Capítulo 3: Vestido con amigos

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¡Yo no voy a ir a comprar cosas de mujeres!— gritó furioso Tommy.

—Pero no te puedo dejar aquí solo—le dije a Tommy.

—En ese caso... No vas a ir a comprar, lo siento pero nada me va a hacer cambiar de opinión— dijo y cruzó sus brazos.

—¿Y que dirías si te compro uno de esos helados de tres bolas que venden en el Centro Comercial?- le preguntó Lucas.

—Que sean cuatro y con los toppings que yo quiera.

—Hecho—dijo Lucas, extendiendo su mano para que Tommy la tome.

—Hecho—respondió Tommy, tomando la mano de Lucas.

—¿Entonces que esperan?, ¡vamos!—les dije yo.

Llegamos al Centro Comercial y Lucas me llevó a casi todas las tiendas de ropa para comprar el vestido, pero no había nada que me quedara.

—¡Ya estoy aburrido!—se quejó Tommy—. Y ¿cuándo me compran mi helado?

—Luego de comprar el vestido de tu hermana vamos por el helado—le aseguró Lucas.

Seguimos caminando hasta que Lucas me llevó a "Carolina Herrera", posiblemente una de las tiendas más caras del centro comercial.

Vi un lindo vestido rojo que resaltaba mis ojos, al parecer Lucas se dio cuenta ya que me preguntó:

—¿Quieres que te compre ese?

—Es demasiado caro, no te pediría que gastes tanto en mí.

—El precio no importa, deberías probártelo a ver cómo te queda, si te gusta podemos buscar accesorios que le hagan juego.

No tenía palabras para responderle, solo asentí y me dirigí a los probadores con el vestido de 500 dólares.

El vestido era largo, no tenía mangas, el cuello era alto y estaba adornado con piedras, al igual que la cintura, la espalda era descubierta, era muy lindo pero también muy caro.

—¿¡Cómo te queda!?—me gritó Lucas al otro lado del probador—. Sal de ahí para verte.

Entonces salí del probador y algo muy extraño pasó; Lucas me miraba con la boca abierta como si hubiera visto a un fantasma, no sé qué pasó. ¿Tenía algo en la cara? ¿Acaso me veía tan mal en ese vestido?

Moví mi mano frente a su cara y chasqué mis dedos para sacarlo del trance en el que estaba.

—¿Me veo muy mal?—pregunté tímidamente.

—¿Qué? ¿Verte mal? ¿Tú? Imposible. Te ves bellísima.

Me sonrojé al instante. En ese momento era muy difícil saber quién estaba más rojo;el vestido o yo.

—Ahora tenemos que ver qué zapatos van con ese vestido—Me dijo Lucas viendo a mis pies descalzos.

—¿Eso quiere decir que me vas a comprar este vestido?—pregunté. Lucas asintió—. Es muy caro, puedo probarme otro.

—No, te voy a comprar ese, no es problema el precio, lo juro. Ahora anda a buscar unos zapatos que hagan juego.

Sonreí y fui por unos zapatos rojos de plataforma que encontré en la tienda. Busqué mi talla y me los probé con el vestido.

—¿Qué opinas?—le dije a Lucas.

—WOW, te ves tan... Wow...

—Emm, ¿gracias?— no entendía qué diferencia podían hacer un par de zapatos.

—Bien, ya tenemos el vestido y los zapatos, ahora solo falta el bolso.

—¿¡Bolso!? Esta ropa es carísima, solo esto ya son 700 dólares, ¿y esperas que te pida un bolso? Enserio, gracias pero esto es mucho, jamás te pediría que gastes tanto en mí.

—Insisto, no es molestia.

—Lucas esto es mucho, ya no más.

—Rachel por favor, déjame comprarte esto. Además, estos billetes son míos y yo decido qué hacer con ellos, y quiero gastarlos en ti. Déjame comprarte esto ¿si?—puso esa cara de perrito triste a la que no me puedo resistir y acepté su oferta de mala manera.

Lucas me había dicho que no me preocupe por el precio, pero yo no podía evitar mirar la etiqueta de cada bolso para ver cuál era el más barato. En una de esas, Lucas me vio y dijo:

—¿Qué rayos crees que estás haciendo?

—Solo quería encontrar un bolso que no sea tan caro.

—Ya te dije que el precio no importa, ahora yo voy a elegir el bolso por ti.

Luego de que haya revisado todos los bolsos de la tienda, Lucas me dio uno plateado que enserio estaba súper lindo. No tengo palabras para describirlo.

—Que buen gusto tienes—le dije con respecto al bolso.

—Y que lo digas.

Tomé el bolso de sus manos y vi el precio; 450 dólares. Casi me da un infarto. Lucas vio mi expresión y me dijo:

—Oh no, no te preocupes, si me alcanza. Tú solo cámbiate para que yo pueda pagar esto.

Asentí, aún en estado de shock y me fui a los probadores.

Luego de comprar el vestido fuimos a la heladería, ya que Lucas le había prometido a Tommy comprarle un helado si venía con nosotros.

—Quiero una bola de chocolate, otra de vainilla, luego una de fresa y la última de chicle. Ah y los toppings que quiero son los ositos de gomita, las chispas de colores, las chispas de chocolate, los trozos de galleta y fudge de chocolate.-dijo Tommy a la señorita de los helados.

—¡¡¡Tommy!!!—lo regañé—. No le pidas tantas cosas a Lucas.

—Rachel, tranquila, yo le prometí cuatro bolas de helado con los toppings que él quiera—me dijo Lucas.

—Pero...

—Shhh—dijo Lucas poniendo su dedo sobre mis labios—nada de peros.

Lucas pagó el helado de mi hermano y regresamos a mi casa en mi auto.

El admirador secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora