La muerte del asesino y la bienvenida a Demacia

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"¿A dónde me lleva?"



Preguntó Shyvana al ver como éste peculiar príncipe la montaba en su corcel.


"A mi campamento base, allí estaremos más cómodos que acá"


Dicho eso, tanto Shyvana, Jarvan y su escuadrón marcharon a fueras del pueblo en dirección al campamento base del futuro rey de Demacia.


El campamento no se diferenciaba de cualquier otro campamento salvo una que otras diferencias como el lugar, el cual era dentro de una cueva como protección para posibles emboscadas enemigas.


Al estar allí, Shyvana no sentía cómodo el ambiente ya que estaba conviviendo con humanos, humanos que desde que ella tiene memoria han querido lastimarla y hasta quitarle su vida. ¿Podría confiar en ellos? Quizás sí, quizás no pero ese 'príncipe' le salvó la vida de esa muchedumbre y que por lo menos, tomaría una mínima confianza de éste.


Los soldados estaban reunidos en el centro de la cueva, admirando la fogata y hablando sobre futuras acciones de batallas y cosas personales, mientras que Shyvana se encontraba apartada de ellos y prácticamente dándole la espalda, ella sabía bien que estos hombres le temían.


Pese al temor y repugnancia de los soldados por tratar de "Convivir" con un dragón, ellos confiaban plenamente en todas las decisiones y acciones de Jarvan el IV por lo que no se atrevían a opinar y cuestionar cualquier decisión de él.


Jarvan, después de acomodarse en el lugar y quitarse gran parte de su armadura, principalmente el casco, decidió que era hora de preguntarle ciertas cosas a la forastera y pensado esto, fue a donde ella se encontraba.


"Vengo a curar esas heridas que tienes, supondré que debe dolerte demasiado."


Dijo mientras se arrodillaba y colocaba al lado de ella un botiquín con vendas y medicinas curativas.


"¿Por qué hace todo esto?"


Shyvana no lograba entender por qué el joven príncipe la había rescatado y velaba por su salud tratando de curarla si nunca nadie había hecho eso, el único era su padre que ya había padecido.


"Bueno, principalmente porque juré ante la corona y ante mi pueblo que ayudaría al débil y al indefenso..."


Respondió al tiempo que curaba y vendaba las heridas de la joven.


"...Y además, soy alguien que trae justicia y libertad a todo aquel que la necesita, esa es mi visión del mundo..."


Shyvana solo se limitó a no comentar nada, callar y dejarse curar por Jarvan.


Después de un rato en silencio y terminar de vendarla, Jarvan decidió comenzar con su interrogatorio, algo que quería hacer desde que la vio.


"¿Puedo preguntarte varias cosas? ¿Shyvana?


"...

Puede preguntarme lo que quieras..."


Jarvan se acomodó y se sentó al lado de ésta para comenzar el interrogatorio.


"Espero que no lo tomes a mal, pero... ¿Qué hacías por éstas tierras? Nunca antes había visto a una híbrida dragón y creo que mi pueblo tampoco, por eso las ofensas y turbas."


Shyvana volteó la mirada y calló por unos momentos, para luego responder con un tono bajo y frío.


"Porque no estaba en estas tierras... Llegué hoy mismo a éste pueblo, llegué de otros pueblos buscando a alguien..."


"¿Y a quién buscabas?"


"..."


La mirada de Shyvana parecía nublada y perdida, ella no quería hablar de su pasado cosa que ya sabía Jarvan por experiencias pasadas.


"Entiendo que no me expliques bien las cosas... Pero si necesitas ayuda deberás contarme todo y mantener confianza en mí"


Shyvana suspiró y se acomodó frente al joven príncipe para aclarar mejor las cosas, no quería hablar de su historia con nadie ni con nada, pero Jarvan tenía algo en sus ojos que le recordaban enormemente a su padre y que por ende, no podría negarle confesar lo que ocurría.


"Verá... Soy la hija de un dragón y de una humana, mi padre se enamoró profundamente de una hechicera la cual fue mi madre... Mi madre murió cuando yo nací y fue a causa de una enfermiza herida de batalla... Mi padre tuvo que cargar con mi responsabilidad y me llevó a su tierra... Sin embargo los dragones me rechazaron pero permitieron mi estadía allí por lo menos hasta cumplir una edad adulta ya que mi padre fue un gran dragón para la tribu... Mi niñez y crianza fue rechazada, odiada y repelada por los demás dragones..."


Mientras Shyvana continuaba cada paso de su historia, su voz se agudizaba y sus ojos amarillos se entumecían.


"...Ya al alcanzar la edad adulta, fui expulsada permanentemente de la tierra de los dragones, puesto que no se podría convivir con una impuridad como yo... Era una ofensa para los antiguos dragones que un dragón sea o fuese humano... Mi padre no fue expulsado pero fue severamente castigado, sin embargo decidió tomar como castigo el exilio junto a mí..."


Jarvan notó como recorría una pequeña lágrima de uno de sus ojos a la joven. Como los soldados se habían quedado dormidos por tanta fatiga, ambos podrían guardar el secreto de tales debilidades humanas.


"Mi padre me llevó a un pueblo no muy lejos de esas tierras, me dijo que quizás los aldeanos nos recibirían puesto que había escuchado rumores de que eran muy amistosos con las criaturas de la naturaleza... Sin embargo, nosotros no pertenecemos a la naturaleza... Los aldeanos nos expulsaron tal y como lo hicieron los demás y demás pueblos que recorreríamos... Fui expulsada por los dragones y odiadas por los humanos... Y mi padre por solo cargar con mi responsabilidad aceptó tales desgracias solo por mí... Fuimos de tierra en tierra buscando un hogar pero en cada lugar que llegábamos, nos expulsaban... Un día, mi padre me despertó bruscamente diciéndome que teníamos que escapar porque había escuchado que los dragones reales habían mandado a un asesino a matarnos, puesto que no permitirían que su raza fuese mezclada con una humana... Ese dragón nos persiguió durante días, semanas y meses... De día y de noche pero logramos huir de él... Hasta que un día nos cazó y nos atacó desprevenidamente... Mi padre me protegió y luchó contra él, pero el asesino era más fuerte y... E.l... El... Maldito... Mató a mí... Padre..."


Shyvana no soportó tales recuerdos y derramó lágrimas al revivir las penumbras que vivió en su vida.


Jarvan exhaló y supo inmediatamente a dónde iba todo esto, por lo que le preguntó calmadamente.


"¿Y ese alguien a quien buscas es a ese dragón? ¿Por eso has viajado tanto?


"...Así es... Cuando encuentre a ese maldito... Lo acabaré... Vengaré a mi padre... ¡Pagará por lo que hecho!"


"Comprendo tu ira... Pero ¿Te has puesto a preguntar si tienes alguna oportunidad contra ese dragón? Tu padre se sacrificó para protegerte, para defenderte y luchar por ti contra esa bestia ¿Solo para que buscaras represalias y encontraras una muerte segura?"


"... Él está herido... Mi padre lo hirió severamente, tanto que se dirigió al norte para curarse... Es decir, se dirigió aquí..."


"Por supuesto... Los picos de Valoran proporcionan curación a todo aquel que resguarde en él durante un largo periodo de tiempo. Sin embargo tales picos están muy altos por lo que nadie se aventura en ellos."


Jarvan sabía muy bien la geología de su terreno, estudió mucho respecto a todos los campos de batallas y lugares inexplorados.


Tanto Shyvana como Jarvan guardaron silencio durante un corto momento, para que luego el joven príncipe lo rompiera con una propuesta.


"¿Aceptarías si te ayudo a matar al dragón?


Shyvana quedó impresionada por la propuesta que le hizo el joven príncipe. ¡¿En verdad le estaba ofreciendo tal cosa?! ¿¡Por qué!?


"¿¡Lo dice... Enserio!? "


Jarvan rió elegantemente, para luego responder.


"¡Así es! Recuerda que juré ante la corona y ante el pueblo de Demacia que ayudaría a todo aquel que necesita ayuda... ¡Haré justicia! ¡Mataremos a esa escoria!"


La joven no sabía cómo reaccionar ¿El príncipe la salvó, la curó y le ofrecía su ayuda para matar al asesino de su padre? ¿Era real todo eso? Quizás sí, quizás no pero por lo menos Shyvana optó por responder más calmadamente.


"Muchas gracias... Jarvan el IV."


Jarvan nuevamente rió élegamente.


"Partiremos mañana en la mañana, por ahora descansa y repón fuerzas que las necesitarás."


Dicho y hecho, tanto Shyvana como Jarvan se acostaron a dormir, por supuesto Jarvan lo hizo en un sitio estratégico por si llegaban a atacar enemigos aunque no muy lejos de Shyvana, mientras que ella se quedó allí mismo apartada de los demás.


Ya en la mañana, el clima era cálido y con neblina en los altos picos los cuales se veían desde la cueva. Shyvana mantenía la vista en ellos mostrando cierta furia de rectitud y sed de venganza y justicia. Sabía que llegaría la hora, la hora de vengar a su padre, su única familia la cual padeció por culpa de ese monstruo.


El príncipe Jarvan IV preparó a sus soldados y a él mismo, colocándose su gran armadura dorada y envainando su enorme espada. Éste se dirigió hacia la joven llegándole por la espalda.


"¿Éstas lista Shyvana? Llegó la hora de la justicia."


"¡Estoy más que lista! ¡Conocerá la furia de la hija del dragón!"


Shyvana se transformó en dragón y voló hacia los picos, los soldados al ver eso se habían asombrado y asustado, pero como confiaban plenamente en Jarvan, rápidamente el miedo desapareció.


La tropa se dirgió a los picos en sus caballos llegando un poco más atrás que la dragona, pero lo suficiente como para alertar a una criatura que yacía en tales picos.


El dragón yacía descansando en una cuerva dentro de un pico, aprovechando la curación de sus minerales. Éste dragón era un dragón claramente más grande y robusto que Shyvana, de color negro y de alas despegadas de sus brazos a diferencia de la dragona.


El asesino al conocer lo despejado y tranquilo que es la zona, notó bruscamente la presencia de éstos por lo que decidió salir a limpiar el terreno.


Al salir de la cueva, los soldados se sorprendieron por ver las proporciones del dragón pero retomaron compostura para hacerle frente a tal bestia. Jarvan ni se sorprendió ya que antes era un mata dragones con su abuelo, el Rey Jarvan II. Shyvana al ver al dragón su furia aumentó y se lanzó hacia él en picada con una llamarada de fuego exclamando su ira hacia él.


"¡He roto mis cadenas! ... ¡Siente la furia de la bestia!"


El dragón bloqueó gran parte de los ataques de Shyvana ya que aunque se encontraba débil, el lugar hacía retomar ciertas habilidades pasadas. Los soldados de Jarvan no se quedaron atrás y al igual que él, se lanzaron hacia el dragón, siendo Jarvan el que recibiría gran parte del daño del dragón, actuando como un tanque para sus compañeros.


Shyvana no creyó que los humanos podrían contra ese dragón y que muy posiblemente murieran en el acto, pero serviría lo suficiente como para matarlo ella. Sin embargo, tras varios minutos de combate, el dragón cayó siendo Shyvana quién le dio el golpe final arrancándole el corazón con un devastador ataque.


El asesino había muerto y Shyvana finalmente vengó la muerte de su padre, tras regresar a su estado normal, Jarvan se acercó a ella y le dijo en una voz calmada y gentil.


"Eres una feroz guerrera, una luchadora increíble Shyvana."


"... Gracias... También ustedes, si soy honesta no creí que sobrevivirían."


"Te sorprenderás lo fuerte que podemos ser... ¿Qué harás ahora Shyvana? ¿A dónde irás?


"... No sé bien... Ya acabé con el único propósito que tenía... Ya no tengo nada que seguir, ni a dónde ir..."


Shyvana sabía que el único propósito que tenía era vengar a su padre matando al asesino y que después de eso, su vida ya perdería sentido por no tener a dónde ir o qué hacer después. Sabiendo esto, ella dio la espalda a los demacianos, dando una clara señal de que ya se iba.


"Entiendo... Shyvana, sería una enorme lástima que alguien con tus poderes y habilidades en batalla se perdieran por no saber aprovecharlos. Me gustaría profundamente que aceptaras venir a Demacia conmigo y que formaras parte de mi guarda élite de batalla... ¿Aceptarías Shyvana?"


La joven al oír tal oferta no pudo evitar exaltarse por lo que volteó hacia donde estaba el príncipe, dándole nuevamente la cara. Por otra parte, los soldados no estaban muy de acuerdo con tal oferta aunque si habían quedado sorprendidos por el poder de la dragona, ¿En verdad sería bueno que ella estuviera en Demacia? ¿La ciudad más segura de todas? Era de evidencia ver la negación por parte de los soldados, algo que Shyvana percató.


Aunque Shyvana podía ver el terror en los ojos de los hombres, añoraba un verdadero hogar por lo que decidió nuevamente confiar en el príncipe y aceptar su oferta.


Los hombres de Jarvan el IV buscaron el lado bueno de la proposición y que tenerla como aliada era mejor que como enemiga ya que su poder sería de gran utilidad para la protección de Demacia y la de Jarvan.


Todos partieron hacia Demacia la cual queda un poco lejos retirada de los picos de Valoran por lo que se tomaron gran parte del día y una pequeña parte de la tarde para llegar a las puertas de dicha ciudad. Como Shyvana se encontraba un tanto cansada, no voló en su forma dragón si no por el contrario, fue en el corcel de Jarvan.


Shyvana quedó sorprendida por ver las inmensas proporciones de tal ciudad, tanto que Jarvan se percató de ello.


"¿Sorprendida? Aún no la has visto por dentro."


"... Debo reconocer... Que es muy hermosa ésta ciudad..."


"¿Nunca antes la habías visto?"


"... Nunca antes había estado en una ciudad..."


Jarvan guardó silencio por el comentario de la dragona por lo que se limitó a seguir el camino y llegar a donde estaban los guardias de la puerta.


"¡Príncipe Jarvan! ¡Qué bueno que esté de regreso!"


"¡Es todo un gran honor verlo de nuevo príncipe Jarvan!"


"¡Le damos la bienvenida de nuevo a Demacia!"


Exclamaron éstos guardias a la par de abrirle las puertas de la gran ciudad.

Los Demacianos al ver como el joven príncipe entraba en su gran corcel blanco, le daban una cordial bienvenida como a un héroe, cosa que Shyvana se sorprendió y extrañó.


Shyvana se encontraba muy incómoda, era la primera vez que estaba en una ciudad y ver todas esas personas la asustaba ya que siempre fue expulsada y maltratada por humanos.


"Tranquila, estás conmigo... No tendrás de qué temer. Además, ésta ya será tu hogar por lo que deberás acostumbrarte"


Susurró Jarvan mientras saludaba a su pueblo.


"... Tomará un tiempo acostumbrarme..."


"No importa, lo harás. Mientras tanto deberíamos apresurarnos al palacio ya que estoy completamente seguro que tienes hambre."


La dragona se sorprendió por el comentario ¡Es verdad! Ella no había comido en días, pero por las ansias de matar al asesino lo había olvidado.


"Es... Es cierto... No he comido nada en días..."


"Me siento culpable Shyvana, te hubiera ofrecido comida en el campamento pero ya no teníamos suministros puesto que era nuestro último día allí... Lo siento"


"No tiene de que disculparse... Ha hecho mucho por mí, lo menos que debí hacer por ti fue aceptar ser su guerrera... Estaré en deuda de por vida por ti, Jarvan"


Éste se incomodó un poco por el comentario de Shyvana, sin embargo ya estaba acostumbrado a ocultar ciertos hábitos por lo que ella no se percató.


Al llegar al palacio, los soldados se despidieron del príncipe por lo que él los condecoró y felicitó por su labor en la batalla. Shyvana no pudo sentirse extrañada por ver como los hombres se iban a sus respectivos hogares mientras ella estaba allí sin dónde ir.


"¿Qué ocurre Shyvana? ¿No te gustó el palacio por fuera?"


"No es eso... Es que... Demacia será mi hogar pero... ¿Dónde viviré? ¿Me estará permitido dormir en las calles?"


Jarvan no pudo evitar levantar la ceja por el comentario de la joven, ciertamente ella no tenía idea alguna de que era una casa o un hogar.


"¿No lo entiendes? Cuando te dije que vendrías conmigo a Demacia, inmediatamente tu cosa sería el palacio real."


"¡...! ¿¡Viviré aquí!? "


"No permitiré que vuelvas a dormir en bosques, en tierra, en suelo o en calles... Como buscador de lo justo, divino y servicial te doy la bienvenida a tu nueva casa, Shyvana. ¡Bienvenida a Demacia!"


Final del segundo capitulo.

La historia de Shyvana (Jarvan x Shyvana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora