Capítulo 35

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Narra Pablo:

No podía ser verdad... Es el mejor regalo de mi vida...que me diga esto el día de mi cumpleaños, es un sueño

Me acerqué a abrazarla

-Te amo Noelia

Me separé un poco de ella, lo suficiente como para que nuestras narices chocaran. Coloqué un mechón de su precioso pelo detrás de su oreja y con mi pulgar acaricié su cara.

Moví mi nariz de un lado a otro y me fui acercando a sus preciosos labios que en ese momento formaban una curva, la curva más bonita, su sonrisa

Cerré los ojos y dejé que mis labios se posaran sobre los de Noelia, que me respondió sin problema

Nuestros labios bailaban un vals, eran perfectamente compatibles. Nos separamos por falta de aire, y Noelia dice algo que me emociona

-Ha sido el mejor beso de mi vida

-Pues quédate a mi lado y los tendrás así siempre

-Te adoro mi niño

Nos volvimos a besar

Nos acostamos sobre la arena, y mi niña puso su cabeza en mi torso mientras iba haciendo círculos en él con la yema de sus dedos

Ví como cerraba los ojos y decidí proponerle que nos fuéramos ya

-Princesa, ¿no prefieres dormir en una cama?

-Bueno- dijo frotando sus ojos- si es contigo me da igual el lugar

-Y a mí, mi amor- ¿pero de verdad que no prefieres una cama?

-Bueno...está bien- reímos

-Pero antes quiero hacer algo

-¿Qué vas a hacer?- dije con tono pícaro

-Quiero que escribamos nuestros nombres en la arena

Cogimos una piedra, y empezamos a escribir

Pablo y Noelia, por un infinito unidos

Acto seguido, firmamos nuestro juramento con un beso

Después nos calzamos, y nos cogimos de la mano

Vimos a una pareja de ancianos que iban caminando también por la playa, y se pararon a nuestro lado

-Se os ve muy enamorados- dijo la señora

-Muchas gracias, lo mismo podemos decir- dijo mi Noe

Seguimos con nuestro camino hasta que rompí el silencio

- ¿Sabes? Quiero que cuando seamos igual de mayores que aquellos ancianos, sigamos así- dije mirando nuestras manos entrelazadas

-Se les veía tan felices, espero que sí mi amor- me besó

Llegamos al portal de mi casa y abrí la puerta, pero Noe me detuvo

-¿Qué le dirás a tu famila?

-¿Pues que les voy a decir mi vida? Que tengo por fin a mi lado a la mujer más maravillosa de este mundo

-Ya pero.. ¿Y si no aprueban nuestra relación?

-Te puedo asegurar que eso no pasará, toda mi familia me a apoyado en esto, están encantados contigo princesa

Se limitó a sonreír

Entramos a mi casa y no había nadie despierto, aunque normal, ya son las 12:30

Subí a mi habitación mientras Noelia se ponía el pijama en el baño

Entró a la habitación y se sonrojó al verme sólo con un pantalón de pijama

-Lo...lo siento- dijo mientras intentó salir, pero no pudo porque la agarré del brazo

-Yo duermo así cariño, siento haberte sorprendido- reí

-A ver Pablito, es que tu cuerpo sorprende a todo el mundo- dijo bajando la mirada

-¿A sí?- dije levantado su cara

-Si...sí- dijo nerviosa

-Pues...ahora es todo tuyo- dije tentándola

-No me provoque usted señor Moreno

-¿No puedo?- dije pícaro

-Venga anda, vamos a dormir

-¿Esquivas mi pregunta?

-No, es que tengo sueño- dijo riendo

-Vale, pero esto no va a quedar así- su piel se erizó, al sentir mi aliento sobre su cuello

Nos acostamos en la cama, y apoyó su cabeza en mi torso, yo acaricié su pelo hasta que se quedó dormida

Al rato yo también hice lo mismo

Mi Salvación (Pablo Alborán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora