Capitulo 13

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Clave la espada en el suelo cortando un poco la túnica de Salomón

Me voltee hacia los demás.

- Quiero a mis padres sanos y salvos.

- Pero ellos no son...

- ¡DIJE QUE LOS QUIERO SANOS Y SALVOS! - Interrumpí a Dimitri. - ¿Nos quedaremos aquí?

- Si. - Contesto Derek

- ¿A donde iremos?

- Mientras averiguamos a donde llevaron a Fabriczio y a Susan, nos alejaremos de Londres, posiblemente de Inglaterra.

- ¿Que son Daevas? Y no me digan que no me pueden responder, porque juro que me salgo del barco.

- Son demonios - Dijo la chica del fondo. - Engañan a los humanos, y se alimentan de ellos...

Nunca me había puesto a pensar si de verdad existía un cielo o un infierno, pero la palabra demonios me hacia dudar del asunto.

- ¿Seres del infierno dices? ¿Hay un cielo?

- Si hay un cielo y un infierno, creo que nosotros somos el cielo Julieth. - Dijo Abraham.

- ¿En serio ella es la única capaz de detenerlos? - Dijo la chica furiosa.

- Johanna... - Empezó Derek. - Ya hablamos de esto.

- Pero es que mírala ni siquiera sabe donde esta parada, ¿como quieres que luche así?

- ¿Luchar? - Repetí demasiado curiosa como para molestarme por la actitud de Johanna. - ¿De que esta hablando?

- Por muchos años, mientras tu cumples con tu sueño de 20 años, tus caballeros y algunos de nosotros luchamos con la Logia Daevana, tus cabelleros, claro esta, pueden hacer mucho mas que nosotros, pero no los matan por completo, al menos que sean capturados y expuestos al sol, y es una tarea difícil. La única que puede matarlos al 100% eres tu.

- ¿Yo por que? Si no soy humana ¿Que soy?

-U na de ellos - Dijo Johanna. - Estoy harta Derek, se supone que cuando ella regresara recordaría todo.

-Y lo esta haciendo. - Hablo por fin Salomón, examinando su túnica rota. - Solo necesita ayuda.

- ¿Y que propones? - Dijo Derek

- Llevarla a donde todo inicio.

- ¿A Rusia entonces?

- Si.

- Da, Rusia mi tierra amada. - Dijo Andrey con una sonrisa de oreja a oreja

- ¿Por que Rusia? ¿Cómo que soy una de ellos? Soy un demonio... ¿Es eso cierto? - Pregunte confundida.

- Lo sabrás todo cuando llegues.

- No te pregunte a ti, Salomón.

- Creo que deberías descansar Julieth. - Propuso Abraham. - Ven te acompañare a tu habitación.

Seguí Abraham por los pasillos del barco, nos detuvimos frente a una gran puerta.

- Este era tu cuarto.

-¿Quieres decir que aquí duermo durante 20 años?

- No no. - Sonrió. - Ese cuarto en especifico por motivos de seguridad es otro. Este lo usas cuando te despiertas, actualmente duermes aproximadamente 12 horas porque no completaste tu sueño, pero normalmente duermes 3 horas diarias.

Dicho esto abrió la puerta y entre en un cuarto muy amplio, lleno de repisas con libros y un gran armario. El suelo estaba cubierto por una alfombra roja, el cuarto estaba lleno de cuadros pero en el mas grande me encontraba yo, sentada en el medio de Dimitri y James a la izquierda y Salomon y Abraham a la derecha.

- No lo odies. - Dijo Abraham que noto como veía el cuadro. - A Salomón me refiero. El te ama Julieth y aunque me de rabia admitirlo incluso mas que yo.

- ¿Que me ama dices? No lo parece.

- Eso tiene su motivo.

- ¿Motivo? - Repeti.

- Tu siempre has a amado a James, y la simple idea lo mata. A todos, en realidad; pero mas a el. Nosotros siempre hacíamos guardia por los alrededores de tu casa. Pero no era suficiente, así que como Salomón es el menor de nosotros se le dio la orden de poder vigilarte de cerca, esto fue una pizca de esperanza para el.

- ¿A que te refieres?

- A que lo amaras, no recordabas nada y eso incluía a James. Pero se que el sabe que pronto recordaras todo y por lo que vi hoy, parece que su plan no le salio nada bien - Dijo tocándose el hombro.

- Sobre eso, discúlpame no quise empujarte es solo que... estaba furiosa.

- Tranquila amada Julieth, solo me rompiste unos huesos, esos en unas horas se repondrán. - Soltó una carcajada, su amplia sonrisa hizo sentirme mejor.

- ¿Como esta mi hermano y Jorge?

- Ellos estarán bien, ahora están siendo atendidos en la enfermería para asegurarnos que no fueron lastimados.

- Quiero verlos.

-Lo harás en la mañana. Ahora solo es importante que duermas, te recomiendo que lo hagas. - Dijo acostándome en la cama.

- Pero...

- Confía en mi. - Me beso en la frente.

Todo estaba oscuro cuando de repente el sonido de un Chelo me despertó, alce la vista y sentando en una silla en un rincón de la habitación se encontraba Salomón, tocando la canción de aquella vez, cerré los ojos y recordé.

- No no no, ¡Así no es Salomón!

- Julieth eres muy exigente.

- Si quieres que te enseñe a tocar Chelo lo vas a tener que hacer bien.

- Pero si esta ultima salio muy bien.

- Que denigrante que pienses eso Salomón, dame. Te mostrare como debes hacerlo. - Agarre el Chelo y le explique sus errores.

- Te compuse una canción. -Dijo después de que deje de explicar.

- A ver muéstrame. - Le pase el Chelo.

Empezó a tocar la canción y una vez culminada la interpretación pregunte

- ¿Como se llama?

- Amour interdit, significa amor..

- Prohibido - complete la frase. - Lo sé, sé francés.

Volviendo a la realidad vi a Salomón a un tocando la canción.

- Yo te enseñe a tocar el Chelo... la escribiste para mi ¿No?

- No sabes lo mucho que me alegra que lo recordaras... Vine a traerte esto. - Se acerco a mi y dejo en la mesita de noche que se encuentra al lado de mi cama un collar. - Lo saque de tu casa, no lo recuerdas aun pero, es muy importante para ti.

Tome el collar y lo vi, era el  que me encontré ese día de invierno.

- Gracias - Dije. - Salomón, días después de encontrarme este collar busque en el Internet el apellido que yace al revés del collar, hablaba sobre un científico y su familia que perecieron en un incendio.... Eso, ¿Eso tiene algo que ver conmigo? Sucedió en Rusia, y allí es a donde vamos...

- Si, si tiene algo que ver, pero eso lo sabrás con exactitud cuando vayamos. Ahora solo duerme.

- Una ultima cosa, aun no tocas como me gusta. - Me miro con una pequeña sonrisa.

- Aun no recuerdas nada y sigues igual de perfeccionista.  - Se quedo mirando

- Espero, me recuerdes como solías hacerlo en esos tiempos de antaño y no como el patán que me crees ahora... Solo espero que entiendas algún día mi actitud. - Dijo después de un rato

- Abraham me hablo de James y tu...

- Sera mejor que duermas.

Daevas 2: El Caballero de la Rosa Negra. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora