VIII

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Estos días de lluvia son días de Lana Del Rey. Suena eso (a veces alterno con Radiohead, pero eso es cuando ya estoy en las últimas) y entonces yo y muchas otras nabas como yo nos ponemos a pensar en el amor, porque estos son los días que no podés salir de joda y querés que venga otra naba como vos a escuchar Lana Del Rey y hacerte mimos, en este caso Bárbara. No es que te sientas identificada conmigo, es que todas somos hijas de la misma propaganda. Entonces reflexiono:

Las cosas se intensificaron más de lo deseado en menos tiempo del esperado. Quizás soy yo, bah o ella, que me hace desearla hoy como el día uno, cuando la vi en canto. Siempre lo mismo: la veo y la acción pasa a ser en cámara lenta, como en una experiencia extracorpórea. Y su arito, y su pelo, y sus rasgos. Fuertes como ella toda. Buscarle defectos se me hace complicado cuando se ríe tapándose la cara con la mano, y no porque esté tapándose, sino porque se me hace linda hasta así de vulnerable.
Cuestión que salimos de nuevo pero solas. La iniciativa fue mía. Un Whatsapp defensivo del tipo "Es cualquiera si te invito a salir?" No voy a hacer hincapié en eso ni en la salida, porque todo anduvo bien. Y si mi cabeza tratase de hacer una sinopsis de la noche te diría que recuerdo besos. De los buenos. Todos los requisitos:

1) Se besa con la boca, pero también con las manos, con el cuerpo todo.
2) Se besa con pasión, pero chequeando que la otra persona esté en la misma sintonía que vos.
3) No debe besarse con los ojos abiertos mirando para otro lado ¿qué más hay para ver?
4) El beso es para pasarla bien, sino no nos besemos.
5) Sin piel no hay beso. Y si te diste cuenta que no hay piel, rajá. No vale la pena. No es culpa de nadie. Es lo que es.
6) La revolución del amor tiene una sola consigna: BESO O MUERTE

Justo un día Lana Del Rey Bárbara viene a mandarme un mensaje invitándome a su casa. Mañana a la noche van a grabar un video con Pablo y voy a ir. Y la verdad es lejos de mi casa, planeo dormir ahí. Pero los días Lana Del Rey, días reflexivos del orto, pienso hasta en Mariano. Y yo todavía tengo un dejo, unas miguitas, un aire de él. Estoy re cagada, y aunque mi cerebro me gane por knock out voy a seguir peleandome con él. 

Bárbara Martínez y yoWhere stories live. Discover now