Cinema

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— Dos entradas para "Muerte y Desmembramiento letal".

El aburrido adolescente uniformado detrás de la caja en aquel cinema miró con desdén al pálido Yoongi, quien le extendía un billete de denominación lo suficientemente grande como para cubrir el precio de ambos boletos.

— Identificación —espetó el empleado.

Un pequeño tic en el ojo izquierdo de Yoongi apareció de la nada.

— ¿Me estás jodiendo?

— La clasificación de la película es M, necesito tu identificación.

— ¡Si soy mayor que tú, seguramente! —refunfuñó entre dientes el de cabellos verdosos, sacando de su bolsillo la billetera—. Mi jodida identificación... ¿cuántos años cree que tengo este idio...?

Oh, no.

El trabajador del cinema bufó fastidiado ante esa reacción tan habitual en la caja.

— Si no traes identificación, retírate de la fila, por favor. ¡Siguiente!

[...]

— Hyung, tengo las palomitas y la bebidas. ¿Conseguiste las entradas?

— Uhm, sobre eso...

[...]

Jimin se reía abiertamente mientras sostenía su estómago. Yoongi y él caminaban hacia la sala donde se rodaría la película.

— No le veo la gracia.

— Es que tienes cara de bebé, Yoongi hyung.

— Tú también —gruñó el mayor—, pero coqueteándole al idiota de la caja cualquiera consigue lo que quiere.

— No estés celoso, hyung —rodó los ojos el pelirrojo.

— Lo estoy, ¿y qué?

[...]

Yoongi estaba totalmente aburrido viendo tanta sangre falsa chorrear por todos lados. Miró a su lado  cómo Jimin luchaba contra el sueño pero claramente iba perdiendo en su batalla.

Era la película más aburrida de la vida.

Yoongi Sonrió malsanamente y se estiró sobre el asiento, poniendo en marcha la técnica. Pasó un brazo sobre los hombros del menor, quien sin oposición se acomodó sobre su pecho.

Yoongi dejó un discreto beso sobre los cabellos teñidos de rojo; bajó y dejó otro en su patilla, provocando una risilla en Jimin. Los labios pálidos rozaron con lentitud la mejilla del menor y los besos se extendieron dejando un húmedo camino que se acercaba a la comisura de los carnosos labios del contrario.

Hasta que el molesto ruido del timbre del celular de Yoongi interrumpió la acción.

Min rodó los ojos, y ante los constantes "shh" de los demás, cortó la llamada sin fijarse en el remitente. Le sonrió de lado a Jimin y ambos reaunudaron sus posiciones.

Hasta que el tono de llamada volvió.

Los demás espectadores comenzaron a abuchear a Yoongi, y una molesta luz cegó a la pareja.

El encargado de la sala (quien curiosamente era el mismo sujeto de los boletos) les apuntaba con una lámpara molesta.

— Te pediré que contestes tu teléfono fuera de la sala.

— Y yo te pediré que te largues antes de que te rompa el-...

— ¡Hyung!

[...]

El hombre de cabellos verdes salió molesto de la sala número 8 y contestó la llamada con aquella misma actitud.

— ¿Qué demonios quiere?

Hola, ¿le interesa conocer los beneficios del Seguro contra el cáncer de próstata?

— ¿Que mierda? —Yoongi revisó el número para comprobar que aquello no era una mala broma de Hoseok—. No. ¿Cómo consiguió mi número?

La Universidad Nacional nos ha proporcionado los datos. Usted aceptó ser donatario de órganos, en específico la próstata, en caso de muerte.

"Ese maldito niño rata", pensó Yoongi.

[...]

Después de haber discutido con esa insistente mujer del teléfono, Yoongi regresó a la sala del cine, donde en la entrada, el mismo sujeto que le había sacado (y al parecer, único empleado) custodiaba la entrada con una sonrisa burlona.

— Necesito ver tu identificación para permitirte la entrada.

— ¿Estás jodiendo? —Frunció el ceño—. Si acabo de salir ahí.

— Lo siento, solo con identificación.

— Mira, puberto insolente —el pálido se acercó dos pasos al empleado pocos centímetros mayor al él— será mejor que me dejes entrar o verás lo que haré.

— ¿Qué harás, abuelo?

[...]

Jimin se acomodó en el sofá, recargando la cabeza en las piernas de Yoongi.

— Bien, ser vetados del cine no es tan malo. Y me gustan más las películas en casa, hyung.

Roommates [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora