¿Cuánto tiempo tardará? ¿O no es para todos?
¿Por qué de mí se esconderá? ¿Dónde está?
Quiero amar y sin pensar... entregarlo todo.
Fabián.
Suspiro.
—¿Por qué no puedo encontrar a alguien como Gabriel?
Pongo el libro el infierno de Gabriel en el buró a mi derecha.
Tengo que admitir que siempre me han gustado los libros de amor. Lo sé, puede ser algo patético de decir, pero es que hay algo en ellos que me hace ilusionarme. Me emociono como estúpido cada vez que a mis manos llegan los libros de moda, especialmente aquellos con romances como el que acabo de terminar. No sé cuándo comenzó todo, creo que fue cuando estaba en la secundaria donde comencé a leer historias de este género. Hay algo en esos libros que me hace creer que aun alguien como yo, un diseñador gráfico un tanto mediocre, puede encontrar a su media naranja y los dos juntos ser felices.
No es que no haya intentado buscar un poco de amor. ¡Dios sabe que sí lo he hecho! He buscado varias veces, en sitios de internet, con amigos de amigas mías, o a través de Facebook, pero por más que me esfuerzo parece que el amor se espanta al verme de frente. Aunque eso no sería nada nuevo, me han dicho que soy una maleta demasiado pesada como para que alguien quiera cargarla. No lo sé, tal vez sea mi corte de cabello o mi piel pálida, lo frustrante es que por más que lo intento, parece que soy de esas personas imposibles de amar.
Es que ¡ah! me exaspera mi situación. Me veo en el espejo ¿y qué es lo que veo? A un adulto a punto de cumplir los veintiséis años de edad. Un chico tímido que en todo este tiempo que lleva viviendo en el mundo no ha salido con ninguna persona. No sabe lo que es ser besado, ¡ni hablar sobre tener relaciones sexuales! No que esa sea mi prioridad, solo que no planeo vivir como virgen hasta los cuarenta y vivir así hasta morir de viejo.
María, mi mejor amiga, me ha insinuado en más de una ocasión lo exigente que ella cree que soy. Pero nada de lo que dice es cierto, ¡no es que sea tan difícil de complacer! ¿O es que si lo soy? Soy un joven homosexual, orgulloso desde que lo descubrí cuando tenía quince años. Quien solamente quiere encontrar a un hombre serio, estable, tranquilo y lo más importante considero yo, que me ame tanto como yo espero hacerlo. ¿No sé en realidad que tiene de exigente eso? Creo que es un estándar que todos buscamos alguna vez. ¿O es que acaso no es común soñar con encontrar a esa persona especial con la que querer sentar cabeza? Debe ser lindo llegar a tu casa y que alguien te esté esperando con una enorme sonrisa y la cena lista.
Enciendo la televisión.
Tengo que dejar de pensar en ello, al menos por ahora.
Son las once y media de la noche. Estoy acostado con las mantas hasta la mitad del pecho, escuchando como la fiesta de mis misteriosos vecinos comienza a aumentar en intensidad. Me he imaginado muchas veces como sería mi vida si hubiera sido un poco más extrovertido, como mi hermana Patricia o mi mejor amiga. Lo más probable es que no estuviera aquí, acostado viendo la repetición de How I met your mother en una noche de viernes, mientras la mayoría de los jóvenes de mi edad están disfrutando de una velada que promete mucho.
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Prohibido amarme.
WilkołakiLeonardo Balzaretti está acostumbrado a salirse siempre con la suya. Desde que era pequeño siempre hizo lo que quiso. A sus 31 años de edad no ha encontrado a su pareja con la que sentar cabeza, aunque eso no le preocupa en lo más mínimo. Como Alfa...