52.Trabajo En Equipo.

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¡Al diablo lo que había dicho el ojiverde!

Salte y tomé la liana, comencé a impulsarme y  de nuevo salte.

Caí en una roca y vi cómo se aproximaba a mí un pájaro (literalmente) en llamas.

Ahora si estaba frita.

Nicolás, el chico cambia formas había dicho que arruinamos su prueba.

El pájaro en llamas cada vez estaba más cerca y yo empezaba a entrar en pánico.

Vaya que sí estaba arrepentida de no haberme quedado.

¿Moriria así de simple?
Cerré los ojos y me cubrí con las manos.

Una luz frente a mi asustó al pájaro y al abrir los ojos descubrí un arma azul frente a mí.

Empuñé la guadaña azul eléctrico en un segundo y sin pensarlo destruí al pájaro en llamas.

Maldijé un segundo mi vestimenta, un hermoso vestido rojo con el dibujo de un quetzal en el frente, sin pensarlo lo desgarré en dos costados para que tuviera una mayor movilidad.

Continué avanzando con la guadaña en mi espalda, salté un par de veces y llegué a una especie de entrada.

Aquello, sin duda se parecía mucho a un videojuego.

La puerta tenía un enorme candado.

Suspiré, eso significaba explorar.

A los lados había dos puertas a las que podía acceder.

Entré a la de la izquierda y me topé con una enorme araña colgante.

Tomé mi guadaña y en unos cuantos movimientos logré romper la telaraña,causando que la araña fuera hacia mí.

Giré mi guadaña causando una rafaga que volteó a la araña y aproveché para clavar mi arma en el vientre de la misma, y en un segundo ésta se esfumó.

Algo decepcionada,regresé para entrar en la puerta de la derecha.

Me extrañó que no tuviera algún monstruo esperando por mí.

Pero sí había un acertijo.

Me pedía golpear un mecanismo en determinado orden.

Ya comenzaba a fastidiarme cuando recordé que en la otra habitación yo vi un mural que decia

"El simple orden de las cosas"

Regresé a donde estaba el mural.
"El simple orden de las cosas" indicaba tres sencillos pasos: enfocar,recordar y decidir.

¿Qué rayos sería todo éso?
Regresé a la habitación con el mecanismo y observé las figuras del mismo.

Un ojo, una mano y un cerebro.

Relacioné enfocar con el ojo, el cerebro podría ser recordar, y... la mano no sé porqué tendría que ser decidir.

Golpeé el mecanismo en el orden de las palabras, el ojo primero, después el cerebro y al final la mano.

El mecanismo se activó y entré a otra habitación.

Me asustó el ruido de la puerta al cerrarse. Delante de mí apareció un lobo gris que comenzó a crecer de repente y se lanzó hacia mí, pero una flecha se interpuso entre los dos el tiempo suficiente como para que yo reaccionara.

Mi guadaña brilló y se convirtió en una lanza, la cual se clavó de manera automatica en el lobo, en el mismo instante en que se me volvió a lanzar.

-¿Qué rayos es éste lugar? - dije casí en un susurro.

-El lugar de las posibilidades infinitas - respondió Nicolás.
En medio de la habitación la llave comenzó a brillar.

¿A Dónde rayos iba?

¿Por qué no me quedé atrás?

Algo cansada abrí la puerta central.

Y lo que estaba ahí en definitiva no me lo esperaba.
Ambos nos miramos de manera extraña.

-¡Eres tú! - Dije al ojiverde.

-Princesa... Creí haber dicho que debías esperarme - dijó el chico de ojos verdes en un tono que se me hizó muy familiar.

-Me parece que eso ya no importa - dije mientras comenzaban a rodearnos unos lobos grises.

Seis lobos grises exactamente.

Poco a poco, quedamos espalda contra espalda.

El sacó de la nada una hacha y yo volví a empuñar mi guadaña.

-¿Recuerdas cómo usar éso princesa?- dijo el con tono preocupado.

-¿Importa Lauri?- dije sin pensarlo.

-Oh bueno, pero no vayas a sacarme un ojo, ¿Sí? - dijo en broma.

-Vaya trabajo en equipo - dije con sorna.

El atacó a los lobos más proximos y yo le imité.

Eran rápidos y para nuestra suerte esquivaron nuestros ataques.

-¿Conoces alguna forma de atacarlos?- le pregunté al ojiverde Lauri.

-Debemos improvisar - dijo el.

Le miré cómo si estuviera algo chiflado.

-Dame tu arma - ordenó él.

Accedí a regañadientes.

Él tomó mi guadaña y la juntó a su hacha.

Ambas brillaron y se  fusionarón, convirtiendose en una doble arma.

De un lado podía ver mi guadaña y del otro, su hacha. Ambos tomamos la doble arma y nos dejamos llevar, haciendo un ataque en espiral contra los lobos grises.
Me sentí como si fuera parte de un anime.

El ataque destructor de nuestra arma arrasó con todos los lobos.

Ambos aterrizamos suavemente y un aplauso nos distrajó.

Nicolás caminaba hacia nosotros mientras aplaudía con lentitud.

-Son capaces de mucho juntos, aún cuando se entrometa Eikki.

-¿Eikki?- dije mirando a Lauri.

-¿Qué le hiciste ?- dijo Lauri.

-Nada que no deseara - dijo el cambia formas.

-No debía olvidar - dijo Lauri - ¿cómo pasó eso?

-Ese entrometido, está obligandola a llegar al limite.

-¡Hey, están hablando de mí! - dije gritando.

-Falta una última prueba - anunció el cambia formas - y es la más indispensable.

-¿Cuál es? -pregunté mientras separaba mi arma del hacha.

El cambia formas intercambió una mirada con el ojiverde.

Aquello no me gustaba.

-Me parece que no te gustó mi regalo - dijo Nicolás mirando lo que quedaba del vestido.

-Me estorbaba, pero no  me has respondido.

-¿Cómo te atreviste a tocarla?- dijo el ojiverde con celos.

-Se supone que debía esperarte - dijo el cambia formas - pero descuida, no le toqué un pelo, mi habilidad me permite hacer "algunos cambios".

-¡Cómo detesto que hablen de mí así! - dije enojada.

Mi guadaña brilló unos segundos.

-Recordaré no hacerte enojar - dijo el cambia formas - ahora, siganme. Su última prueba los espera.

Suspiré antes de avanzar detrás del cambia formas.

Comenzaba a prepararme para lo que fuera.

Humm, sabía quién era el ojiverde, pero aún no recordaba qué clase de conexión teníamos.

Juntos Por Un Hechizo (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora