Capitulo 10

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Ha pasado una semana desde que encare a Salomón y me dijo que dejara de tomar las pastillas, pero en esa semana no había podido obtener nada. Mientras más vueltas le daba a lo que me dijo Salomón en ese momento menos entendía. ¿Cómo se supone dejar que los recuerdos, que según él yo misma estoy suprimiendo, fluyan en mi memoria?

Era domingo al medio día, y a decir verdad había tenido una semana muy dura tratando de averiguar como hacer para recordar. Durante toda esa semana Salomón y yo no nos habíamos dirigido la palabra, a pesar de vernos en todas las clases. Baje, y salí por la puerta trasera hasta el patio, donde papá había hecho una parrillada en modo de celebración, para Jorge y Raimundo por haber sido aceptados en la universidad que querían; Jorge quedo en Cambridge, una de las universidades de habla inglesa mas antiguas del mundo, un honor estudiar ahí realmente y mi hermano ha sido aceptado en la universidad de Oxford que a su vez es la mas antigua en el mundo anglofono, es decir, para los que su lengua materna es el ingles.

Simplemente tanto nosotros como la familia de Jorge, estábamos orgullosos de ellos.

Me limite a quedarme apoyada en el marco de la puerta observando como se divertían cuando en ese momento, han llamado al timbre.

- Yo voy. - Dije con una sonrisa. - Ustedes sigan disfrutando.

Cuando me dirigí a la puerta me sorprendí al ver a un hombre blanco y cabello oscuro de aproximadamente 35 años de edad con un traje completamente negro. Su rostro era muy serio e inmediatamente supe que su visita no traería nada bueno.

- Amm, si.... ¿Qué se le ofrece?

- ¿Se encuentra el señor Fabriczio Highmore De Ruchentille?

- Emm -Vacile un poco.

Dudaba mucho en si debía decir que si o que no. Pero por su aspecto se notaba que venia por algo serio e importante.

- Si esta, si quiere pase y lo espera en la sala de estar. -Me apresure a decir.

- Bien, gracias.

- Iré a buscarlo, siéntase bienvenido.

Una vez dije eso fui al patio y mi papa al ver mi cara de preocupación se acerco rápidamente a mi.

- ¿Qué sucede hija? Parece que hubieras visto un fantasma.

- Papá, un hombre te busca. Esta en la sala de estar esperándote.

Fuimos juntos a donde estaba el sujeto.

- Derek .... - Dijo papa. - Julieth porque no acompañas a los demás en la parrillada, estoy seguro que te echan de menos.

- Si, voy papá.

-Acompáñame a mi oficina Derek

Esa fue una manera de decirme que no debía escuchar lo que ahí se hablase. Estaba muy preocupada

Paso la siguiente semana y las visitas del señor Derek se hacían cada vez mas recurrentes, mi padre se veía de alguna manera estresado, y nervioso a la vez. Se hizo normal su ausencia en la cena por las reuniones que sostenía con el señor Derek, y cada vez que le preguntaba me evadía el tema.

Esa noche cuando por fin pudo asistir, me pregunto

- Mañana es tu clase de esgrima ¿No?

- Si papa. Ya llegaron los uniformes. - Dije mientras jugueteaba con la comida. - Papa, ¿Qué es lo que haces con el señor Derek? ¿Es algún trabajo para la compañía?

- Eso es cosa de mayores hija. - Dijo mi madre dándome una mirada severa.

- Pero... es solo que no creí que fuera malo preguntar.

Daevas 2: El Caballero de la Rosa Negra. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora