Mamá

30.7K 4.7K 1K
                                    

— ¿los vecinos no se quejan? —Los hoyuelos a cada lado de su sonrisa se remarcaron—, digo, debe ser difícil para los demás escucharlos follar.

El aporreo contra la puerta interrumpió la plática y Jimin saltó del comedor (aún rojo) para abrir.

— ¿Qué rayos le pasó al timbre? —Fue la frase con la que un alto castaño de finas facciones entró con confianza al lugar.

— Namjoon hyung es lo que pasó.

— ¡Joonie! —Gritó el recién llegado, soltando sin cuidado las bolsas que cargaba.

— ¡Jinie!

El moreno de cabellera rosada se levantó de su silla en el comedor y corrió hasta donde su novio. El castaño enredó sus brazos por el cuello de Namjoon, y sus piernas en la cintura del más alto. Ambos dándose repetidos picos en los labios.

Todo frente a la cara de asco hacia la felicidad ajena que poseía Yoongi.

Cuando los novios terminaron su incómoda escena, Yoongi pudo notar que el Seokjin amigo de Jimin era el mismo que conducía su programa de cocina favorito. Le gustaba ver y comer la comida, no cocinarla.

— Traje el platillo que preparé en el programa de hoy —anunció el castaño acercándose a una de las bolsas que había salido volando por ahí.

— Hyung, te dije que yo cocinaría —puchereó el pelirrojo.

— Lo séeeeee... Pero sobraron un montón de alitas a la BBQ con mi salsa especial y no podía dejar que las tiraran.

— Yo preparé una ensalada porque siempre estás a dieta —el más bajito se cruzó de brazos—, alguien se la tiene que comer.

— Bueno, bueno. Que cada quién coma lo que quiera —Seokjin hizo un ademán con la mano—. Será como bufete.

— Bien; Namjoon hyung, Yoongi hyung, decidan. ¿Mi muy sabrosa, nutritiva y completa ensalada o alitas?

[...]

Los cuatro chicos se sentaron a la mesa del comedor de madera, saboreando la receta especial en las alitas a la BBQ de Seokjin. Incluso Jimin las comía, enojado, pero las comía.

— ¿Y quién limpia el departamento, chicos? —Preguntó el mayor de todos, inspeccionando los alrededores de la casa.

Jimin miró al peli-verde y este le devolvió la mirada. Habían pasado dos meses desde que nada (a excepción de los pocos trates) había sido limpiado en ese lugar. Es decir, el aromatizante era un producto milagroso, no había necesidad de nada más.

— ¿No limpian? —Preguntó el de cabellos rosados un tanto asombrado— ¿Ni su habitación? Bro, pero ahí follan.

— ¡¿Qué?! ¡¿Ustedes dos ya son...?!

— ¡No! —Gritó Jimin.

— ¿Ah no? —Namjoon lucía confundido.

— Que raro, yo sentí una fuerte tensión sexual entre los dos —admitió el chef, dirigiéndose a su novio.

— Lo sé.

— No, no somos... Lo que sea, —Jimin se encontraba rojo hasta las orejas, intercambiando la mirada entre sus amigos y su compañero de piso.

Yoongi parecía tranquilo con el tema y mientras los otros tres discutían, él aprovechó para apañarse más alitas antes de que se terminaran.

— ¿Entonces no han hecho nada de nada? —Preguntó Namjoon, decepcionado.

— Una vez, lo vi desnudo —dijo Yoongi.

— ¡Fue un accidente! ¡Accidente les digo! —Interrumpió el pelirrojo—. Yo iba saliendo de bañarme y-...

— Uy, una vez Jinie y yo lo hicimos en las duchas.

— ¡Hyung, cállate!

— Es algo natural y normal, Jimin-ah.

— ¡Seokjin hyung, imaginarlos teniendo sexo no es algo que quiero hacer!

— Pero-...

— ¡No!

Roommates [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora