Besos

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— ¿Llevas el archivo?

— Aquí —el de cabellos verdes mostró la USB con forma de caballo que sostenía en la mano.

— Te irá bien —alentó Jimin.

Aunque Yoongi lo negase, aquel proyecto le importaba demasiado, y eso Jimin lo sabía.

— Regreso más tarde —avisó el mayor mientras abría la puerta del departamento.

— Suerte.

Yoongi giró sobre su eje, y como un movimiento natural, dejó un suave beso en los carnosos labios del menor.

— Beso de la suerte.

Min sonrió ante la cara atónita del pelirrojo y regresó a su camino hacia la disquera, con un buen humor que nada podía arruinar

[...]

— Buenas noches —se despidió el mayor, con un gesto adormilado.

Yoongi arrastro los pies por el pasillo que conducía a su habitación, el reloj de su móvil marcaba casi las tres de la mañana pero al fin había terminado con su trabajo.

Una suave mano lo detuvo del antebrazo y el pálido asomó el rostro por encima de su hombro.

Sintió los tibios labios de su compañero de piso tocar con rapidez los propios. Jimin soltó el agarre y sonrió hasta que sus ojos se volvieron dos medias lunas.

— Beso de las buenas noches.

[...]

Jimin entró al departamento a pasos pesados y azotando la puerta detrás de sí. Segundos después, el pálido (con una cara poco amigable) entró de la misma manera que el pelirrojo y con el ceño fruncido espetó:

— ¿Qué mierda te pasa?

— ¿Te avergüenzo, hyung?

El pálido se tomó un momento para analizar la pregunta y contestó con sincera duda.

— ¿De qué rayos hablas?

¡Ugh! —Bufó—. Una jodida hora, frente a tus amigos, y no te tomaste la mínima molestia de presentarme como tu...

Jimin resopló una vez más, rodando los ojos y dando media vuelta hacia la cocina. Yoongi no tardó en comprender la situación y con una sonrisa creída caminó detrás del menor.

— ¿Mi qué? —Se cruzó de brazos, recargándose en el marco de la puerta.

— Tu lo que sea —sentenció Park, dándose media vuelta y encarando al mayor.

El hombre de cabellos verdes caminó seis pasos hasta dejar a Jimin acorralado contra la encimera de la cocina.

— Esos sujetos no son mis amigos, no son gente importante, no merecen la suerte de conocerte —Jimin, aún con el ceño fruncido, abrió la boca para rebatir mas Yoongi continuó sin darle espacio—. Hoseok, quien sí importa, te conoce, ¿no? Él sabe qué eres tú de mi.

El de cabellos rojos frunció los labios y se cruzó de brazos, chocando con el pecho del pálido. Yoongi le devolvió una sonrisa y con delicadeza dejó un beso en el puchero de Jimin.

— Beso de reconciliación. 

[...]

Jimin se llevó un nuevo puño de palomitas de maíz a la boca mientras con la otra mano que sostenía el control del televisor hacía zapping. Yoongi, acomodado a su lado, atendía más su teléfono que a la pantalla.

De la nada, el menor dejó caer la mano que sostenía el control y con una voz tranquila preguntó sin más:

— ¿Somos algo así como pareja, hyung? 

Yoongi despegó su atención del móvil para encarar al pelirrojo a su lado, quien expectante le miraba fijamente con sus pequeños ojos.

— Vivimos juntos; conoces a mis amigos, conozco a tus amigos; te he visto desnudo; salimos en citas; nos besamos... no sé, suena a que sí.

Park no muy conforme con la respuesta, repone:

— No es justo, es decir, nunca me has pedido ser tu novio o lo-que-sea.

— Bueno, Jimin, no es como si quisiera hacerlo un sábado por la noche, mientras tú comes palomitas de maíz vestido con tu pijama de osos de peluche y vemos Keeping Up With The Kardashians, pero en fin —sonrió—. ¿Quieres ser mi lo-que-sea?

Las bien definidas mejillas de Jimin enmarcaron sus pequeños ojos cuando, con una enorme sonrisa, le robó un apasionado beso al mayor.

— Beso de lo-que-sea

Roommates [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora