Capítulo 7. Invitados nuevos

161 27 1
                                    

POV. TAO

Odiaba a Yi Fan, aún cuando realmente no me había hecho nada, con el tiempo comenzaba a cansarme que me tratase de esa forma.

En ningún momento le había perjudicado, nunca le había hecho nada, ni criticado, incluso había tratado de ignorar su presencia para que no se sintiese incómodo a mi alrededor después de la primera vez que nos vimos.

Pero él no parecía tener en cuenta nada más que el que yo fuese más joven que él.

Esperé hasta que se me pasó el enfado para bajar a cenar, únicamente porque sabía que a Sehun no le gustaría que lo obligase a pasar las comidas encerrado en su habitación o la mía.

Desgraciadamente, olvidaba que Yi Fan sí usaba el comedor y, aunque traté de ignorarlo, era difícil pasar por alto la presencia de su amigo, Chanyeol, el cual se empeñaba en entablar conversación, si no conmigo, al menos con mi amigo.

Supuse que estaría aburrido de soportar a Kris, después de todo, ¿cómo se habrían hecho amigos, con la cara de amargado que tenía siempre el rubio?

Era algo que me hubiese gustado preguntar, pero sabía que a él no le haría gracia que lo hiciese, mucho menos en su presencia, así que me limité a guardar silencio e ir comiendo los platos que me ponían delante.

De reojo, podía ver perfectamente las miradas coquetas que le lanzaba Baekhyun al alto cada vez que se acercaba por algún motivo; miradas que el otro correspondía.

Recordaba haber oído que ambos se conocían de antes de que Yi Fan se marchase de la casa, así que podía preguntarle al bajito si sabía algo que pudiese interesarme.

No creía que fuese a llevarme bien con el rubio algún día, pero si consiguiese que dejase de intentar asesinarme con la mirada, podría dormir más tranquilo por las noches.

Suspiré, desviando la vista cuando sirvieron el postre, solo para encontrarme con los ojos de Luhan, perdidos por completo en el chico sentado a mi lado.

Sehun.

Sentía que estaba interrumpiendo varios romances al estar ahí sentado, aunque no sabía qué inventar para marcharme, hasta que sonó el teléfono de Kris y pude aprovechar para escabullirme también, dejando a los dos invitados solos, en el salón.

Me deslicé en silencio por los pasillos de aquella gran casa que había terminado conociendo como la palma de mi mano, sobresaltándome un poco cuando una mano se posó en mi espalda, llamando mi atención.

Kim Heechul.

A veces me preguntaba cómo conseguía aparecer de la nada sin hacer un solo ruido, aunque claro, eso era algo que le habría ido a las mil maravillas para trabajar en ese lugar.

- Consigue la casa – murmuró, inclinando su cabeza hasta que sus labios casi rozaron mi oído.

Suspiré, manteniendo mi rostro inexpresivo como debía ser, mirando su rostro tras comprobar con una leve ojeada por encima del hombro que nadie se acercaba a nosotros.

- Querrá algo a cambio – respondí, en un susurro.

Parecía que mi voz retumbase en el pasillo, tan solo ocupado por nosotros en ese instante, en un silencio que hubiese resultado terrorífico en otra ocasión.

Heenim solo se encogió de hombros, con esa indiferencia en el rostro que podía llegar a rivalizar con la mía cuando quería.

- Ve como lo consigues, ya pensaré en algo también, pero es necesario que la casa sea tuya.

[Taoris] Misleading Lovers [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora