Confesiones para Becca.

XIII

Recuerdo cuando despertaba y lo primero que veía era tu cuerpo, desnudo, tumbado a mi lado.
Tus lunares eran preciosos, eran como estrellas en tu piel.
Becca, nunca me cansaré de repetirlo, eras preciosa.

Nuestra estancia en la islita se resume en:
Reír.
Hacer el amor.
Comer.
Dormir.
Volver ha hacer el amor.
Los mejores cuatro días de mi vida.

Después de aquella maravillosa estancia en la isla.
Nos fuimos a cumplir nuestros tres días de fiesta. Si te soy sincera, tengo muy pocos recuerdos de esa experiencia.
La mayor parte del tiempo estábamos drogadas y bailando. Teníamos unas ojeras que nos llegaban hasta el suelo, y las dos acabamos sin voz, pero fue muy divertido.

Todos estos recuerdos me hacen sentir muy triste.
Becca, te necesito.
No puedo vivir sin ti.