X-Men

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— ¿Súper... Héroe?

Jungkook pica un pequeño tomate rojo de su ensalada y lo lleva a su boca con una mueca de extrañeza. Jimin asiente frenéticamente con la boca llena de papas fritas.

— Por las mañanas no sale de su habitación; en las tardes siempre está en casa durmiendo; en las noches sale a comer a la cocina y no regresa a su habitación si no son pasadas las doce, eso si no es que sale a la calle y vuelve en la madrugada.

El universitario mira a su amigo una vez más, asintiendo lentamente, para después soltar una carcajada llena de burla.

— Es la idea más idiota que has tenido desde que dijiste que el estudiante de intercambio es un alíen.

— ¡Ese chico definitivamente lo es! —Jimin golpea la mesa de la cafetería, llamando la atención de algunas personas a su alrededor—. Pero Yoongi hyung...

— A ver —interrumpe el castaño—: dices que duerme por el día, no hace nada por las tardes, presuntamente trabaja por las noches; es guapo y siempre tiene dinero... ¿Ajá? —El mayor de ambos vuelve a asentir ante el enlistado de su amigo. Jungkook se sonroja y ríe, volviendo la vista a su ensalada—. Pues se me ocurre cierto trabajo que se desarrolla para una persona como él con esas características.

Jimin enarca una ceja y se mantiene en silencio hasta que su cerebro hace click, provocando un sonrojo en sus mejillas.

— ¿Crees que él...?

— Deberías preguntarle —se encoge de hombros.

[...]

Yoongi se mantiene boca arriba, recostado a lo largo del sillón de doble plaza frente al televisor, viendo algún programa de cocina donde el chef conductor le es extrañamente familiar.

— Hyung —escucha la voz de su compañero sentado en el sofá individual a su lado.

— ¿Qué? —Pregunta desinteresado, sin dejar de ver el televisor.

— Tú... Eh... —el pálido le mira ante el titubeo—. No, no. Nada.

— Eres muy... —la oración del pálido es interrumpida por el sonido de su celular. Yoongi toma el aparato y lo lleva hasta su oreja—. ¿Qué pasó, Hoseok? —Se reincorpora en el sillón.

Jimin enarca una ceja, prestando atención a la conversación ajena y las expresiones de su mayor.

— ¿Ahora? —revisa su reloj de oro en la muñeca izquierda—. Sí, tengo algo de tiempo... Pero siempre me dejas cansado, la última vez no me pude levantar en todo el día —se queja, sobando su espalda. Jimin se ruboriza—. Está bien, pero será mejor que me compres cosas más caras como pago.

Yoongi se levanta y camina hacia la salida, sin avisar ni despedirse, continuando con su llamada. El de cabellos anaranjados contiene la respiración hasta que el pálido se marcha.

Una vez a solas, el chico de pequeños ojos toma con ansias su teléfono y marca un número con las manos temblorosas y las mejillas aún ardiendo, golpeando la duela con el pie como un tic hasta que contestan del otro lado de la línea:

¿Jimin?

Kookie, tenías razón, Yoongi hyung es... un hombre de la vida galante.

Continuará...

Roommates [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora