Capítulo 9: El baile (parte 1)

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Ya era hora, el momento había llegado. Me acerqué a ella lentamente y puse un mechón de pelo detrás de su oreja.

Horas antes.

¡¡¡BEN!!! ¿¡DONDE COÑO DEJASTE LAS LLAVES DE MI AUTO?!

– Tranquilo hermanito...– no pudo terminar la oración ya que lo interrumpí respondiendo furioso.

– ¡¡¿¿COMO ESPERAS QUE ESTÉ TRANQUILO!!?? Hoy es el baile y tengo que ir por Rachel y ya es tarde y no sé dónde están las llaves y...

– Lucas, respira. – Me corta Ben.

Inhalo profundamente por la nariz y luego exhalo por la boca.

– Gracias hermano, – le digo – lo necesitaba.

– No fue nada – dice haciendo un gesto de autosuficiencia con la mano.– ¿Y tú qué esperas? ¡Toma las llaves y ve por tu chica!

– ¡Oh si! –digo, atrapando las llaves que Ben me lanza.

Salgo corriendo y cierro la puerta a mi espalda. Entro al carro y arranco lo más rápido posible camino a casa de Rachel.

Llegué a su casa y toqué el timbre. Su mamá me abrió la puerta.

– ¡Lucas, cariño, pasa! Rachel está arriba terminando de arreglarse. Puedes subir si quieres.

– Seguro Sra. Fr... – la Sra. Friar me miró con desaprobación– Sarah.– me corregí. Sarah sonrió.

Subí las escaleras y me dirigí al cuarto de Rachel. Toqué la puerta y nadie me respondió.

– ¿Rachel? – pregunté.

Nada.

Entonces decidí abrir la puerta. Entré y vi a Rachel sentada en su cama mirando una caja de chocolates.

– Ejem... – me aclare la garganta para que se de cuenta de que estaba presente.

Rachel salió del trance en el que estaba y me miró.

– Oh, Lucas... Hola.– me dice y vuelve su vista a los chocolates.

– ¿De tu admirador secreto?– pregunto. Asiente. Rachel deja la caja a un lado y me mira.

– Bueno, creo que se nos hace tarde., ya nos deberíamos ir.– sonrío.

–Tienes razón – le respondo– ¿lista?

–Déjame coger mi bolso y estoy lista.– dice Rachel sonriendo.

Entra al closet y luego de un momento sale de él con el bolso que le había comprado.

– Ya estoy lista.– dice– ¿Qué te parece?

– Estas bellísima.

– Aww gracias Lucas.

Bajamos las escaleras hasta la sala, donde Sarah nos esperaba.

– Corre – me susurró Rachel.

Demasiado tarde.

–¡Chicos! – grito Sarah– ¡Vengan para la sesión de fotos!

– Mamá no hay tiempo, ya nos vamos.

– No nos vamos a demorar nada. Solo son un par de fotos.

Los dos fingimos sonreír y asentimos.

Ya no había forma de escapar.

– A ver chicos, párense juntos. Aquí tengo la cámara.

Rachel y yo nos acomodamos juntos, uno al lado del otro.

El admirador secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora