Roommates [Yoonmin]

Kakao-Talk

— ¿Con quién hablas? —Pregunta Yoongi, tomando asiento a un lado de su roomie.

— No hablo —contestó el pequeño—, mensajeo por Kakao-talk.

El mayor rodó los ojos con molestia. Jimin comenzó a reírse de la nada, tecleando con más rapidez en su teléfono. El aparato no dejaba de vibrar y anunciar que un nuevo mensaje era recibido.

— Bueno, ¿pero con quién?

El de pequeños ojos despegó un momento la mirada de la pantalla y observó la expresión del mayor.

— Quetei...

— ¿Quien? —Frunció el ceño.

— Que-te-importa. —Jimin sacó la lengua infantilmente y continuó atendiendo el teléfono.

— No me importa. No me importa en lo más mínimo —gruñó el pálido, levantándose furioso del sofá y caminando hacia su habitación.

[...]

Yoongi iba camino a la cocina cuando el molesto tono de mensaje del celular de su compañero sonó en la sala.

Jimin se encontraba tomando un baño y la pantalla del aparato sedujo al pálido para que inmiscuyera en lo ajeno.

"SP💕: ¿Ya cenaste, bebé?"

Min frunció el ceño ante el particular mote que el remitente usaba para Jimin y su ira aumentó cuando un nuevo mensaje apareció:

"SP💕: ven a casa esta noche, tengo la cama lista"

El de cabello verde deslizó la pantalla para intentar desbloquear el aparato, pero el código de seis dígitos que tenía por contraseña se lo impidió.

Si él fuera un chico de veintidós años enano, musculoso, nalgón, bailarín y con el cabello rojo, ¿qué contraseña elegiría?

"Yoongi"... "contraseña incorrecta"

— Demonios —susurró.

— ¿Qué haces, hyung?

El pálido casi murió de un infarto cuando la chillona voz de su compañero lo llamó. Cerró su puño al rededor del aparato y llevó sus manos tras su espalda.

— N-Nada.

— ¿En serio? —El chico con el cabello húmedo enarcó una ceja.

— ¡¿Por qué haces tantas preguntas?! ¡¿Cuál celular?! ¡Yo no tengo tu móvil!

— ¡¿Tomaste mi teléfono sin permiso?! —Gritó indignado.

— ¡No!

El tono de llamada entrante se escuchó a espaldas del pálido, quien se ruborizó un poco al ser capturado en su mentira.

Jimin achico los ojos y apretó los labios. Extendió una mano, pidiendo en silencio al mayor que devolviera el aparato. Yoongi obedeció con una cara de fastidio y casi bufó cuando el menor vio la pantalla de su teléfono y sonrió, más la molestia no le duró mucho pues...

— ¡Hola mamá! Sí, hoy no puedo ir a cenar, tengo un celoso en casa.