El día siguiente era domingo, Dean se levantó temprano y tocó el timbre de su vecina a las seis de la mañana. No recibió señal de la chica, quizá seguía durmiendo como gente normal.
Insistió unas cinco veces más, abrió la puerta una mujer en bata y adormilada.—No queremos nada, gracias—dijo la señora pensando que era un vendedor de tamales. Al mismo tiempo que daba un portazo.
—¿Qué?—retuvo la puerta—. No, estoy buscando a Nicole.
—¿Quién eres tú?
—Soy su vecino.
—Ah, el chico que nos roba la señal.
—Puede ser—fue lo único que se ocurrió decir, creyó que nadie lo sabía.
—Como sea, Nicole sigue dormida.
— ¿La podría despertar? Necesito hablar con ella urgentemente.
— ¿Y por qué no le envías un mensaje? Ah, es verdad, no está conectado el internet.
—Entonces hágame el favor de conectarlo—sonrió Dean.
—Cínico—se quejó la señora Carter—. Preguntaré si desea hablar contigo, espero diga que no.
Dean permaneció en el porche esperando a Nicole, abundaba el frío y él tenía sus manos en sus bolsillos. Apareció ella en pijama.
—¿Quién osa a despertarme? —se quejó— ¿Qué no tienes vida? Es domingo por la mañana.
—De hecho no—Dean se rió y la inspeccionó—¿Te das cuenta que casi siempre te veo en pijama? Te conozco tan desarreglada, adormilada, despeinada, de mal humor, pareces un zombie.
—¡Qué lindo! ¿Así conquistas a una mujer?
—Sí, me gusta decirles la verdad.
—¿Qué es lo que quieres? —Nicole cruzó los brazos.
—Necesito el plan para traer palomitas, yo quiero comer y no sé cómo.
—Dios, sigues con lo mismo ¿No era urgente?
—Es urgente, no he desayunado.
—Eso no es desayuno.
—Pero tú me prometiste que lo arreglaríamos juntos...
—Hoy no.
—Hoy no. Siempre es «hoy no». Vendré todos los días a molestarte hasta que lo cumplas.
—No te abriré.
—Entonces pondré música escandalosa para despertarte.
—Pero no tienes un aparato electrónico para hacerlo—le sacó la lengua.
—Ahhh—exclamó y comenzó a brincar como un niño irritado.
—Basta ya, romperás el piso de madera.
—Oye esto es divertido, inténtalo—dijo olvidándose del enfado.
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¡No desconectes el Internet! | EN LIBRERÍAS ✔
Ficção AdolescenteDean le roba la señal de Internet a su vecina, y ella ni siquiera lo sospecha. El Wi-Fi está encendido todos los días, a toda hora. Para él eso está bastante bien. Pero con el tiempo, Nicole decide que por las noches desconectará el Internet. El mun...