Capitulo 5

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-Buenas noches, Camz.

El miércoles Camila quedó con Lauren para estudiar sobre el trabajo en su casa. Lauren encontró la casa de Camila acogedora y cómoda, pero la diferencia de la decoración entre la habitación de la menor y los demás lugares de la casa era notable. Mientras la sala y la cocina tenían colores vivos como rojo y azul predominantes, su habitación era totalmente blanca. No había cuadros ni mínimas decoraciones. Todo lo que había tenía un uso predefinido. Los muebles parecían extremadamente cómodos, pero era obvio porque Camila prefería la comodidad a la belleza. Las únicas cosas diferentes y con color, eran algunos LPs y uno que otro CD que estaban al lado de su computador. Lauren se sentó en el escritorio y Camila en una silla cercana, tomando un libro en braille comenzando a pasar los dedos hábiles por las hojas. Lauren abrió su libro y dividía su atención mientras transfería algunas informaciones del libro a su cuaderno y veía la expresión sería y concentrada de Camila. La casa estaba completamente silenciosa, y con el tiempo eso comenzó a incomodarla. Ella dejó lo que estaba haciendo y tomó el iPod de Camila de una parlante que estaba cerca, puso el suyo en cambio y se recostó en su asiento.
Camila fue sorprendida cuando un golpe inundó su habitación, para después venir el sonido de una guitarra, acompañada de un bajo y una voz envolvente.
-¿Qué es eso, Lauren?
-Arctic Monkeys, una banda que me gusta. ¿La conoces?
Camila frunció el ceño esforzándose para saber si ya había escuchado alguna vez la canción.
-No.
-A mi hermano le gusta esta música. Cuando vivíamos juntos él me mostró la banda.
-Mira, no es un Jacovich, pero es muy bueno. –Comentó la menor dejando envolverse por las voces y balanceando su cabeza con el ritmo.
Su celular sonó y Lauren pausó la canción para que Camila pudiera hablar tranquila. Por el ringtone supo que era Álvaro.
-Hola, ¿cómo que estás en la biblioteca, All?... –Su expresión fue seria.- ¿Pero no ibas a hacer el trabajo con Alex? –Hizo una pausa.- Sí... Ok, está bien. Sí, yo llamo... Beso, chao. –Respondió antes de cortar.
-Mira, si nos cansamos, podemos ir a casa de Álvaro a nadar. –Anunció Camila.
-Si seguimos interrumpiendo las horas del trabajo por el cine o la piscina, vamos a terminar sacando cero.
El teléfono de Camila volvió a sonar, pero ahora con la sinfonía de Bach que era para desconocidos. Ella frunció el ceño, Lauren reprimió una pequeña sonrisa, levantándose y lanzándose al lado de ella cuando atendió.
-¿Hola?
-Hola, ¿Vivaldi? –Dijo Lauren del otro lado de la línea, Camila sonrió y murmuró un 'idiota' antes de cortar la llamada.
-¿Para qué me llamaste? –Preguntó Camila direccionando la mirada hacia la morena.
-Quería saber cuál era mi ringtone en tu celular.
-Ok, pero te equivocaste, no es Vivaldi, es Bach.
Lauren torció la nariz con la afirmación.
-No quiero ser Bach. –Dijo con una sonrisa.
Camila sonrió también.
-¿Y qué quieres ser? –Preguntó Camila.
-No sé. ¿Puede ser Arctic Monkeys? Así puedes hasta bailar cuando te llame. –Sonrió.
Lauren se levantó y se dirigió hasta el iPod y presionó el botón de play, cuando la canción volvió a sonar ella bailó en medio de la habitación, sus caderas moviéndose de acuerdo a los acordes, balanceando su cabeza de un lado a otro. Su olor esparciéndose por la habitación por sus movimientos. La música era contagiosa y Camila golpeteó sus dedos en el libro y balanceó la cabeza intentando encontrar un ritmo.
-Mucho más animado que Bach, ¿no? –Preguntó Lauren sonriendo.- Ven a bailar Camz.
Camila frunció el ceño y sonrió.
-Yo no. No sé bailar.
Lauren volvió a sentarse a su lado.
-¿Cómo no? Solo mira tus dedos bailarines. –Dijo en un tono amigable de provocación.- Hay gente que baila bien y hay gente que baila mal. Pero saber bailar todo el mundo sabe. –Afirmó.
Camila pensó sobre el asunto. Pero ella nunca había bailado. Ella debía ser un desastre en eso y no quería pasar vergüenza frente a Lauren.
-Otro día, ¿sí?
Lauren se encogió de hombros y se levantó volviendo a acogerse en el ritmo y cantar el coro en voz alta.
Camila sintió su vibración por la habitación. La música fuerte con tonos sensuales. Dios, ella nunca bailó, pero ya que quería experimentar, que su primera vez fuera con Lauren. Eso la hizo pensar en cuántas primeras veces ella ya imaginó entregarle a Lauren.
La pequeña se levantó y le lanzó una mirada interrogativa a Lauren, quien sonrió. Lauren sujetó sus hombros rústicamente e intentó balancearla al ritmo.
-Eso. –Dijo sonriendo.- Si quieres puedes mover los pies también.
Camila se fue soltando, dejando llevarse por los acordes, por la voz. La banda era buena y la música le hacía imaginar a Lauren a su lado requebrando sensualmente. Ella intentó mover más su cuerpo, lo que resultó en movimientos ridículamente vergonzosos, y que para lo extraño del momento, Lauren encontró lindo.
-Cielos, debo parecer una idiota.
-Claro que no. Créeme, incluso ya hasta puedo llevarte al antro. –Dijo molestando.
-Cállate, Lauren. –Dijo Camila desistiendo del acto y lanzándose en su cama.
Lauren rio de su frustración, apagó el sonido y se acostó a su lado.
-Está bien, es tu primer día de clases. Te perdonaré que seas tan desengonzada. –Soltó riendo.
Camila le dio un golpe arrancándole un gemido.
Después de un tiempo viendo la nada, Lauren creyó que debía volver a la tarea, que por cierto, ya estaban muy atrasadas. Camila solamente tuvo noción del tiempo en el que se quedaron estudiando cuando un golpe sonó en la puerta de su habitación. Obviamente era su mamá.
-Kaki, no me llamaste cuando saliste del colegio. –Dijo entrando.- Me preocupé y...Oh, disculpa. –Se detuvo cuando vio a Lauren.
Lauren murmuró un "Hola" tímido.
-Hola, no sabía que Camila...No importa. –Dijo Sinu frunciéndole el ceño a Lauren, después direccionó su mirada hacia Camila.- Hija, voy a prepararles una merienda.
-Gracias mamá. Eso suena bien.
Sinu le lanzó una última mirada a Lauren y cerró la puerta.
-Creo que debería irme. –Anunció Lauren levantándose.
-No, quédate. Yo voy a tomar un baño rápido, puedes sentirte cómoda, luego vamos a comer.
Lauren asintió y murmuró un "está bien" mientras Camila alistaba su ropa, ella palmeó algunos pantalones cortos y camisetas y eligió un pantalón de pijama y una camiseta de manga corta. Prendió su cabello en una cola alta, después lo enrolló como en un moño alto y adicionó otra coleta.
-Siéntete cómoda. Yo ya regreso.
Ella salió en dirección al pasillo palmeando las paredes, y Lauren se quedó pensando en lo que haría mientras ella viniera. Analizó la habitación una vez más y sus ojos se fijaron en los Lps y CDs de Camila. Ella pasó la mano por ella, la mayoría no tenía una portada personalizada, eran negros o blancos con algunas ranuras en braille que Lauren dedujo ser de ópera, había varios. Pero ella encontró algunos artistas recientes que a ella también le gustaba. Una colección de LPs de Ed Sheeran, John Mayer, The 1975, todos los discos de One Direction y lo que más llamó su atención, Lana Del Rey.
Parecía que cuando Camila no estaba apreciando ópera, escuchaba las mismas canciones que ella.
La morena volvió a sentarse en la cama y removió su mochila en busca del libro que estaba releyendo y recomenzó desde la página en la que había quedado mientras esperaba a Camila.
Diez minutos después Camila apareció en la puerta con una apariencia fresca y cómoda. Lauren la siguió con la mirada cuando ella se dirigió a su guarda ropa y apalpando encontró su peine. Deshizo el nudo en su cabeza y alisó cada mecha demorándose, tan solo el sonido de la fricción hacía eco en la habitación.
-¿Vamos a comer? –Preguntó Camila volviendo a ver a Lauren, que aún no se había pronunciado.
La más alta se levantó de la cama y puso su libro en el escritorio.
-Mira, entendí el hecho de que sientes cuando alguien te mira, pero ¿cómo sabías exactamente en donde estaba? Pude estar sentada en la mecedora o en la silla. Pero miraste mi rostro cuando preguntaste. –Dijo Lauren fingiendo analizar el rostro de Camila y usando un tono de burla.- Explícame eso.
Camila pareció pensar en la respuesta, su ceño fruncido y los labios comprimidos en una línea recta.
-Tienes razón. No lo sé, pero cuando estoy contigo te siento...no sé explicarlo. Es como si pudiera sentir tu presencia en un mar de gente. –Suspiró.- Nunca me había detenido a pensar en eso hasta ahora. –Se encogió de hombros.
Lauren se sorprendió con la respuesta, esperaba que Camila le diera un golpe y la maldijera por la broma. Ella sintió como si tuviera mil mariposas en su estómago, pero no sabía si era porque tenía hambre o si fue el resultado de la afirmación de Camila de que podría encontrarla en un mar de gente.
-¿Qué hiciste mientras me esperabas? –Preguntó Camila sacándola de su ensueño.
-Nada, vi tu colección de CDs y después me quedé leyendo.
-¿Qué estás leyendo? –Preguntó interesada.
-"Buscando a Alaska" Es un buen libro, la verdad lo estoy volviendo a leer.
Camila la empujó hacia la cama y la hizo sentarse a su lado.
-¿Cómo es la historia? ¿Puedes leerla para mí? –Pidió la meno pareciendo fascinada.
-Vamos a hacerlo, pero es tarde y tengo que irme, mañana comienzo a leerte, ¿está bien?
Camila asintió y le entregó una bella y deslumbrante sonrisa.
-Antes de irte, vamos a merendar. Soy una pésima anfitriona, discúlpame. –Dijo ella tomando el brazo de Lauren llevándola hacia la cocina.
Camila tomó una silla para Lauren, lo que la hizo reír y murmurar un "gracias,caballero" para solamente Camila escuchara, arrancándole una carcajada.
Sinu colocó sándwiches y jugo de naranja en la mesa y gesticuló para que Lauren se sirviera mientras ella se sentaba. La morena le sirvió a Camila primero, poniendo jugo en su vaso y un sándwich en su plato, lo que hizo a hizo fruncir el ceño en cuestionamiento. Camila odiaba que hiciera cosas por ella, pero parecía no importarle cuando Lauren lo hacía.
-Disculpa si me comporté medio extraña allá en la habitación. –Se pronunció Sinu sirviéndose también.- Pero es que Camila no tiene muchos amigos. –Frunció el ceño una vez más.- La verdad yo solo veo a Álvaro con ella. Estoy feliz de que se esté desenvolviendo.
Lauren sonrió y Camila parecía incómoda.
-Disculpe la comparación, pero eso responde al porqué usted me miró como si fuera un animal en peligro de extinción.- Dijo Lauren.
Sinu rio.
-siempre que quieres venir a estar con ella, puedes hacerlo. Hacer una pijamada, esas cosas que las chicas de su edad hacen...no me va a importar.
Lauren agrandó aún más su sonrisa.
-Por el amor de Dios mamá, deja de avergonzarme frente a la única amiga que tengo. –Pidió Camila.
-La verdad, -Dijo Lauren revezando miradas entre Camila y Sinu, usando el tono de burla.- tu mamá es más simpática que tú, estoy pensando seriamente en volverme amiga de ella y abandonarte.
Sinu volvió a reírse nuevamente. Hacía bastante tiempo que Camila no escuchaba a su mamá reírse tan libremente. Eso la hizo feliz.
-Camila, vi tus CDs y quitando la música clásica, parece que nuestros gustos son los mismos, pero mi favorito es Lana Del Rey.
Camila sonrió. Podrían escuchar canciones juntas libremente, que no habrían conflictos.
-¿Camila te contó que toca el piano? –Informó Sinu.
-No soy muy buena en eso. –Intervino Camila.
-Entonces eres tipo Stevie Wonder, solamente que mujer y blanca. –Dijo Lauren y Sinu volvió a reír.- Eso es genial, quiero escucharte tocar un día de estos.
-Bien. Tú me lees y en cambio yo toco para ti algún día. –Propuso Camila levantando sus cejas a Lauren.
-Trato. –Concordó la otra.
-Lauren, ¿tú vas a ir al campamento escolar? –Preguntó sinu.
-No lo sé, aún estoy hablando con mi papá sobre eso.
-¿Ya llamaste a la escuela, mamá?
-Sí. Pero voy a hablar con los papás de Álvaro, tú vas si él va, así me garantizo que estarás bien.
Camila resopló pero no quiso discutir sobre eso. No era el momento.
Después que terminaron, Lauren fue a la habitación por sus cosas.
-Mañana...no sé, podrías dormir aquí. Así podría tener una buena parte del libro. –Dijo Camila sentada en la cama, mientras escuchaba los movimientos de Lauren en la habitación.
-No sé. Tengo que hablar con mi papá. Mañana en el colegio te aviso, ¿sí?
Camila asintió. Lauren le dio un beso casto en el rostro y se despidió.
Camila apagó las luces –Que eran innecesarias cuando solamente estaba ella en la habitación.- y se recostó en la cabecera de la cama. Pensó en lo mucho que le gustaba la compañía de Lauren, en la cantidad de tiempo desde que no tenía un momento como el que pasó con su mamá a la hora de la comida. Soltó un gran suspiro. Su celular comenzó a sonar en la misma cabecera y Camila rio cuando reconoció el sonido de Lauren. No hacía ni media hora desde que salió, debió olvidar algo.
-¿Hola?
-¿Bailaste? –Preguntó Lauren del otro lado de la línea con un tono de burla.
-¿Qué?
-Te llamé, quería saber si bailaste con el sonido.
-No. –Respondió Camila acogiéndose aún más en la cama.- Pero te prometo que la próxima vez no voy a atenderte solo para ensayar algunos pasos.
Lauren rio. Camila fue tomada por sorpresa por la súbita nostalgia de su risa en su oído. Cielos, la chica acababa de dejarla y ella ya la necesitaba.
-¿Ya llegaste a casa? –Preguntó Camila.
-No, aún voy de camino.
-¿Te veo mañana? –Preguntó nuevamente, cautelosa para no parecer necesitada.
Lauren suspiró del otro lado.
-Aunque no lo quisieras. –Susurró ella.
Camila fue acariciada por la suave voz en su oído.
-Entonces...Hasta mañana. –Susurró Camila de vuelta.
Ella pudo escuchar la respiración acelerada de Lauren del otro lado, obviamente estaba caminando rápido.
-Buenas noches, Camz. –Se despidió Lauren y después de algunos segundos colgó.
Camila mantuvo el celular en su oreja, como si Lauren todavía siguiera ahí.
-Buenas noches, Lauren. –Respondió a la nada.
[...]
Camila y Álvaro estaban sentados en un muro cerca de la escuela esperando a que Lauren saliera. El chico iría a la biblioteca y Lauren a la casa de Camila. La menor no estaba lo bastante animada, luego de que Lauren le explicara que su papá le pidió que dejara lo de pasar la noche en casa de su amiga para otro día, ya que iba a llegar temprano y quería la compañía de su hija, cosa que era muy raro ya que él trabajaba mucho. Camila concordó.
-No aguanto más hacer ese trabajo en esa biblioteca. –Se quejó Álvaro al lado de Camila.
La chica rio.
-¿Cuál es el nivel de pereza? –Preguntó su amiga.
Álvaro rodó los ojos, sus hombros sacudiéndose ante el cansancio.
-Nivel diez. Si bien que ya ultrapasé el nivel de pereza y estoy en el nivel homicidio.
Camila carcajeó de su exageración.
-Relájate, All. El próximo trabajo lo hacemos juntos.
-Si bien que...
Álvaro fue interrumpido cuando Lauren apareció acompañada de Alex. Iba a decir que mal veía a Camila en los últimos días y se sentía excluido. Lauren tomó la mano de Camila y la guio después de dar un beso en la mejilla del chico y murmurar un "Chao" apresurado.
[...]
Algunas risas inundaban la habitación. Lauren era incentivada a pasar los dedos por el libro en braille intentando entender algo, Camila se reía de su frustración.
-Es imposible Camila, en serio.
-Es fácil, mira. –Dijo Camila pasando el dedo por las ranuras y leyendo en voz alta.- "La locomotora soltó un..."
-¿Y cómo sé yo que lo que estás leyendo es verdad? –La interrumpió Lauren, sonriendo.
-Vas a tener que confiar. –Respondió Camila encogiéndose de hombros.- Dame tu mano.
Lauren hesitó un poco, pero luego cedió.
-Mira aquí: "Soltó un..." –recomenzó forzando los dedos de Lauren sobre el papel.- Esto aquí es "l" mira...
-Imposible, en serio. –Lauren volvió a interrumpirla.- Me rindo.
-Lauren, no es imposible.
-Voy a tardar mucho tiempo para aprender.
-Imposible es andar en bicicleta. –Dijo Camila sonriendo.
La puerta fue abierta haciendo a Lauren sacar su mano de la de Camila como si estuviera haciendo algo malo.
-Hola Lauren. –Dijo Sinu recostándose al borde.- ¿Quieren un jugo o algo?
-No, gracias. –Respondió Lauren.
-Gracias mamá, después comemos algo. –Agradeció Camila, dispensando a su madre descaradamente.
-Está bien, si necesitan algo voy a estar en la sala. –Respondió volviendo a cerrar la puerta.
Lauren se alejó un poco del asiento y retiró su chaqueta.
-También puedes leer braille con los ojos. Como si fuera el alfabeto, solamente que en braille. –Continuó Camila, abriendo una gaveta tomando un pequeño papel blanco, entregándoselo a Lauren.
-¿Qué es esto?
-El alfabeto en braille.
Lauren acarició el papel, sintiendo las pequeñas bolitas que formaban letras irreconocibles para ella. Pero estaba dispuesta a aprender, así que guardó el papel en su mochila para estudiarlo más tarde.
-Camz. –comenzó Lauren, volviéndose hacia Camila como si acabara de tener un flash.- Hoy es el día del eclipse. ¿Vamos a verlo?
Camila frunció el ceño en cuestionamiento, una pequeña sonrisa formándose en sus labios.
Lauren se contrajo cuando entendió.
-Claro. Claro que veremos el eclipse Lauren, nunca aprendes. Cielos, qué burra eres. –Susurró para ella misma, divagando sin parar auto despreciándose.
Camila rio de su sentimiento de pena.
-Discúlpame. –Continuó Lauren, ahora en voz alta.- Es que mi papá dijo que hay una plaza aquí cerca que sería perfecta para ir a ver el eclipse y tenía ganas de ir.- Completó, dejando la frustración tomar su tono con cada palabra dicha.
-Entonces vamos. –La encorajó Camila.- ¿A qué hora será?
-Muy tarde, tipo una y media de la madrugada.
Camila frunció su nariz. Su mamá se molestó por haber llegado a las siete de la noche la otra vez, sería imposible que la dejara salir a esa hora.
-Olvídalo. Mi mamá no me va a dejar ir.
Lauren suspiró, como si pensara si debía decir o no lo que estaba pensando.
-Podríamos...ir a escondidas. –Dijo en un susurro.
Camila sonrió. Nunca había salido de casa sin avisar, parecía interesante y excitante desprenderse de las reglas que seguía toda su vida. Y era una nueva primera vez que le entregaba a Lauren.
Pasaron el resto de la tarde terminando el trabajo y cuando Lauren grapó la portada levantó los brazos en victoria. Comieron juntas con la mamá de Camila. A Lauren le gustaba la presencia de Sinu, aunque la mayor parte del tiempo Camila parecía incómoda con lo que decía sobre ella. También se sentía culpable por influenciar a Camila a romper una de sus reglas, pero no lo bastante culpable para desistir de la idea.
Después de mucha plática y risas a costa de Camila, ellas subieron nuevamente. Eran las cinco de la tarde y Lauren podría leerle a Camila durante las dos horas restantes antes de que su papá llegara a casa.
La chica menor se acostó cómodamente, poniendo tres almohadas debajo de ella para quedar medio elevada. Dándole la misma cantidad de almohadas a Lauren, para que repitiera el proceso.
Camila cerró los ojos para apreciar lo ronca que era la voz de Lauren. Ella leía lentamente, como si pudiera impregnar cada palabra del libro en la cabeza de la menor.
Con el pasar de los minutos Camila se dejó seducir por la historia. Un chicho que no tenía amigos, saliendo de su casa en búsqueda del Gran Talvez. Se termina enamorando de una linda y sensual chica que tenía los ojos verdes,"feroces esmeraldas", como él los describía.
Alaska. Por lo que había escuchado hasta ahora, una chica linda y un poco misteriosa, que guardaba las cosas para sí misma, enamorada de un libro que le hace querer saber "Cómo saldría de ese laberinto".
Camila se identificó con el chico. Ella no tenía muchos amigos. Quería huir, para lo que a partir de ahora ella llamaría El Gran Talvez. Y cuando Lauren flexionó la pierna para estar más cómoda y medio la rozó a ella, pensó más sobre Alaska. Pensó como ella se sentía por Lauren. Talvez Lauren era su chica de ojos descritos como "feroces esmeraldas", ya que ella también tenía bellos ojos verdes. No sacaba eso de la cabeza desde el diálogo con Álvaro. "-Ella tiene cejas gruesas, pero no son feas, le hacen llamar más la atención a sus ojos.
-¿Qué tienen sus ojos?
-Son verdes."
A esa altura Camila ya no se asustaba cuando pensaba que podría sentir algo por Lauren. Estaba feliz porque talvez Lauren también sentía algo por ella.
¿Pero qué tan triste sería, tener algo tan hermoso y no poder admirarlo?Pensó.  

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In Your Eyes - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora