¿Cómo pasar el 31 de diciembre al estilo de los Blakelee?
Dean despertó, molestó a su hermano, desayunó, tiró su basura, la de Nicole, le pintó las uñas de copos de nieve -que le quedaron fatales y tardó más de dos horas-, también le rogó para conectar su internet y la respuesta fue un rotundo «No», así que tuvo que seguir con su fracasada vida.
Zachary toleró a su hermano menor poniendo los ojos en blanco, ayudó a sus padres a preparar la ensalada de manzana cena y a rellenar el pavo, después se arregló para recibir a los invitados.
Los familiares llegaron y el chico rizado aún no estaba listo, pues aún no se duchaba por preferir bañar a Pizza para que luciera mejor que su dueño. Luego de su contratiempo, y acomodar su alborotado cabello, saludó a sus abuelos, tíos y primos paternos. Los condujo a la sala para «convivir», Dean intentó seguir el consejo de Nicole para disfrutar nochevieja.
—¡Hola!—saludó a su primo Ryan—¿Qué haces?—esperó una respuesta que no recibiría, así que se acercó más a él.
—¿Que no lo ves?—se apartó Ryan—. Estoy en Facebook—mostró sus datos.
—Deja eso, no te veo desde hace 3 años—argumentó Dean.
—No molestes—añadió su primo y se colocó sus audífonos.
Es cierto que los padres del joven rizado no aceptaban las tecnologías, pero no podían prohibírselas a sus familiares, puesto que estaban invitados y únicamente querían que se sintieran cómodos como si estuvieran en su propia casa.
Se tragaron su enojo y sólo le hicieron una mueca a Dean para que no se le ocurriera influenciarse de Ryan. No había necesidad de eso, el chico estaba perdido en su mundo virtual e intentara lo que intentara Dean, no lograba captar la atención de su primo.
Se rindió y fue a molestar a su prima Lazzy, una niña de seis años. Terriblemente se identificó con ella cuando hablaron de Dora la exploradora, ya que le recordaba a su dulce Nicole. Pero no fue una gran idea seguir el tema, pues le platicó de la parodia con zombies y la pequeña terminó llorando a mares. Sus tíos le aventaron miradas asesinas.
Caminó hacia la cocina, donde se encontraba su tía soltera cuarentona y abogada, los abuelos y sus padres. Estaban hablando de política y Dean andaba tan aburrido que decidió escucharlos, pero después de cinco minutos se hartó de la injusticia.
Sólo quedaba hablar con Zac, que leía cómodamente en el sofá.
—Hermano del mal—saludó Dean—. Todos están en su mundo, ayuda.
—¿Qué quieres?—bufó sin alzar la vista de su libro.
—Estoy aburridoooooo—cantó desafinado—. Ve por leña para encender la chimenea.
—¿Y yo por qué?
—Para dejar que leas, no puedo creer que casi acabes ese libro, sólo han pasado dos horas.
—Está interesante—iba a comenzar a recitar su libro.
—Que flojera, para, sólo desearía que la literatura también fuera prohibida como las tecnologías.
—¿Seguro?—arqueó una ceja— ¿No ibas a escribir un libro sobre mí en la esa cosa watapad?
—Wattpad—corrigió Dean—. Y no tiene caso, nadie quiere saber sobre ti, eres la cosa más aburrida que he visto en mi vida.
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¡No desconectes el Internet! | EN LIBRERÍAS ✔
Teen FictionDean le roba la señal de Internet a su vecina, y ella ni siquiera lo sospecha. El Wi-Fi está encendido todos los días, a toda hora. Para él eso está bastante bien. Pero con el tiempo, Nicole decide que por las noches desconectará el Internet. El mun...