Distrito Siete

Capítulo 13.

Miraba fíjamente el reloj de la pantalla holográfica, faltaban quince minutos para que dieran las 20:00 hrs. así que decidí colocarme una ropa muy discreta, y, después de recuperar la fotografía me dirigí al ascensor. Sabía que no tendríamos mucho tiempo para charlar, ya que los sistemas de seguridad se activaban a las 20:40 hrs. y los accesos al ascensor se desactivaban por completo. 

Si quería salir, tener una conversación basta y regresar a tiempo, debía hacer las cosas con cautela. Aunque primero debería considerar no quedarme plantada esperándolo. Negué con la cabeza. Paisley sabía muy bien lo mucho que llevaba intentando comunicarme con él, sí, probablemente me haya evadido cientos de veces, pero, mi coraje habrá sido suficiente para obligarlo a ir.

En cuanto llegué al salón, miré a los lados viendo que nadie me haya seguido. Me sorprendió que no hubiera ningún Agente cuidando la puerta. Después de que entrara, la respuesta a mi duda se presentó frente a mis ojos, el Agente apareció colocándose en la puerta y activó el sistema de seguridad. Espero que Paisley se cargue su tarjeta de identificación, o de lo contrario, le será imposible entrar a la sala.

Supuse que deduciría que lo estaría esperando en el panel donde me había puesto chula para el desfile, así que me senté en la misma camilla y aguardé con las manos en el regazo. Escuché unos pasos en la sala así que me apoyé contra la pared, en cuanto vislumbré la figura de mi estilista, bajé la guardia y le hice señas para que entrara al panel. Sellé la habitación para que no hubiera interrupciones, no me gustaría que ahora fuera Kathleen quien me observara hablar a altas horas de la noche.

-¿De dónde obstuviste esto? -le mostré la fotografía. Quería ser directa, sin rodeos.

-¿Qué? -preguntó poniendo una cara de inocencia.

-Esto... se te cayó cuando me dejaste con la palabra en la boca, hace unos días -le mostré más de cerca la foto, y él me la arrebató de las manos.

-¿Qué es lo que te alarma de esta foto? ¿tiene algún significado para ti? -cambió por completo las tarjetas que yo le estaba mostrando. Ahora él quería acusarme de algo sin sentido. Claro que tenía significado para mí, pero, ¿de verdad estaba dispuesta a compartir una parte tan íntima de mi vida con él?

-Recuerdo haber sido yo la que te preguntó primero -me crucé de brazos.

-¿Quieres saber toda la verdad? -preguntó formulando una mueca.

-Toda -asentí achicando los ojos.

Abrió la boca para enunciar las palabras, pero la puerta se abrió de golpe y se escuchó el trote de los agentes de la paz dirigiéndose al panel, él me señaló un escondite detrás de los estantes, y después me cubrió con una de las mantas del lugar, camuflándome en la esquina, se sentó en el escritorio y simuló estar haciendo apuntes. Los agentes se posaron frente a él, entonces uno de ellos se quitó el casco y se acercó con cautela.

-Nos han informado que la tributo del distrito siete, Jessica Sweet, se encontraba fuera de su habitación. Nos han mandado a hacer una inspección completa de toda la zona. Si nos permite... -hizo una seña para que sus agentes comenzaran a esparcirse por la sala, yo me aferré a las tuberías y recé para que no me vieran.

-¡Ella estuvo aquí! -gritó Paisley atrayendo la atención de todos ellos-. estaba buscando la sala de entrenamientos. Ella me lo dijo.

Suspiré aliviada. El hombre se acercó a mi estilista con plena tranquilidad.

-La obstrucción a la verdad es un delito que se paga con azotes, más aún si se involucran a miembros del Capitolio -¿miembros del Capitolio? ¿así que ahora somos considerados miembros del Capitolio?

-¡No miento! -gritó dejando caer el puño sobre la mesa.

-¡Llévenselo! -ordenó el hombre y Paisley comenzó a forcejear intentando liberarse de los agentes, recibió un latigazo en la espalda y accedió a caminar, aún a la fuerza. Un sentimiento de impotencia invadió mi cuerpo, no pude evitar sentirme culpable, se lo estaban llevando, tal vez le darían latigazos, o en el peor de los casos, lo ejecutarían. Y todo por algo tan insignificante.