Existían chicos como Zac, detallistas, románticos y atentos...
Y luego estaba Dean, un revoltoso descerebrado que ni siquiera pensaba lo que escribía antes de enviar un mensaje.Sonó el timbre de la familia Carter. Salió abrir Nicole como de costumbre, inspeccionó su porche, no había nadie. Nada más un paquete adornado con papel vintage y una nota que decía:
"Querida Nicole,
Mis sinceras disculpas por el alboroto de mi hermano.
Mi verdadera intención es tenerte cerca. Espero puedas perdonar mis errores.
Deseo enmendarlos y por eso te obsequio esto;
Los libros te acompañaran en la ausencia de persona, en momento difíciles. Cuando te sientas triste o alegre, sana o enferma, un buen libro es la solución.
Lamento decepcionarte y no cumplir con las expectativas de un chico literario. Quizá por eso las mujeres optan por enamorarse de ellos en vez de los reales de carne y hueso.
Sin embargo de alguna manera quiero que pienses en mí, sé que se ama el olor a libro nuevo, pero he rociado un poco de mi loción en ellos.
También me he tomado el atrevimiento de escribirte más de una nota, cuando abras cada uno de los libros que te regalé encontrarás una dedicatoria incompleta, he dejado pequeños mensajes en las páginas en blanco. Sí los lees todos podrás unir las piezas y formar lo que verdaderamente quiero decirte.-Zachary Blackelee.
Nicole se llevó de asombro una mano a la boca, su corazón latía fuertemente al leer esas preciosas palabras. Rompió el papel fantasía color caoba y sacó las colecciones de libros sólidos, con pasta dura.
Jane Austen; Sentido y Sensibilidad, Orgullo y Prejuico, Mansfield Park, y Emma.
También venía una trilogía juvenil; The Maze Runner.«Sí que tiene dinero» pensó ella y soltó una risa que hizo bajar las escaleras a su madre.
—¿Por qué tan feliz?—preguntó la señora Carter mientras le daba un pequeño golpe en el mentón.
Nicole negó con la cabeza, se había quedado atónita, no sabía qué decir, sólo quería leer y seguir descubriendo.
Volvió a sonar el timbre.
—¡Picarona! ¿Será de otro chico?—volvió a hablar su madre—. Yo abro.
La chica suspiró soñada, si así mostraba arrepentimiento Zac ¿cómo lo demostraría Dean?
Su madre trajo una caja ostentosa y pesada, terminó por aventarla al piso de la sala.—¿Qué es esto?—rodeó la caja Nicole, encontró un agujero cubierto por una nota corta.
"P-E-R-D-O-N-A-M-E
¿Sí o sí?"
-Dean.Nicole arrugó la nariz, y frunció el ceño.
—Qué emotivo, tarado—gruñó haciendo bolita el papel—. Gracias, no me imagino lo que hay adentro, podrían ser hasta explosivos—actuó como si él estuviera presente, su madre sólo viró los ojos.
De mala gana desenvolvió la caja, quitó la cinta adhesiva y gritó del susto al saber de qué se trataba.
—¿Pero qué carajos hace en los suburbios?—caminó en reverso y se golpeó el tobillo con el sofá, brincó con un pie hacia atrás.
—¡Un pato!—su madre subió al sillón—¿Por qué te dio esa criatura?
—Esta vez si lo mato—dijo refiriéndose a Dean, cruzó los brazos y zapateó con el pie izquierdo.
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¡No desconectes el Internet! | EN LIBRERÍAS ✔
Teen FictionDean le roba la señal de Internet a su vecina, y ella ni siquiera lo sospecha. El Wi-Fi está encendido todos los días, a toda hora. Para él eso está bastante bien. Pero con el tiempo, Nicole decide que por las noches desconectará el Internet. El mun...