Cinco días.
Habían pasado cinco días desde que le dispararon a Chase... y todavía no despertaba.
Estúpidas pesadillas, por que se tienen que hacer realidad.
Los doctores dijeron que la herida era mortal y que debió haber pasado un milagro, ya que Chase "estaba bien".
Claro que "estar bien" es tener un agujero del tamaño de una pelota de golf en la barriga, estar inconsciente y que tu vida dependa de un tubo que pasa por tu garganta para ayudarte a respirar.Si no hubiera sido por mí él no estaría aquí. Todo es mi culpa. Yo... yo sabía que algo malo le pasaría.
Me di la vuelta y vi por la ventana. Ahí estaba Chase acostado en una camilla de hospital con miles de máquinas rodeándolo.
Me levanté de la silla en la que estaba, abrí la puerta y me adentré en la habitación. Ahorita estaba sola, la mamá de Chase se había ido hace un par de horas con sus hermanos.
Diría que yo la he estado acompañando, pero ella es quien me ha estado acompañado a mí, ya que, desde que ingresaron a Chase en el hospital, solo me he movido para ir al baño. El segundo día que estuve aquí vinieron los papás de Chase y mi mamá, quién me trajo "provisiones" (un libro, el cargador de mi celular, un par de botellas de agua, chips y chocolates).
Todos los días viene la mamá de Chase en la mañana y me trae unas galletas o algo de comer, ya que la comida del hospital es horrible.
Todos estos días he faltado al colegio, lo cual es un problema porque estamos en exámenes. Además, ir abría sido incómodo, aquí todos se enteran de las cosas rápido y si hubiera ido, la gente me hubiera mirado raro en los pasillos.
Mi mamá me dijo que hablo con mis profesores y que dijeron que no era necesario que de exámenes debido a que tengo buenas notas en clase (lo cual yo creo que es mentira y solo lo hacen porque sienten lástima).
Dejé mis pensamientos de lado cuando escuché un ruido proveniente de la camilla donde estaba Chase.
Me acerqué para ver que estaba pasando. Chase comenzó a mover lentamente los dedos y abrió los ojos. Sus ojos color miel reflejaban miedo.
Empezó a moverse intentándose quitar el suero.
—¡Ey, no! Shhh—le dije tomando sus manos—. Está bien, todo está bien.
Chase me miró y se tranquilizó.
—¿Qu-qué pasó?
Iba a empezar a contarle lo que pasó, cuando me interrumpió.
—No, espera, recuerdo a alguien intentando hacerte daño... y luego—bajó la mirada a su abdomen—. Me disparó.
Asentí.
—Pero ahora estás bien, así que ya no importa lo que haya pasado.
—¿Y tú? Ese hombre también te atacó a ti. ¿Estás bien? —preguntó Chase preocupado.
—Sí, sí, yo estoy bien— le dije—. Tú no te preocupes por mí, se supone que debes estar en reposo.
Bajé mi mirada y noté que seguía tomando sus manos. Me sonrojé. Intenté soltarme, pero Chase tomó mis manos más fuerte, evitándolo.
—No—dijo Chase rápidamente—. No me dejes, por favor.
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El admirador secreto
Teen FictionRachel es una chica "invisible" de 16 años. Ella vive con su mamá y su hermano, Tommy. Su padre murió cuando ella tenía 8 años. A Rachel le gustan los libros y la música. Ella tiene una "cualidad" no tan buena que le causa muchos problemas. El mejor...