Roommates [Yoonmin]

Papá

— ¿Quién? —Preguntó Yoongi con una ceja enarcada.

— Seokjin —repitió el menor gritando desde la cocina—, mi amigo, ¿lo recuerdas?

El paliducho torció los labios y achicó los ojos, dando la imagen de alguien que piensa con fervor. Negó con la cabeza.

— Bueno, él es chef y todo eso. Así que me siento presionado cuando viene a cenar —dijo entrando a la sala con unas cacerolas en las manos—. Vendrá con su novio, tenle paciencia.

— No soy un amargado al que todo le molesta.

— ¿Ah no?

— No —Yoongi bufó—. Soy bastante tolerante, amigable y comprensivo ¿sabes?

— Ajá —Jimin volvió a la cocina—, sólo no lo mates.

[...]

— Voy —gritó Yoongi ante el constante sonido en la puerta del departamento.

Justo cuando abría, el timbre sonó como si hubiese tenido un corto circuito y la dulce melodía se dejó de escuchar.

— Ops —dijo el tipo de cabellos rosados detrás de la puerta, con el dedo aún sobre el timbre—. Creo que se rompió.

— ¿Qué?

— ¿Está Jimin-ah? —Sonrió el desconocido, asomando la vista por encima del hombro de Yoongi.

— Debes ser Seokjin, ¿no?

El alto moreno se carcajeó como si hubiese escuchado la mejor broma del mundo.

— No, hermano. Soy Namjoon, el novio de Seokjin —se presentó con emoción, estrechando fuertemente la pálida mano de Yoongi.

Yoongi parecía aturdido por la energía y brusquedad del sujeto, y de esa forma le permitió pasar. Ambos se sentaron en la sala, y el de cabellos verdes le explicó al rosado que Jimin había ido a comprar vino para los invitados, siempre acompañado de una sonrisa.

— Ya veo. El chico se esfuerza mucho por mostrarle a Jin que no es un desastre total —dijo Nam—, aunque Seokjin no es un crítico con la comida que le preparan casualmente. Con decirte que hasta dice que mis galletas son deliciosas.

— Me imagino —para ese punto, Yoongi pensaba en la forma menos grosera de decirle al invitado que se callara de una vez.

— ¿Y tú eres la pareja de Jimin-ah?

— En realidad...-

— ¡Ey, Namjoon hyung! —Se escuchó la aguda voz de Jimin entrar al recibidor con un par de bolsas de plástico en las manos.

El pelirrojo y el pelirrosado se saludaron con fraternalidad. A Yoongi le pareció ver el reencuentro de un padre y su hijo que no ha visto hace mucho.

— ¿Y Seokjin hyung? —Preguntó el más bajo, dejando las bolsas con la bebida sobre el comedor de seis personas.

— Dijo algo de sobre la grabación de su programa... Creo que se extendió... No recuerdo —Namjoon tomó asiento frente a su amigo—. Pero no tarda en llegar. Dijo que estaba en camino.

— Hice una comida impecable para él —gritó Jimin desde la cocina, metiendo al congelador sus souvenirs y tomando de entre ellos tres botellas de cerveza.

— Yongjin me dijo eso —el moreno aceptó la botella que Jimin le extendió.

— Yoongi, YOONGI —recalcó el pálido acercándose al comedor, con el ceño fruncido y la paciencia a tope.

— Cierto, cierto —Namjoon le dio un gran sorbo a su bebida, como si de agua se tratase—. Y díganme, ¿cómo les va viviendo juntos?

— Pues... —dijeron ambos a la vez.

— ¿No creen que dieron muy rápido el "siguiente paso"? —Preguntó con genuina curiosidad.

— ¿Siguiente... Qué?

— Sí, ya saben —sonrió—. Yo amo mucho a mi Jin, pero vivir con él... Seríamos un caos. ¿Cuánto llevan de ser novios?

Jimin se colocó más rojo que su cabello desteñido, y haciendo gestos con la boca, sacudiendo las manos, trató de negar lo que Namjoon decía.

—  Yo soy...- —intentó aclarar el pálido, pero, el moreno continuó sin escuchar.

— ¿los vecinos no se quejan? —Los hoyuelos a cada lado de su sonrisa se remarcaron—, digo, debe ser difícil para los demás escucharlos follar.

Continuará...