CAPITULO VIII

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Milena se calmó después de un rato pero seguía sin  poder moverse.  Las crueles palabras de su madre  la tenían clavada en aquel lugar.  Las lágrimas volvieron, pero ella las contuvo hasta que se tranquilizó.  Tenía miedo de ser encontrada.

Sabía que su vida no valía nada  para ellos.

Decidió irse  a casa sin que nadie la viera, arreglaría una mochila con algo de su ropa y tomaría el dinero que tenía guardado en su alcancía.  Nunca lo había gastado, tenía una buena cantidad.  Seguramente iba a ser suficiente para salir de la ciudad.  Este solo pensamiento lo provocó un dolor horrible en el pecho. Si se iba, dejaría a Titán, ya no lo volvería a ver, por lo menos por varios años, pues no volvería hasta que fuera seguro para ella. Y eso sería cuando fuera adulta.  Quiso llorar ante la idea de verse a sí misma sola vagando de un lado a otro sin saber adónde ir, pero lo peor era estar lejos de Titán, el solo hecho de pensar en no verlo era terrible.

Un sutil ruido interrumpió sus  planes.  Se quedó inmóvil oyendo  atentamente.   Tenía  la certeza que había alguien dentro del edificio. Después de unos instantes se dio cuenta que eran varias personas.  Seguramente la habían oído llorar.  Milena salió de su escondite y en puntillas salió de la oficina justo antes de que dos personas entraran al lugar en el que ella había estado.  Gateo por debajo de los escritorios amontonados y salió con cuidado por un hoyo en la muralla, llegó a la oficina de al lado donde había un par de escritorios, unas sillas, materiales de construcción, barriles y un montón de cosas que siempre habían estado allí. Se quedó muy quieta mientras varias personas revisaban por todo el lugar de arriba a abajo.

Estuvo casi dos horas enroscada dentro de un barril que estaba tirado en un rincón. No se veía fácilmente pues ella había puesto plásticos, papeles y unos tarros de pintura a la entrada del tambor. Encima había tirado viejas lonas y unos sucios trajes de pintor. A simple vista, parecía que el tambor se había dado vuelta y esas cosas eran su contenido.  Milena no se movía en lo más mínimo, le costaba muchísimo mantener su respiración, su corazón estaba muy acelerado.  Por suerte era pequeña y delgada, de otra manera no hubiera cabido jamás.

Revisaron la oficina, tomaron los plásticos e incluso alguien le dio una patada a uno de los tarros a la entrada del barril.  Finalmente dejaron de buscar allí. Milena suspiro aliviada, pero decidió quedarse donde estaba. No saldría hasta que se sintiera segura. Entonces iría a su casa y de allí a la plaza, de alguna manera despertaría a Titán y lo convencería para que se fuera con ella muy lejos de allí, donde nadie lo pudiera encerrar o asesinar, y por supuesto, tampoco a ella.

La cabeza le dolía de tanto llorar, y seguramente de tanto pensar.  Sentía sus ojos hinchados y pesados.  Aún no creía todo lo que estaba pasando. Como era posible que toda su vida fuera una gran mentira, no tenía ni madre ni padre, abuelo tampoco, nadie en su familia lo era realmente. Estaba sola y la querían asesinar.

A las tres de la mañana decidió salir de su escondite, estaba segura que era suficiente.  No alcanzo a llegar a la escalera de emergencia cuando sintió erizarse el bello de su nuca. Inmediatamente se devolvió a su escondite y oyó claramente como Franco Pastene recorría nuevamente el lugar y maldecía en voz alta por no encontrarla.  Daba órdenes por teléfono para que más gente se uniera a la búsqueda de ella. Incluso envió gente a las ciudades cercanas y a las carreteras para que se aseguraran que ella no fuera a ninguna parte.

A las cinco de la mañana se marchó Pastene, pero Milena decidió quedarse en el lugar que estaba,  hasta la madrugada siguiente.  Seguramente nadie la iba a volver a buscar allí. 

Salió un par de veces de su escondite para estirar las piernas y fue al baño rápidamente.  Se volvió a meter al barril y se quedó allí aguardando que pasaran las horas.  Había planeado todo lo que haría, estaba segura que todo saldría bien.

LA MALDICION DE LOS INMORTALES  (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora