. Además, volvería pronto... ¿o no?
-¿A dónde vas?
-Me mandan a Italia, para acabar un proyecto.
-Ah... ¿Por cuánto tiempo?
-Eh... no lo se, no se si serán meses, o quizás un año.
Miré hacia abajo, y hacía el frente, para asegurarme de que nadie me presionaba la garganta, porque me estaba asfixiando, nadie tenía una mano alrededor de mi cuello. Y Dylan se iba. Se iba. Y yo no podía hacer nada. Por qué no me pertenecía. No somos nada. Solos dos personas que comparten la cama. Sexo. Y nada más.
-Ah... -fue lo único que salió de mi boca.
Y me fui de su habitación. Exactamente a la mía...
y ojo que la puedo eliminar
ESTÁS LEYENDO
Sexo con mi mejor amigo ( Dylan O'brien)
FanfictionDylan y yo, nos conocemos desde que somos unos niños, siempre Los mejores amigos que Nadie podia separar, vivíamos uno frente al otro, y siempre nos lo hemos contado todo,desde lo más tonto a lo más íntimo... pero una noche, algo cambia, y dejamos d...