Capítulo 26

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Despierto en la habitación de hotel, vacía y triste, al igual que yo. Voy directo a la ducha, necesito un buen baño para despertar completamente.

-Lo que ha cambiado la relación entre Noelia y yo de un día para otro. Ayer súper amigos, y hoy...no sé ni si quiera si quiere verme un pelo- pienso mientras me ducho

Salgo y envuelvo mi cuerpo desnudo en una toalla, dejando mi torso al aire, me pongo desodorante y me visto. Bajo a desayunar al restaurante del hotel y salgo directo hacia la casa de Noelia...

-Ding-dong-

-¿Sí?-

-Hola ¿Macarena?-

-Sí, soy yo...¿y tú eres?

-Pablo el amigo de su hija- me duele decir esas palabras

-Ahhh claro, Alborán- reímos

Noto como me abre la puerta, subo a su piso, y su madre me recibe, aún vestida con el pijama

-Perdone si estaba durmiendo-

-Nada, tranquilo, y no me trates de usted- dijo sonriendo

Miré el interior de la casa, para comprobar si estaba Noelia

-¿Noelia no está?- pregunté

-Ehh...no, se ha quedado a dormir en casa de Fátima-

Me dió la dirección, y me encaminé a buscarla

Narra Fátima:
Madre mía, pobre Noelia, la verdad que no se merece esto, en parte me parece que es tonta, porque que Pablo Alborán se te declare no ocurre todos los días. Pero por otro lado la entiendo, acaba de salir de una relación muy tóxica para ella, es normal que no quiera nada ahora

Después de estos pensamientos, decido levantarme de la cama, e ir a preparar el desayuno, pero antes, paso por la habitación de Noe... lo que yo creía, como un tronco está, aunque me imagino que no habrá dormido nada; pobrecita mía

Bajo a la cocina y empiezo a cortar las naranjas para preparar un zumo, pero de repente, tocan en el timbre, y me encamino a abrir

-Hola Fátima, ¿está Noelia?-

¡No puede ser! Es Pablo ¿cómo habrá conseguido mi dirección?

-Ehhh hola Pablo, sí, pero está durmiendo, digamos que anoche no pegó ojo-

-¿Podría subir a su habitación?-

Dios ¿y ahora que le digo? Bueno, tampoco pasará nada malo porque suba a verla, al fin y al cabo siguen siendo amigos

-Claro, pero ten cuidado, que tiene mal despertar- reímos

Narra Pablo:
Subo silenciosamente las escaleras, y abro la puerta de la habitación de Noelia, entro, y la cierro. Me acerco a su cama y me agacho quedado a su altura, observo su rostro dormido, y su pelo despeinado, aún estando así, sigue siendo la más guapa para mí.

Empiezo a acariciar su brazo y luego su cara, noto que se empieza a mover, y decido despegarme un poco para que no se asuste al despertar. Por fin abre sus ojos, al verme, da un brinco

-¿Pa...Pablo? ¿Qué haces tú aquí?-

-Tenemos que hablar, ¿no crees?-

-Ya...pero ahora no es el momento adecuado- dice mirando la habitación

-No pongas excusas- le digo

Agacha la cabeza, y yo se la levanto con mi mano

-Eyyy tranquila, no te quiero presionar, sólo quiero aclarar las cosas princesa- dije lo más tierno que pude

- A...a ver Pablo, tú...tú me gustas, se podría decir que demasiado, pero... No me siento preparada para empezar una relación, por muy bueno que me has demostrado ser...lo...lo siento-

-Tranquila princesa, si te entiendo, me imagino que debe ser duro, y no quieres tener nada...pero que sepas...que no voy a parar hasta conquistaste- dije esto cerca de su oído, y pude sentir su escalofrío

No recibí respuesta, y decidí romper el silencio que ya se estaba volviendo incómodo

-Bueno... ¿Y qué pasa? ¿Que porque estoy yo aquí no te vas a levantar?- empecé a hacerle cosquillas para que se despertara

-No,no para...pa..ra...Pablo- dijo como pudo a causa de la risa

No le hice caso y al final acabamos los dos tirados en el suelo. Hubo un momento en el que estábamos muy cerca, tanto, que pude observar a la perfección las curvas peligrosas de sus labios, que tanto deseaba probar, me fui acercando a ella, pero hubo algo que detuvo de inmediato mi deseo de besarla.

Mi Salvación (Pablo Alborán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora