Introducción

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POV. TAO

Observé aquel cuerpo sin vida sobre la cama, en mi mente pequeñas imágenes discurriendo sin sentido, sin realmente sentir un gran impacto, solo estando presente el vacío, la pena sin acudir a mí por aquel sujeto ya frío y sin vida que ocupaba parte de las sábanas.

Podía oír el sonido que producía el tono de la llamada finalizada del teléfono en mi oído aún cuando el auricular se hallaba en mi mano, presionando inconscientemente el aparato entre mis dedos, impasible.

¿Llorar? Sí, debería hacerlo, aquel era mi papel después de todo, pero era incapaz de observar aquello y sentir algo más que alivio.

Mi mente me decía constantemente que eso era lo mejor que podría haber ocurrido.

Dejé caer el teléfono al suelo, un golpe seco llenando la estancia en completo silencio, casi esperando oír un lejano eco llenar mis oídos.

Más silencio.

No me moví aún cuando la puerta de la habitación fue abierta, la presencia a mi espalda cerrándola de nuevo, sin separarse del marco en unos segundos, para luego acercarse hasta mí lentamente.

Sus pies no hacían demasiado ruido al cruzar el cuarto, conociéndolo, seguramente cubiertos con finas zapatillas de pelo.

Una mano acarició levemente mi cuello para, simplemente, mantenerse allí cuando habló.

- El médico y la policía han llegado – susurró, como si temiese romper el silencio imperante.

Asentí, todavía observando como la rigidez del cadáver parecía ir aumentando lentamente, el cuerpo apenas iluminado por la luz que veía de fuera, todo más bien en penumbra.

- Di que enseguida bajo – musité, desviando la mirada hasta los ojos oscuros del hombre que estaba colocado unos pasos por detrás de mí.

Asintió de vuelta, alejándose de mí hasta volver junto a la puerta, girando levemente la cabeza antes de decidir abrir la puerta y salir.

- Era lo que debía ocurrir, era lo mejor Tao. No dejes que te afecte – comentó, desapareciendo en la oscuridad del pasillo.

Heechul tenía razón, ya sabía aquello.

Me giré, dejándolo todo como estaba, poniéndome encima de mi escasamente cubierto cuerpo esa suave bata que acababa de comprarme, a pesar de que tampoco hacía tanto frío.

Salí de la habitación, recorriendo en silencio, sin hacer ruido, el oscuro pasillo, alguna lámpara encendida cada tanto para que no se viese todo tan siniestro por las noches, llegando hasta la escalera principal.

Como él había dicho, el médico de la familia y la policía esperaban en el recibidor, algo inquietos.

Entendía que estuviesen así, pero no le di importancia, bajando con lentitud cada escalón, hasta que llegué por fin a bajo de todo, los agentes esquivando mi mirada cuando incliné mi cabeza hacia ellos.

- Heenim, lleva al doctor arriba – murmuré, inclinando levemente la cabeza hacia el señor.

El doctor asintió de vuelta, posando su mano en mi hombro antes de seguir al moreno escaleras arriba, dejándome con la pareja de policías en la entrada, que me miraban todavía inquietos.

¿Creían que iba a tratarlos mal o que los iba a echar a patadas de mi mansión?

Había oído que era frecuente en estos casos que la gente se negase a recibir a los agentes de la autoridad, pero a mí me daba igual.

- Supongo... que estarían más cómodos en la sala – suspiré, comenzando a caminar hacia allí.

No me fijé si me seguían o no, simplemente supuse que lo harían, cruzándome con un dormido KyungSoo que llevaba una bandejita con algunas tazas llenas de café.

[Taoris] Misleading Lovers [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora